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Los Mossos tenían anotaciones de la encerrona de policías nacionales al banquero de los Pujol en una boda

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aplaude al DAO de la Policía, Eugenio Pino, al recibir éste un premio de La Razón

Pedro Águeda

Junio de 2014. Una finca a las afueras de Madrid acoge la celebración de una boda. En una de las mesas, uno de los comensales está visiblemente incómodo. Es Higini Cierco, máximo accionista de la Banca Privada de Andorra. Asiste a la boda de uno de sus subordinados y le han sentado por sorpresa con dos comisarios de Policía, los mismos que desde hace semanas le presionan para que les entregue información sobre las cuentas de los Pujol en su banco.

Este episodio de la Operación Cataluña fue relatado ante la justicia andorrana por el propio Cierco dos años después. Ahora sale a la luz que los Mossos d’Esquadra tenían información sobre lo ocurrido en el convite y que unas anotaciones a lápiz figuran entre los documentos que intentaron destruir en la incineradora de Sant Adriá de Besòs, según desveló este jueves El Periódico.

En esas notas hay un dato desconocido hasta ahora: a la boda asistió el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Según las anotaciones estuvo sentado a la mesa con los comisarios y el banquero. Desde Ciudadanos confirman la asistencia al enlace, pero niegan que se quedara siquiera a la cena y desmienten que Rivera conozca a los policías.

Para entender la escena descrita hay que recurrir a su artífice, el abogado José María Fuster-Fabra, sentado a la misma mesa junto a su esposa y las de los comisarios. Histórico defensor de policías, Fuster-Fabra es la persona que presenta hace años a dos protagonistas de la Operación Cataluña, el inspector jefe José Ángel Fuentes Gago y el exdirector de la Oficina Antifraude Daniel de Alfonso. Fuentes Gago es quien conduce a De Alfonso al despacho de Fernández Díaz. Todos estos extremos son relatados por el propio De Alfonso durante la grabación en el despacho del ministro. El novio en la boda es primo hermano de Fuster-Fabra.

El documento incautado a los Mossos lleva por título “Boda en Madrid de la familia Fuster Fabra”. Y en la misma se dice que estuvieron “Blas, Pino, Cierco, Fuster Fabra y sus mujeres, en la mesa estaba también Albert Rivera”. La anotación alude a Eugenio Pino, quien fuera director adjunto operativo de la Policía y artífice de la policía política de Fernández Díaz, y a Marcelino Martín-Blas, el jefe por aquel entonces de la Unidad de Asuntos Internos, los agentes sobre el terreno de la Operación Cataluña.

Los hermanos Cierco comparecieron el 18 de agosto de 2016 ante la jueza andorrana que les investiga por blanqueo de capitales. Durante su comparecencia, Higini Cierco aprovechó para denunciar presuntas presiones y amenazas de la Policía española para obtener información sobre los depósitos que pudieran tener en el banco Jordi Pujol, Artur Mas, Oriol Junqueras y sus familias.

Según declaró Cierco, los policías españoles les amenazaron con provocar la intervención del banco, investigado por las autoridades estadounidenses ya en ese momento por blanqueo de capitales procedentes de delincuentes de varios puntos del globo.

Higini Cierco admitió ante la jueza haber facilitado a la Policía española información de los fondos de la familia Pujol en el banco que luego fue publicada por el diario El Mundo el 7 de julio de 2014. Veinte días después de la noticia, el expresident de la Generalitat hizo público un comunicado reconociendo haber tenido dinero en el extranjero. El BPA fue finalmente intervenido en marzo de 2015 a raíz de una denuncia de Estados Unidos por actuar como una máquina del blanqueo de capitales de mafias rusas y chinas, entre otras.

“Se puede imaginar aquella mesa, no sabía ni qué decir”

El relato de Cierco incluye cómo una secretaria del BPA recibió presiones desde el teléfono móvil que le entregó un desconocido en un bar o el episodio de la boda. “Se puede imaginar que aquella mesa, que yo no sabía ni lo que decir, cómo se puede imaginar, ni qué hablar ni cómo mirármelo, pues había estado hablando con el señor Martín Blas porque durante el aperitivo, no sé por qué, que me imagino que sí, se quedaron allí conmigo. Lo tuve allí dos horas de aperitivo, dos horas de comida y al final me pude marchar, pero coincidí en aquella mesa con ellos dos que conocían perfectamente la operación, que yo sé que de los documentos que he visto, algunos estamos fotografiados y perseguidos por la policía”, narró Cierco en el Juzgado, según la declaración adelantada por El Español.

A la querella de los Cierco acudió de forma voluntaria el comisario hoy encarcelado por liderar presuntamente una organización criminal José Manuel Villarejo, quien presentó una declaración ante notario en la que asegura ser el autor de varios informes de la Operación Cataluña cuyo contenido demostrarían los hechos que denuncian los Cierco. Esas notas señalan a dos de los tradicionales enemigos de Villarejo, el Centro Nacional de Intigencia (CNI) y el comisario Martín-Blas. También esas notas de Villarejo, condecorado por la Operación Cataluña, estaban en poder de los Mossos, según ha desvelado el asunto de la incineradora.

El informe que la Policía española ha entregado a la Audiencia Nacional concluye que miembros de los Mossos d’Esquadra sometieron a “vigilancia y seguimientos” a políticos contrarios al proceso soberanista “con la intención de poder recopilar información comprometida sobre sus movimientos, encuentros o vínculos en Catalunya, y así poder utilizar esta información en caso de tener que negociar con el Estado español para poder llegar a su objetivo final, que no era otro que la independencia de Catalunya”.

Así describe la Policía española una operación que estaría destinada a contrarrestar el unionismo desarrollada por los Mossos d’Esquadra, sin atribuciones legales para ello y para la que no se habría contado en momento alguno con control judicial. De confirmarse sería una práctica similar a la que desarrolló un grupo de mandos del Cuerpo Nacional de Policía, con Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior, para atacar el movimiento soberanista, buscando información comprometedora de sus líderes, tal y como desveló eldiario.es en noviembre de 2014.

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