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Apetito por la deuda española, ¿inicio de la confianza o un nuevo episodio de especulación?

La prima de riesgo sigue en niveles altos. EFE

Pilar Blázquez

Madrid —

Los primeros días del 2013 han regalado a España una euforia financiera que no se veía desde hace meses. ¿Es el principio de la recuperación? ¿Llegan los verdaderos brotes verdes? La avalancha de noticias positivas se ha querido interpretar así. Por ejemplo, que las grandes empresas del Ibex 35 lideradas por Telefónica inauguran el año con emisiones de deuda que les ha permitido captar más 7.000 millones de euros en apenas 15 días, después de meses de no conseguir ni un céntimo. O que el Tesoro Público haya captado en sus primeras emisiones más dinero de lo esperado y a precios más bajos.

¿Pero es realmente cierto que estamos ante un cambio de tendencia? Los profesionales de los mercados no lo tienen tan claro. Para ellos, la prudencia y el escepticismo parece imponerse. “Es verdad que el riesgo de ruptura del euro está cada vez más lejos y eso, junto a las altas rentabilidades de la deuda española, hace a España más atractiva que antes ”, apunta José Luis Martínez, estratega de Citigroup. También lo es que, como explica el director de Trading de Bankinter, Ignacio Blanco, “se está dando la imagen de un mayor control de las finanzas públicas la desviación del déficit no se espera tan abultada como el año pasado) y además se ha avanzado mucho en la reforma financiera; lo que hace a los bancos menos peligrosos que antes”.

Por otro lado, el apoyo explícito del Banco Central Europeo a la deuda pública a corto plazo (es la que compraría en caso de rescate) hace la inversión en títulos españoles hasta tres años una inversión muy atractiva en su combinación rentabilidad riesgo.

Pero que nadie se engañe, fuera de España este optimismo es bastante más recatado. Es cierto que los inversores extranjeros que llevaban meses sin acercarse a nada que sonara a riesgo España están volviendo a tomar posiciones sobre todo en deuda privada. En deuda pública se desconoce porque el Gobierno se niega a informar sobre quiénes compran. Pero los tipos de interés que están pagando las empresas privadas son muy altos si se compara con lo que pagan sus homólogas europeas. Además, si se compara la evolución de las primas de riesgo entre Italia, el otro país con problemas, y España, la información no arroja precisamente un derroche de confianza en nuestro país.

“Apenas ha cambiado nada en los últimos 12 meses. Lo que pasó es que el pasado verano interesaba amplificar las noticias negativas. Se exageró el pánico, lo que ha reportado mucho dinero a muchos inversores. Ahora esa excesiva aversión a España se ha pasado”, asegura un broker de Renta Fija que trabaja en Londres para uno de los grandes corredores de renta fija del mundo y que prefiere no ser identificado. En su opinión, la relajación de la prima de riesgo española tiene que ver con que “las situaciones de crisis no se pueden mantener durante tanto tiempo, y ahora se están cerrando muchas de las apuestas a la baja que se habían abierto desde el verano pasado”.

La tranquilidad no llegará hasta que el bono español baje al 4%

Hay más indicios en los que los expertos ven motivos para no ser tan optimistas como pretenden transmitir algunos analistas políticos españoles. En primer lugar, la memoria. La situación actual recuerda mucho a lo ocurrido a principios de los años 2011 y 2012. “Los inicios de los últimos años siempre han sido muy eufóricos, pero luego llega el castigo a mediados de año”, advierte Luis Benguerel, director de inversiones de Interbrokers. “Yo, hasta que no vea la rentabilidad del bono español a 10 años en el entorno del 4% o 4,5% no estaré optimista. Y ahora está en el 5,07%”, dice.

Segundo, porque la relajación de la prima de riesgo, aunque es considerable si se compara con los 638 puntos (el máximo histórico) que llegó a marcar el pasado 24 de julio, todavía está en niveles demasiados altos (el viernes cerró en 350 puntos básicos).

Y lo que es más peligroso, en una semana en la que el Tesoro ha realizado dos subastas de deuda con mucho éxito desde el punto de vista de la demanda y de la caída de los tipos de interés, “esa euforia no se ha trasladado a la prima de riesgo, como tampoco se ha aprovechado el empeoramiento del bono alemán”, según puntualiza Daniel Pingarrón, estratega de Mercados de IG Markets. Conviene recordar que la prima de riesgo es la diferencia entre la rentabilidad del bono español y el alemán. Si la variable alemana empeora y la española se quedara fija, la prima se reduciría. Y no ha ocurrido así esta semana lo que demuestra que la variable española tampoco se ha comportado bien.

Se avecinan focos de inestabilidad

Tercero, porque lo que se avecina no pinta nada bien. España tiene un complicado reto en 2013. Debe afrontar y refinanciar el vencimiento de 230.000 millones de euros. Y la coyuntura internacional no tiene pinta de que le vaya a facilitar la tranquilidad en los mercados que necesita para ello. Acechan tres focos de inestabilidad: en el frente nacional, el dato final del déficit español y los casos de corrupción en el partido de Gobierno, y en el internacional las elecciones italianas en febrero, pero sobre todo la negociación del techo de deuda en EEUU cuya fecha límite es en marzo y que, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, promete generar tensiones en los mercados hasta el último momento.

En cualquier caso, sí debemos estar atentos a un indicio que marcará el cambio de tendencia. Nos guste o no, todo vuelve a depender de las agencias de rating que tanta culpa tuvieron en el origen de esta crisis. “Sólo cuando veamos que las agencias de calificación nos quitan la vigilancia negativa actual y definan la situación de la economía como estable podremos pensar en positivo”, asegura Ignacio Blanco, director de Trading de Bankinter.

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