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El futuro (tecnológico) de la salud: robots cirujanos y consultas por videollamada

Las videoconsultas alcanzarán los 158.4 millones al año en el mundo en 2020.

Marta Sofía Ruiz

Aunque a muchos les cueste imaginar una visita al doctor sin el correspondiente trayecto al centro de salud o al hospital, cada vez más pacientes recurren a la telemedicina y consultan a su médico a distancia. No son los únicos que realizan preguntas digitalmente: en Estados Unidos los médicos de familia ya pueden consultar a especialistas a través de una aplicación, con el objetivo de realizar diagnósticos más certeros y de evitar a sus pacientes visitas (y desembolsos) innecesarios, y en España varias comunidades cuentan con servicios de telemedicina en las áreas de dermatología, oftalmología y psiquiatría.

Estas tecnologías, así como otros recursos como los robots que asisten a cirujanos o los ‘wearables’ que monitorizan las señales de sus portadores para adelantarse a posibles crisis, van a convertirse, según los expertos, en una constante en el sector médico. Según la consultora estadounidense Tractica, el número de consultas por videollamada va a seguir creciendo exponencialmente a nivel mundial y se pasará de los 19,7 millones que hubo en 2014 a los 158,4 millones al año que, según sus estimaciones, se producirán en 2020. A estas consultas hay que sumarles las que se realizan a través del teléfono, un servicio que en España está disponible en varias comunidades.

“La gran ventaja que tiene [la telemedicina], y sobre todo para el cliente, es ahorrarse el desplazamiento”, explica César Morcillo, jefe de Medicina Interna del hospital Sanitas Cima, durante una entrevista para el podcast de Hoja de Router. “Que el paciente pueda decidir qué prefiere él: una visita presencial o una visita por videoconferencia”, añade este facultativo, que recibe consultas por videoconferencia a través del programa Blua de la compañía de salud.

Este doctor considera que el único inconveniente que tiene la videoconsulta es la ausencia de la exploración física. Sin embargo, el doctor puede ver al paciente a través del vídeo, cuenta con su historial y tiene acceso a las pruebas y las exploraciones complementarias. Aún así, si todo eso no fuera suficiente y el médico tuviera dudas sobre el diagnóstico, podría comunicarle al paciente que es necesaria una consulta presencial.

En opinión de Morcillo, la inmediatez de la videoconferencia es también una manera de evitar que algunas personas confíen en el 'doctor Google' y opten por automedicarse. “Hay evidencia científica de que, cuando consultas un síntoma en Google, no lo va a diagnosticar correctamente en más de un 50 % de los casos, con lo cual no es muy buen doctor”, comenta el especialista.  

Un futuro telemático

El especialista de Sanitas cree que la expansión de la videoconsulta, y de la telemedicina en general, va a terminar siendo una realidad de nuestro día a día y que, además, contaremos con dispositivos que contribuirán a cuidar de nuestra salud. “Creo que la mayoría de nosotros vamos a llevar un ‘wearable’ y vamos a estar conectados con nuestro sistema de salud, que nos hará una medicina preventiva y predictiva donde podremos detectar a tiempo una variable antes de que se empiece a descompensar y a desarrollar una enfermedad”, opina.

Carlos Reines, fundador de RubiconMD (un sistema que conecta telemáticamente a médicos de atención primaria con especialistas de primer nivel en Estados Unidos), también cree que las tecnologías digitales de la salud son el futuro. “Cada día vemos más y más empresas que están naciendo en todos los sectores de tecnología digital en salud: soluciones de cara al paciente, de cara al médico, aplicaciones de gestión de enfermedades crónicas, soluciones de pequeños dispositivos que ayudan a mejorar el diagnóstico, para crear mayor coordinación entre los distintos profesionales... Está habiendo una transformación fortísima y la oportunidad es gigante”, explica a HojaDeRouter.com.

Reines y sus socios comenzaron a trabajar en RubiconMD, en 2013, por varias razones. Por una parte, estaba la experiencia personal de uno de los fundadores, cuya abuela tenía que viajar de Barbados a Boston para hacer el posoperatorio de una intervención de cáncer.

Por otro lado, la situación del acceso a los especialistas en el país de las barras y estrellas les resultaba preocupante. “Hay estudios que confirman que el 40 % de las derivaciones a especialistas son innecesarias. Y, además de eso, hay en torno a un 52 % de la población de Estados Unidos que tiene grandes retos en el acceso a estos profesionales”, añade Reines.

Por ello decidieron desarrollar RubiconMD, con el objetivo de que la tecnología contribuyera a mejorar las conexiones entre atención primaria y especialidades. El concepto es sencillo: su plataforma conecta a médicos de cabecera con un plantel de cien especialistas formados en los centros médicos de referencia del país a los que pueden consultar sus dudas. “Son especialistas que son muy buenos en la parte clínica y que tienen también pasión por enseñar y una flexibilidad en su día a día para poder responder esas preguntas”, concreta Reines.

Respecto a los profesionales que acuden a la plataforma, se trata en su mayoría de médicos de familia, profesionales de medicina interna y enfermeros practicantes —una figura intermedia del sistema de salud estadounidense, mezcla entre enfermero y médico, que en algunos estados tiene capacidad para diagnosticar, tratar y recetar de forma autónoma.

Gracias a las respuestas de los especialistas, a los que se les puede mandar toda la información, documental y fotográfica, se evita la realización de pruebas innecesarias y visitas a especialidades que no son las adecuadas. “Cubrimos mas de cien especialidades y subespecialidades”, explica Reines. “Recibimos muchas dudas de cardiología, muchas preguntas sobre electrocardiogramas, dermatología (un caso de uso muy común), endocrinología (especialmente en un país donde la prevalencia de la diabetes es altísima), neurología, traumatología…”

De esta forma, buscan transformar el sistema a través de la atención primaria. “Nuestra misión es democratizar el acceso al conocimiento de los especialistas para que todos los pacientes reciban la atención que se merecen”, explica Reines. “Hay estudios que confirman que cualquier población que tenga una base sólida de atención primaria va a tener unos buenos indicadores de calidad: más longevidad, menor prevalencia de enfermedades crónicas, menos mortalidad infantil…”, concreta el español.

Por el momento, RubiconMd —que acaba de asociarse con la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y su centro de referencia, el hospital Zuckerberg, líderes en medicina telemática— solo funciona en Estados Unidos. Sin embargo, su objetivo es ir dando el salto a otros países para que la tecnología contribuya a mejorar el sector de la salud a través de la conexión entre facultativos.

Robots en los quirófanos

Los quirófanos también están sufriendo transformaciones cada vez mayores gracias a la tecnología, en concreto de la mano de robots como el famoso Da Vinci que facilitan las intervenciones. “Ahora mismo los robots comerciales lo que hacen es dar más precisión al cirujano. Repiten los movimientos del cirujano pero de forma milimétrica”, explica Víctor Muñoz, responsable del primer asistente robótico para cirugía laparoscópica y experto en robótica médica. “El cirujano tiene algo parecido a un ‘joystick’ y, al mover los dedos, el robot repite sus movimientos”, explica, “lo que para muchas intervenciones es una ventaja muy considerable”.

Según este experto, en el futuro los quirófanos estarán cada vez más robotizados: “El robot instrumentista, el que coge las gasas... Todo eso podría ser un robot”. Eso sí, al menos por el momento, los robots no son capaces de pensar y tomar sus propias decisiones, sino que se limitan a seguir las órdenes del cirujano. “Lo que veo muy lejos es que un robot sea superinteligente y que opere solo”, comenta el experto.

Sea gracias a un robot que perfecciona los movimientos del cirujano o por una consulta telemática, el futuro de la medicina parece pasar por la tecnología, aunque todos los cambios que llegan al campo lo hacen poco a poco. “El mercado de la salud se mueve lentamente”, explica Reines. “Es una carrera de largo plazo en la que se requiere paciencia: hay regulaciones estrictas, la dinámica de cambio no es tan rápida... Es un proceso lento pero que está pasando”, concluye. 

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Las imágenes de este artículo son propiedad de Cisco Australia-New Zealand, US Department of Agriculture y Ilmicrofono Oggiono

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