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“La paralización de la mina de Corcoesto solo es el punto de arranque de un nuevo proyecto”

Manifestación contra la mina de Corcoesto

Miguel Pardo

Ni la suspensión definitiva anunciada por la Administración, ni el anuncio anterior del presidente de la Xunta, ni tan siquiera la exigencia de mayor solvencia financiera a la empresa. El alcalde de Cabana de Bergantiños, municipio que acogería la polémica mina a cielo abierto en Corcoesto, cree que la notificación por parte de la Dirección General de Energía y Minas de la paralización de la iniciativa de la multinacional Edgwater “no es el cierre definitivo, sino el punto de arranque” de un nuevo proyecto que espera que esté “funcionando en pocos meses”.

Así lo aseguró el regidor José Muíño en una entrevista en Radio Voz Bergantiños, en la que criticó “el cambio de las reglas de juego en el minuto 80 del partido” por parte de la Xunta de Galicia, además de ver “extraño” que la Administración “haya tardado tanto” en notificar la paralización definitiva de la mina desde que Feijóo lo había anunciado en el Parlamento hace casi medio año. El alcalde del PP asume que “era esperable” la suspensión del proyecto, pero cree que el anuncio “no supone el cierre definitivo, sino el punto de arranque hacia donde se quiere ir y lo que se pretende”. Además, recuerda que “los requisitos medioambientales son los más importantes y siguen en vigor con la declaración de impacto ambiental (DIA)” que facilitó la Xunta. Así lo cree también la multinacional Edgewater, que entiende que este requerimiento aprobado -y nunca denegado- por parte del Gobierno gallego tiene una vigencia aún de cinco años, por lo que de arreglar los problemas económicos, tendría todo el derecho a seguir adelante con el proyecto.

La plataforma Salvemos Cabana recurrió al Valedor do Pobo para conocer si la cancelación del proyecto implica también la anulación de la autorización medioambiental y si, por lo tanto, obligaría a cualquier otro proyecto a empezar de cero. De cero o no, José Muíño está convencido de que habrá mina a cielo abierto en la comarca de Bergantiños. “Hablamos de cuestiones de tipo económico y técnico que se pueden solucionar; si estos problemas, que generaron dudas en la Xunta y la llevaron a cambiar las reglas, se arreglan, se puede arrancar de nuevo, presentar otro proyecto y tenerlo en pocos meses funcionando”, insiste, tras defender a una multinacional “que ”lleva invertidos 20 millones de euros en la zona y ha dado empleo a 119 personas a pesar de que la acusaron de especulativa“.

De hecho, Muíño incluso adelanta la posibilidad de que Edgewater recurra ante la Justicia la decisión de la Xunta y advierte de que podría acudir “a los tribunales internacionales”. “Si cumple la ley, no le dan las autorizaciones y hay un cambio de reglas, es normal que quiera recuperar el dinero”, dice quien insiste en que “la alternativa de la judicialización es muy probable”. Pero va más allá, ya que aclara que el Ayuntamiento de Cabana “irá a rebufo” de la demanda que la empresa interponga con el objetivo de que le “compensen las pérdidas por los convenios firmados”.

El regidor aboga por que se “busquen negociaciones” para salvar el proyecto minero, fuertemente contestado tanto en la comarca como en el resto de Galicia. “El interés del ayuntamiento y de la zona es que el proyecto salga adelante: la Costa da Morte sufre un paro galopante, una situación muy oscura, sin salida y sin proyectos; necesitamos algo que mueva la zona, un cambio de ciclo productivo, y esta era la alternativa”, dice defendiendo a la multinacional canadiense. “Daría trabajo a 300 familias, crearía 1.000 empleos indirectos... Aquí solo queda gente mayor, esto es un geriátrico ambulante porque los jóvenes se están marchando”, cuenta quien insiste en “buscar negociaciones para reiniciar el proyecto”.

José Muíño anuncia también que “hay intereses” de diversas empresas para “ser el apoyo económico” que permita a Edgewater superar “los nuevos criterios económicos de la Xunta” e insiste en que esta paralización solo es “el punto de partida para empezar de nuevo”. “Tenemos que luchar para que no haya riesgo medioambiental y estar encima de las empresas, pero si cumplen la ley, las empresas tienen derecho a insistir e iniciar el proyecto”, remacha, antes de advertir de que el actual precio del oro aun aumenta más “el interés” de las compañías mineras. “Hay posibilidades y yo soy optimista y estoy esperanzado”, finaliza.

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