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Varios países aplican privatizaciones o externalizaciones en la Sanidad

Las sociedades científicas ofrecen gestión clínica frente a la externalización

EFE

Madrid —

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Diferentes países del entorno europeo de España aplican privatizaciones o externalizaciones en sus sistemas de gestión sanitaria y de prestaciones hospitalarias, según informaciones recogidas por EFE en Francia, Alemania, Portugal, Italia, Reino Unido, Holanda y Bélgica.

En medio de la polémica y los debates que afectan a la sanidad en España, y de manera más acusada en Madrid, esta es una panorámica de como se gestiona en otros países.

En Alemania, el proceso de privatización de los hospitales parece imparable; en menos de una década se ha invertido la proporción entre hospitales públicos y privados.

En 1991 había 1.100 públicos frente a 350 privados, pero estos datos, en 2007, se han equiparado, de forma que ahora hay 677 públicos frente a 620 de gestión privada, como resultado de una ola de privatizaciones que arrancó en 2000 y que se ha acelerado en los últimos años.

En cuanto a Francia, diferentes servicios no sanitarios en hospitales y otros centros de la Seguridad Social, como la limpieza, están externalizados a empresas privadas.

En 2009, una ley puso fin al llamado “Servicio Público Hospitalario”; los hospitales públicos, como los privados, reciben las dotaciones de la Seguridad Social en función de los “actos” sanitarios que llevan a cabo, y sobre la base de unas parrillas de tarifas con el precio para cada uno de ellos.

El paciente, como cuando va al médico y a menos que tenga unos ingresos muy bajos para ser beneficiario de la Cobertura Médica Universal (CMU), paga una parte de la asistencia que recibe en un hospital. Parte de ese pago puede ser reembolsado si cotiza a una mutua.

En Italia, el presidente del Gobierno, Mario Monti, afirmó hace unas semanas, en un hospital de Palermo, que la crisis ha afectado a todos los sectores y “la medicina no es una excepción”.

“El futuro de los sistemas sanitarios nacionales, incluido el nuestro, del que estamos orgullosos, podría no garantizarse si no se encuentran nuevas formas de financiación para los servicios y las prestaciones”, dijo Monti.

La ley de presupuestos presentada por el Ejecutivo italiano decidió un recorte en los fondos destinados a la sanidad pública de 600 millones de euros en 2013, y de 1.000 millones en 2014.

El Gobierno británico planea una reforma del Servicio Nacional de Salud que incluye el traspaso de la gestión del presupuesto sanitario de las autoridades locales a los médicos en los ambulatorios.

Esta medida, combinada con otros recortes, es considerada por los críticos como una privatización encubierta, ya que se anticipa que los médicos de cabecera subcontratarán a gestores y proveedores externos, lo que puede llevar a una comercialización de los servicios de salud.

En Portugal, el Gobierno decidió el año pasado abrir la prestación de servicios sanitarios públicos a empresas privadas.

El Gobierno enmarca los recortes sanitarios en las medidas de austeridad necesarias para cumplir las condiciones del rescate financiero que obtuvo el año pasado.

Los portugueses, que pagaban ya unas pequeñas tasas por recibir asistencia sanitaria pública, han visto como se disparaban en 2012. Ahora, una consulta normal cuesta cinco euros y una de urgencias, veinte.

No obstante, el Gobierno asegura que la mitad de los beneficiarios del sistema público de salud, en un país de 10,5 millones de habitantes, están exentos de realizar esos pagos por su condición social o económica.

El grueso de la atención primaria en Bélgica es prestado por médicos y clínicas privadas en los que el paciente paga de su bolsillo las consultas o tratamientos, y luego recibe un reembolso parcial por parte del Estado.

En Holanda, son empresas privadas y no la Administración pública, las encargadas de gestionar el sistema de salud, mientras que las autoridades únicamente se ocupan del control sobre la accesibilidad y la calidad de esos servicios sanitarios.

También en otros países fuera de Europa se producen situaciones similares.

En México, la externalización de los servicios sanitarios existe desde hace una docena de años y, en los últimos seis, este esquema se aplica al programa sanitario del Seguro Popular, un esquema público del que se benefician 52,9 millones de personas de escasos recursos.

Los servicios médicos que más se externalizan son los de atención al parto, laboratorio, y el seguimiento de para algunos cánceres específicos, como el de mama y el cérvico-uterino.

En Chile, el sistema público, denominado Fondo Nacional de Salud, deriva en algunas ocasiones a hospitales privados a algunos enfermos cuando no puede atenderlos, pero se trata de una práctica poco generalizada.

Este Fondo atiende a nueve millones de personas, mientras el sistema privado cubre las necesidades de otros cuatro millones. El resto de la población recibe prestaciones de otros subsistemas, como el de las Fuerzas Armadas y Carabineros y la Corporación Nacional del Cobre.

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