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“En España hay una mediocridad agresiva en los círculos de poder”

Eugenio Amaya

Rocío Sánchez Rodríguez

“Esta vez quiero volcar la mirada sobre nosotros mismos”, resume Eugenio Amaya. El director chileno-español afincado en Badajoz y cofundador, junto a la actriz María Luisa Borruel, de la compañía Aran Dramática vuelve a la escena con una comedia sobre las corruptelas que se cuelan en los hogares españoles. Esta noche de lunes, dentro del 38º Festival de Teatro Contemporáneo de Badajoz, se estrena ‘En familia’, un montaje con sello extremeño. La cita es a las 21.00 horas en el López de Ayala.

Es la segunda obra que escribe y dirige Amaya, con la primera, ‘Anomia’, lograron dos nominaciones a los Premios Max. En ambos textos el autor pone el foco en la corrupción, pero en esta ocasión no observa a los políticos, sino que se centra en un matrimonio de clase media que tiene un hijo en Londres y otro que ha vuelto a casa.

-Nadie está a salvo de la corrupción…-

Nos parece horrible lo que hacen los políticos y sin embargo hacemos la vista gorda a nuestras propias técnicas de eludir la legalidad vigente, es la picaresca española por antonomasia, el carácter latino. Empecé a pensar en esa idea y ya lo veía todo desde ese prisma. Al final nuestro ‘modus vivendi’ se resume en ¿con o sin IVA? Y si puedo sacar ventaja mejor. Y la justificación es que si lo hacen quienes tienen la responsabilidad de ejercer un gobierno responsable y respetuoso con la ley, pues yo también. La gente piensa: no vamos a permitir que nos sigan tomando el pelo y nos tenemos que defender.

-La obra se centra en un matrimonio de clase media, esa que con la crisis se ha visto muy amenazada

-Pretende ser un reflejo de una cierta clase media acomodada de nuestro país que como consecuencia de la crisis empieza a ver rebajadas sus expectativas de prosperidad. Porque no es lo mismo delinquir para sobrevivir y para llevar el pan a tu casa en un contexto de enorme desigualdad social, que intentar sacar ventaja de las circunstancias porque quieres mantener tu estatus, eso sí, un estatus duramente ganado a través del esfuerzo de tu trabajo, de las inversiones que has hecho… La clase media está perdiendo gran parte del pastel, y ante eso se generan situaciones de crisis y de conflicto. Después de la burbuja inmobiliaria en que pensábamos que la bonanza iba a durar eternamente, mucha gente perdió su patrimonio al no poder pagar la hipoteca. Ante esta situación, la motivación para aprovecharse de las circunstancias es mucho mayor que las consideraciones morales.

-Habla de un tema muy serio, pero lo enmarca en una comedia.

-No pretendo sembrar moralejas, simplemente reflejar una realidad y que la gente pase un buen rato. Vamos a sumergirnos en esa experiencia y ver qué hay de corruptos en nosotros mismos. Que la gente se crea a los actores y disfrute con ellos, que haya empatía con el público.

-¿En qué situaciones el público se verá identificado con los personajes?

-Hay un fenómeno social que es el ‘casa-papi’, jóvenes que tras perder su empleo se han visto obligados a volver a casa de sus padres, lo que genera tensiones de carácter casi edipiano, la rivalidad de padre e hijo ante la madre. El padre está un poco harto de que el hijo esté ahí, aunque le preocupa, no soporta ni siquiera que se tumbe en el sofá… Son una serie de detalles domésticos que hacen que salten chispas. Y luego está la manía del padre de hablar con la tele. Yo mismo me sorprendo muchas veces intentado establecer un diálogo con los personajes de la televisión que no me pueden contestar.

-Como usted cuenta, ‘En familia’ refleja precisamente ese drama que viven los jóvenes hoy día. ¿Qué le aconsejaría a uno de ellos que quisiera estudiar para ser actor?

-Que emigre… (se ríe). Yo le diría que se plantee que este es un medio totalmente darwiniano, la selección natural. Si tu vocación es fuerte, si la llamada que has sentido es la real, la auténtica, si estás dispuesto a hacer un montón de sacrificios y a renunciar a muchas cosas con tal de sacar adelante tu vocación, le deseo la mejor de las fortunas, y si tiene talento, pues mejor todavía, a ver si colaboramos algún día. Porque apuntarte a una escuela de teatro a sacarte un título y creer que eso es la garantía para desarrollar una carrera profesional, es una ilusión. No soy muy partidario de las escuelas oficiales de teatro en España. Un título no te garantiza nada, a menos que quieras ser un burócrata de esto, entonces te sacas el título y a lo mejor puede dar clases y repetir el bucle de la endogamia universitaria. Sobre eso también hay mucho que hablar.

-¿Es de los que cree que el talento no se valora en España?

-En Estados Unidos, por ejemplo, el talento es rentable, es una mercancía, es lo que necesita la industria para sobrevivir, por eso llaman agencias de talento a las agencias de representación de creadores, directores, actores… Y el talento en España no es necesario para triunfar, esa es la mayor aberración que existe en nuestro país. Es lamentable. ¿La consecuencia? En España hay una mediocridad agresiva en los círculos de poder que impide que haya movilidad vertical basada en la calidad, lamentable. El talento se castiga, no se premia. Este es el país de los talentos desaprovechados, yo conozco muchos, y aquí en Extremadura unos cuantos.

-¿Cómo ha tratado esta región a su compañía, la cual cumple ahora 25 años?

-Yo estoy muy agradecido a Extremadura porque me ha permitido desarrollar mi vocación. Conocí a María Luisa Borruel (la actriz con la que fundó Aran Dramática) en Madrid cuando trabajaba en el Teatro Español y desde allí me vine a Badajoz. La forma de relacionarse de las personas aquí me recordó a mi infancia, a Chile, por el trato cercano. Pero sobre todo hemos podido desarrollar una trayectoria teatral haciendo aquello en lo que creíamos, haciendo las obras que nos apetecía y sobre los temas que nos apetecía.

-¿Qué resultado espera de nuevo montaje?

-Lo que queremos con ‘En familia’ es que el público se divierta y que la obra no se quede sólo en este estreno, que se vea en otras ciudades extremeñas y llegue a Madrid. Incluso que se convierta en el capítulo piloto de una serie de televisión. Pero sobre todo queremos recuperar el público de Badajoz en el teatro, porque se está perdiendo.

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