“El proyecto Tritium solo puede desarrollarse con el esfuerzo y los conocimientos aportados por laboratorios de Portugal, España y Francia”
Antonio Baeza es director del Laboratorio de Radiactividad Ambiental de la Universidad de Extremadura (LARUEX), dentro del servicio de apoyo a la investigación en la Facultad de Veterinaria de Cáceres.
Baeza, que nunca había participado antes en el proyecto europeo Sudoe, decide presentar una propuesta como promotor de consorcio, tratando como objeto de su estudio y trabajo un componente oculto en el agua llamado tritium, desde una perspectiva cercana al ciudadano.
El resultado es el proyecto Tritium, cuyo objetivo es medir en tiempo real las cantidades de tritio que se generan en Almaraz para que no superen el límite que pueda llegar a ser nocivo para el humano. Son estaciones automáticas
-¿Qué quiere decir Europa para usted?
Para mí Europa, más que un lugar geográfico en donde se encuentran un conjunto de países, es un ideal, en donde se puede construir una sociedad libre, culta y transversal, en donde todos sus integrantes tienen cabida como iguales.
-¿Qué le gusta de Europa y en qué debería mejorar?
Lo que destaco de ella además del grado de desarrollo tecnológico, son los niveles de justicia social, de tolerancia y el estatus cultural que se ha alcanzado y que no son igualmente apreciados en otros países, incluso más potentes que los que nos encontramos en Europa. En cuanto a en qué se debería mejorar desde mi óptica en disminuir en lo posible las diferencias aún existentes entre las personas que en ella vivimos, como consecuencia del país al que pertenecemos.
-¿Desde su punto de vista, qué cree que significa la UE para España?
Un objetivo y una garantía. Objetivo, pues en la Unión Europea rigen unos valores a los que desde que tengo uso de razón siempre hemos aspirado. Y una garantía, pues para permanecer como miembro de pleno derecho de la misma, debemos asumir el no repetir episodios tristes de nuestra historia reciente y que en estos momentos parece querer resucitar.
-¿Nos puede contar una experiencia personal que a modo de testimonio sea ejemplo de esta dimensión europea?
Soy profesor de Universidad e Investigador y esta última faceta se habría visto seriamente limitada si no hubiese tenido el privilegio de llevar a cabo las frecuentes colaboraciones que he venido manteniendo con diferentes laboratorios europeos.
De hecho, la parte experimental de mi tesis doctoral se desarrolló entre los años 1979 a 1982, en el acelerador MP Tandem de Vander Graaff del CNRS de Estrasburgo, cuando en España no podía ni soñarse con disponer de tales capacidades científicas. Ya en la Universidad de Extremadura he venido manteniendo colaboraciones científicas con investigadores de Cracovia (Polonia), Bucarest (Rumanía) y Lisboa (Portugal).
Recientemente estamos dirigiendo un proyecto europeo, dentro del programa Sudoe, y cuyo acrónimo es Tritium, que pretenden construir un nuevo sistema de detección no existente en el mercado, que permita medir la presencia del isótopo radiactivo tritio en las aguas. En este proyecto, dirigido desde la Universidad de Extremadura, participan también la Universidad de Aveiro (Portugal), la de Valencia (España) y el CNRS de Burdeos (Francia), amén de la supervisión del mismo que realiza la Junta de Extremadura. Sólo con el esfuerzo y los conocimientos aportados por los citados laboratorios se puede tener un grado de confianza suficiente de alcanzar el objetivo perseguido, que sin duda repercutirá positivamente en la protección radiológica ambiental.
