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“Sueño de una noche de verano”, inmersión shakesperiana con Donostia 2016

"Sueño de una noche de verano", inmersión shakesperiana con Donostia 2016

EFE

San Sebastián —

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San Sebastián 2016 estrena hoy “Sueño de una noche de verano”, una hermosa y sugerente adaptación al aire libre de la obra de Shakespeare, que acabará siendo sin duda una de las mejores apuestas de un programa irregular como es el de la Capital Europea de la Cultura.

Es una producción de casa, de Tanttaka Teatroa y Donostia 2016, que dirigen Fernando Bernués e Iñaki Rikarte y que cuenta con un perfecto aliado, Cristina Enea, uno de los parques más bellos de San Sebastián, ajeno a los circuitos turísticos y situado junto a Tabakalera, el Centro Internacional de Cultura Contemporánea de la ciudad.

Esta versión de la pieza shakesperiana mantiene los pasajes clásicos del mundo mágico del bosque y se toma ciertas licencias para acercar a los protagonistas -en este caso Demetrio, Hermia, Lisandra y Helena- a un mundo más moderno, donde son posibles relaciones impensables hace cuatro siglos.

En once espacios del parque se suceden las escenas de esta adaptación itinerante, que arranca con el banquete de la frustrada boda de Demetrio y Hermia, cuyos invitados son los propios espectadores.

El público deja de ser pronto observador para dar cuenta de una cena campestre que anoche se sirvió por primera vez durante el ensayo general, al que acudieron los medios de comunicación y vecinos del barrio de Egia, donde se encuentra Cristina Enea.

Tres entrantes -de “txangurro”, aguacate y rollitos de ensalada-, cordero asado allí mismo y tarta de manzana abren un menú preparado por la prestigiosa firma Bokado, que sigue el relato del proceso amoroso y que se reparte en cestas para compartir por parejas, donde hay dos copas a la espera de vino y un pan en forma de corazón.

“Peta zetas” y otros ingredientes sorpresa que los camareros depositan sobre los platos hacen revivir al comensal las sensaciones del flirteo, las miradas, las caricias, las cosquillas, los primeros besos y la “carne encendida” por la pasión.

Mientras, se sucede sobre el escenario el primer acto de la obra, que concluye con la huida de Hermia y Lisandra, en una Lambretta, hacia el interior del bosque, hacia un universo de hadas y jugos de flor de mágicos efectos, que enredan a quienes persiguen el amor.

El público se adentra también en ese lugar oscuro, pero antes recibe de un personaje creado “ad hoc”, Cristina Enea, el fuego que le protegerá del peligro y le permitirá ver sin ser visto.

A partir de ahí, el espectador vive una bastante fiel versión del texto de Shakespeare en una escenografía de una estética exquisita, donde también hay espacio para la danza.

Puertas que se abren a un espacio abierto, escenarios oníricos que se elevan con la vegetación, un armario instalado junto al gran cedro de Cristina Enea, una de las joyas del parque, y una cama gigante e inclinada son algunas de las propuestas de este “Sueño de una noche de verano”, que ha contado con Ikerne Giménez para el diseño, la escenografía y el vestuario.

Gorka Otxoa (Demetrio), Aitziber Garmendia (Hermia), Miren Gaztañaga (Lisandra) y Sara Cozar y Vito Rogado, que interpretan a Helena, una en la versión en euskera y otra en castellano, encabezan el elenco de este montaje, en el que también participan Ramón Agirre, Josean Bengoetxea, Mikel Laskurain, Jose Ramón Soroiz, Aitor Beltrán, Itziar Atienza y Joseba Apaolaza, entre otros.

Un total de 140 personas integran el equipo de esta producción, que de momento ya tiene el honor de ser el primer Shakespeare en euskera de la historia, idioma en el que se desarrolló ayer el ensayo general y hoy tendrá lugar el estreno.

Donostia 2016, que ha programado un total de 30 funciones hasta el 24 de julio -dos tercios en castellano-, ha decidido correr el mayor riesgo al que se enfrenta una función al aire libre a orillas del Cantábrico, el de la lluvia, aunque el montaje de Tanttaka no merezca ese castigo.

Si llueve, la función se suspenderá y se devolverá el dinero de las entradas, de las que por cierto ya no hay ninguna a la venta.

Los directores y los actores estaban ayer más que satisfechos por estrenar con el cartel de no hay billetes.

A Bernués se le veía además emocionado al concluir la función. “Esto es una obra sobre la pasión y solo gracias a la pasión de mucha gente esto ha sido posible”, dijo a EFE.

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