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La ciudad sin barreras

Outbarriers, una aplicación para móviles que identifica mediante balizas los obstáculos urbanos

María Muñoz

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“Dejaros de tonterías y empezad a hacer algo útil para nosotros” fue lo que les dijo un amigo invidente a dos ingenieros informáticos que de cuando en cuando le contaban los proyectos que iban desarrollando. Se pusieron a ello, dieron con la tecnología que necesitaban y acabaron por crear Outbarriers, una aplicación para móviles que identifica mediante balizas los obstáculos urbanos y ofrece la información necesaria para que las personas ciegas puedan desplazarse por la ciudad de manera autónoma. En unas semanas comienzan un programa piloto en la ciudad de Granada con información sobre líneas de autobuses y 40 comercios.

“Descubrimos las tecnología iBeacon, que funciona con pequeñas balizas del tamaño de una caja de cerillas y que a través de bluetooth envía información y ejecuta una acción en tu móvil”, explica Adrián Martínez, creador junto a José Manuel Robles de Outbarriers. Cuando su amigo invidente, Antonio, les pidió un proyecto para mejorar su autonomía no lograban dar con el adecuado adecuado. Hasta que Apple desarrolló por primera vez esta tecnología como sistema para lanzar ofertas según uno se mueve por una tienda.

Los dos ingenieros comenzaron a trabajar en una aplicación para hacer un museo más interactivo con un sistema de balizas y enseguida se dieron cuenta de que era lo que necesitaban para crear lo que les pedía Antonio. El sistema consiste en colocar una baliza en los lugares que por ejemplo pueden suponer un obstáculo para una persona ciega, como puedan ser unas escaleras. Cuando la persona pasa por esa baliza la aplicación recibe la información que previamente se ha introducido y dice que se acerca a ellas.

Cada baliza, una información

Lo que iba probando Antonio le gustaba y tras ganar un premio tecnológico que les permitió seguir con su desarrollo, antes de que acabe el año comienzan un programa piloto en Granada con la participación de 40 comercios y dos líneas de autobús. “Esta tecnología permite programar la baliza con la información que cada uno quiera”, explica el ingeniero. En el caso de Outbarriers y el proyecto piloto, la información que se recibe en el teléfono móvil tiene que ver con la frecuencia de la línea de autobús, si el vehículo tiene una o dos puertas o la longitud para poder moverse con seguridad por él.

De los comercios, ofrece información sobre la situación del local según la persona invidente se acerca a él, sobre si la puerta se abre hacia dentro o hacia afuera o el lugar dónde está colocado el mostrador. Pero también es posible incluir datos sobre el menú o las ofertas que ofrece ese día una determinada cafetería. “Cada usuario que tiene una baliza puede modificar la información a través de internet e incluir la que crea que puede mejorar la autonomía de los invidentes”, subraya Martínez.

Están terminando de ajustar las aplicaciones tanto para IOS como para Android y “pronto”, dice, estarán disponibles para quienes quieran usarlas. Explica también que habrá una aplicación para los que llaman “voluntarios”. “Permite que si detectamos barreras arquitectónicas, las fotografiemos y con las coordenados GPS posibilita ir señalándolas en un mapa y luego quien quiera puede donar balizas para que se vayan colocando”, cuenta Martínez.

Suavizar la tecnología

También ofrece la opción de ayudar a una persona invidente que se encuentre por la zona. “El invidente puede activar un aviso sobre lugares concretos, si va por ejemplo a un determinado súpermercado o está por una calle, si desea que le ayude alguien para hacer determinada actividad”, explica el ingeniero, quien subraya que el objetivo principal de la aplicación es ampliar las “zonas de confianza” de las personas invidentes y esta posibilidad es una “forma de suavizar el impacto tecnológico”.

Las balizas requieren muy poco mantenimiento y solo es necesario cambiar la pila una vez cada dos años. “Los nuevos edificios que se construyan deberían incluir un punto de luz para estas balizas, ya no haría falta cambiar la pila y la utilidad de esta tecnología es muy grande”, afirma. Y añade: “No solo para las personas invidentes pero para todo lo que podamos imaginarnos en la ciudad”. Las ventajas frente al GPS, afirma, es que el iBeacon -faro en inglés- funciona dentro de los edificios y, sobre todo, que consume muy poca batería. “No hemos inventado la tecnología pero sí un nuevo uso que favorece la autonomía de las personas”.

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