“Cegasa es viable, pero los bancos se niegan a ayudarnos”
La plantilla del Grupo Cegasa, que acaba de entrar en concurso de acreedores, ha asegurado que la empresa sigue siendo viable. El problema radica, según los trabajadores, en que los bancos “se niegan a ayudarnos. Nos han cortado el crédito”. “Entre todos los ciudadanos les hemos rescatado [a los bancos], pero ahora no quieren devolver nada de esa ayuda”, se ha lamentado Mikel Juanikorena, miembro de los comités de empresa de Cegasa.
El grupo está integrado por Gegasa Multidistribución, Cegasa Internacional Vitoria y Cegasa Internacional Oñati. Entre otras suman una plantilla de más de 900 trabajadores, de los que 500 se concentran en las plantas de Vitoria y de Oñati (Gipuzkoa). En la actualidad, la deuda que arrastra el grupo asciende a 127 millones de euros, de los que 86,5 se deben a un conglomerado de 12 bancos.
Los comités de empresa, integrados por ELA, LAB, CC OO, ESK y UGT, han anunciado una serie de movilizaciones para que los accionistas y a las instituciones públicas se impliquen en la continuidad del proyecto industrial y el mantenimiento de los puestos de trabajo. Según el comité, el endeudamiento creciente de la compañía, tanto con proveedores, bancos y trabajadores, ha llevado al fracaso “los esfuerzos estratégicos y operacionales realizados por Juan Celaya [principal accionista]”. Así, los trabajadores culpan a la mala gestión de la dirección, encabezada por el administrador único, Aitor Medina, del concurso de acreedores.
A partir de ahora, la plantilla va a centrar sus esfuerzos en exigir a los bancos acreedores que mantengan abiertas las vías de circulante que hagan posible la continuidad de las empresas y en reclamar al Gobierno vasco y a la Diputación de Álava que apoyen a la plantilla. Además, estudiarán fórmulas para depurar responsabilidades de la actual dirección “por su nefasta gestión”.
124 millones de facturación
Cegasa, que facturó 124 millones de euros en 2013, confiaba en que la incorporación de nuevos socios podría permitir el mantenimiento de la actividad, pagar a todos los proveedores y atender a los compromisos con las entidades financieras.
El grupo ha reconocido que se ha visto “duramente golpeado” por la crisis económica, de la que ha asegurado que ha afectado “directamente” a sus líneas de negocio. Pero la crisis viene de lejos. De hecho, en 2008 la empresa presentó un expediente de regulación de empleo, que afectó a 240 trabajadores. Y en 2011, visto que era incapaz de remontar la crisis, tuvo que presentar un nuevo ERE para casi 200 empleados.
