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Las ONG acusan al Gobierno del repunte de la preocupación ciudadana por la inmigración

Imagen de archivo. Varios inmigrantes esperan encaramados en la valla de Melilla/ Efe

Gabriela Sánchez

La percepción de la inmigración como problema de España ha aumentado 3,4 puntos en los tres últimos meses, según los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas. Mientras que el 2,5% de los ciudadanos mostraron preocupación por el fenómeno en enero, el último estudio del CIS aumenta la cifra al 5,9%. Organizaciones sociales especializadas en migración relacionan esta percepción social con la “alarma” instada desde el Ministerio de Interior a partir de la muerte de 15 personas en su intento de entrada a Ceuta del 6 de febrero en el que la Guardia Civil empleó material antidisturbios. “El problema no existe, se ha generado su percepción”, aseguran.

A la pregunta '¿cuál es a su juicio el principal, el segundo y el tercer problema para España en estos momentos?', un 5,9% de los ciudadanos encuestados ha incluido en sus respuestas la “inmigración”. Un 0,8% la ha posicionado como primera preocupación, un 2,7% como segunda y un 2,4 como tercera. Sin embargo, cuando son cuestionados por el asunto que más les inquieta de forma personal, las personas que mencionan la inmigración descienden al 1,7%.

La percepción de la inmigración como un problema de España es limitada respecto a la principal preocupación citada por los encuestados: el paro (80,3%), seguida de la corrupción y el fraude (36,3%) y los problemas de índole económica (28%). Sin embargo, más ciudadanos citan las cuestiones migratorias sobre otros asuntos como la violencia contra la mujer (0,4%), la vivienda (1,7%), los recortes (3,8%) o el Gobierno y partidos políticos concretos (3,7%).

“Lo veníamos señalando desde el inicio de los discursos de alerta tras las muertes de Ceuta”, recuerda Carlos Arce, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía que recientemente publicó un informe que avisaba de la “irresponsabilidad” del discurso gubernamental. “El alarmismo, el uso de cifras por parte de Interior que no se corresponden con la realidad, tiene dos puntos negativos: por un lado, creemos que tiene una intencionalidad política para justificar prácticas ilegales y contrarias al respeto de los derechos humanos en la frontera. Por otro, el aumento injustificado de la preocupación social”.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) destaca la coincidencia entre las muertes de Ceuta y el “alarmismo” gubernamental sobre inmigración que “sorprendentemente” surge después de que la actuación de la Guardia Civil durante la tragedia fuese cuestionada. “El Ministerio aporta datos que no se corresponden con la realidad provocando una alarma innecesaria e irresponsable. Pedimos sensatez. Su competencia es favorecer la cohesión social, el respeto y evitar todo brote de racismo, pero este no es el camino. Por el contrario, ha aumentado la preocupación social alrededor de la inmigración”, explica Estrella Galán, secretaria general de CEAR.

Para argumentarlo, mencionan datos que contrastan con la “situación de emergencia” vendida desde el Gobierno sobre las fronteras de Ceuta y Melilla. En 2012, entraron de forma irregular 6.397 personas por vía Oeste-Mediterranea (en la que se encuentran las ciudades autónomas)-. Por su parte, a través de la ruta Este-Mediterránea de Europa (Grecia, Bulgaria y Chipre) la entrada de inmigrantes fue de 37.224, casi seis veces más, según datos de la agencia encargada de las fronteras de la Unión Europea (Frontex) difundidos por organizaciones como CEAR, a través de su campaña 'Esto hay que cortarlo', o Accem. Esta última destaca que las entradas por Ceuta y Melilla suponen un 9% del total de las llegadas clandestinas a la UE. Aunque, según los datos de Interior, en 2013 las entradas por estas vías subieron en 822 personas, la cifra continúa situándose en niveles bajos respecto al resto de Europa.

Baile de grandes cifras “ridículas”

Tras las acusaciones generadas sobre el uso de material antidisturbios por la Guardia Civil en el intento de entrada a Ceuta en el que murieron 15 inmigrantes, el Gobierno deslizó cifras sospechosamente infladas sobre la inmigración. Interior difundió un informe policial que hablaba de que 30.000 inmigrantes estaban “preparados” para intentar su salto. Posteriormente, el Ministerio de Fernández Díaz elevó el número a 80.000 personas a la espera de entrar a Europa (40.000 en Marruecos y 40.000 en Mauritania). En 2005, la misma cifra la misma cifra de 30.000 subsaharianos que aguardaban en Marruecos fue esgrimida como ejemplo de la “presión migratoria” tras las muertes de cinco personas en un intento de salto de la valla de Melilla.

“Estas cifras son ridículas y no se corresponden con la realidad. Es físicamente imposible: no caben 40.000 personas en las inmediaciones de Ceuta y Melilla, como insinúa Interior”, denuncia Arce. El coordinador de inmigración de APDHA asegura que la única cifra oficial la aportó Marruecos hace un año en el marco del proceso de regularización iniciado recientemente. Según dice, el Estado alauí afirmó que había entre 10.000 y 20.000 inmigrantes en situación irregular en todo Marruecos. “Esto no significa que estén preparados para saltar y no todos tienen por qué querer llegar a Europa”.

Para CEAR, un símbolo de la responsabilidad del Gobierno en el aumento de la percepción de la inmigración como problema es el saldo migratorio negativo existente en España que, además, pierde más población de la que entra o nace. “Es una prueba de que el problema no existe. Por tanto, la percepción como tal es creada por la información mediatizada e interesada”, sentencia Estrella Galán.

“El Gobierno dibuja un problema que cala en los ciudadanos, ayudado por el potente impacto visual de las imágenes de la valla en cada salto. El mensaje es de inmigración como problema y del inmigrante como agente de invasor que sortea la alambrada. Ninguno se correponde con la realidad objetiva ya que la entrada de flujos migratorios está disminuyendo en general”, explica Mikel Mazkiaran de la Federación Estatal de SOS Racismo.

Los organizaciones también culpan del aumento de la preocupación que refleja el CIS a “determinados medios”. “La atención mediática tiene un arma de doble filo. Si se focaliza en la vulneración de los derechos humanos en las fronteras, es una labor positiva. La parte negativa llega con los que emplean un lenguaje exagerado o aquellos que dan mucha importancia a ciertas informaciones con cifras alarmistas sin contrastar”, sostiene el director de la APDHA. “Hay medios a los que se puede aplaudir y otros que deberían revisarse a fondo”, concluye.

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