El PMA distribuye alimentos a miles de desplazados por violencia en RD Congo

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha comenzado a distribuir alimentos a miles de personas hambrientas y desplazadas por la violencia en la región de Kasai, en el centro de la República Democrática del Congo.

La agencia de la ONU, con sede en Roma, informó hoy en un comunicado de que ha lanzado una operación de emergencia con su socio World Vision para ayudar a 42.000 personas que han tenido que abandonar sus hogares en esa región por el conflicto.

También reclamó 17,3 millones de dólares (unos 14,7 millones de euros) para incrementar la asistencia y poder llegar a 250.000 personas vulnerables hasta final de año en Kasai, donde se encuentran cerca de 1,5 millones de desplazados.

El pasado lunes, el PMA y la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtieron en un informe de que 7,7 millones de personas sufren hambre y requieren ayuda humanitaria urgente en la República Democrática del Congo, lo que supone un 30 % más respecto al año anterior.

Más de una de cada diez personas que viven en las zonas rurales padecen desnutrición crónica, un problema que afecta al 43 % de los menores de cinco años, según la ONU, que ligó el aumento del hambre a la escalada del conflicto y del desplazamiento de la población en el centro y este del país, sobre todo en las regiones de Kasai y Tanganyika.

De acuerdo al informe, en varias zonas la población solo come una vez al día sin lograr satisfacer sus necesidades nutricionales, por lo que muchos se han visto obligados a reducir y saltarse las comidas, vender sus activos, pedir dinero prestado o mendigar.

La emergencia se ha agravado, además, por la propagación de orugas, que han destruido las cosechas en una cuarta parte del país, y por los brotes de cólera y sarampión.

La ONU ha pedido a las partes enfrentadas que permitan el paso de la ayuda humanitaria y a la comunidad internacional que aporte fondos para cubrir las necesidades urgentes.

Una ola de violencia estalló en agosto de 2016 en las provincias de Kasai cuando el líder de la milicia Kamuina Nsapu, que lleva su nombre, murió a manos del Ejército y este grupo comenzó a vengarse al atacar a policías y miembros de las Fuerzas Armadas, instituciones y símbolos estatales y a reclutar a menores.

Se calcula que los enfrentamientos en el centro del país africano ya han causado unas 3.000 muertes y han obligado a 300.000 personas a buscar refugio en algún país vecino.