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Las familias aún esperan que los escombros devuelvan a sus muertos en Bangladesh

Las familias aún esperan que los escombros devuelvan a sus muertos en Bangladesh

EFE

Tongi (Bangladesh) —

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Diez días después del fuego que acabó con una fábrica de envases a las afueras de Dacca y causó 35 muertos, familiares de once trabajadores aún desaparecidos peregrinan cada día hasta los restos del edificio con la esperanza de que los escombros les devuelvan a sus seres queridos.

Zakia Sultana aguardaba ansiosa el pasado día 10 en Tegharia, su pueblo natal, a unos 95 kilómetros de Dacca, a que su padre regresara a casa para salir a hacer las compras y preparar el Aid al Adha, una de las celebraciones más importantes para los musulmanes.

Pero la llamada de un familiar transformó toda la emoción festiva en una angustia que se apoderó de ella ante la mirada de sus dos hermanos y su madre.

Le acababan de decir que la fábrica de Tampaco Foils, donde su padre, Nasir Uddin, había estado trabajando durante los últimos 23 años y era operador de maquinaria, ardía en llamas y se temían víctimas.

Llamó a su padre inmediatamente, pero el teléfono estaba apagado y decidió salir corriendo inmediatamente hacia Dacca, donde tampoco encontraría ninguna novedad sobre él.

Uddin, de 54 años, es uno de los once trabajadores dados como perdidos tras el incendio de una fábrica de empaquetado situada en el cinturón industrial de Tongo, a 25 kilómetros de la capital de Bangladesh, cuando 75 personas se encontraban en su interior.

“Llevo esperando más de diez días para saber de mi padre”, dijo a Efe Zakia mirando los escombros de la fábrica.

“No sé qué voy a decirle a mi hermano más pequeño. Tiene solo cinco años y no tiene ni idea de que su padre está desaparecido”, dijo.

Bomberos y militares están desplegados en el lugar desde el día del fuego. En la parte sur del edificio, los efectivos trabajan duro para tratar de penetrar en las estructuras colapsadas bajo bloques de cemento, tratando de evitar el humo envenenado por los químicos que aún sigue saliendo diez días después del fuego.

El inspector de bomberos Murshidul Islam indicó a Efe que tienen que trabajar con mucho cuidado porque todavía hay peligro de nuevos derrumbes en la estructura.

En el lado opuesto, más despejado, dos excavadoras limpian escombros. A unos 50 metros de allí, en una oficina administrativa de coordinación de los trabajos de búsqueda, diez familiares aguardan noticias con inquietud.

Nargis Begum y su hijo de 14 años están entre ellos esperando a que alguien les diga que han encontrado el cuerpo de su marido, Rafiqul Islam, de 40 años y ayudante de máquinas de la fábrica.

“No sé cómo voy a sobrevivir ahora con mis tres hijos”, dijo Nargis.

“Si no consigo el cuerpo no me darán ni siquiera una indemnización”, añadió, en alusión a la decisión del Gobierno de Bangladesh de compensar con 20.000 takas (250 dólares) a los familiares de las víctimas identificadas y 10.000 takas (125 dólares) a las de los heridos.

La espera es angustiosa porque se han encontrado los cuerpos de seis personas que aún no han sido identificadas.

Incluso existe la posibilidad de que el Gobierno no reconozca que los desaparecidos trabajaban en la fábrica ya que solo pueden ser identificados como empleados por los dueños de la factoría, pero los propietarios están prófugos.

Un padre, Abu Taher, dice que él solo quiere el cuerpo de su hijo Riad Hossain, desaparecido mientras trabajaba.

“Mi esposa ha enfermado porque no recibimos ninguna noticia de mi hijo”, dijo Taher.

“Solo queremos el cuerpo, nada más”, agregó.

Tras la muerte ayer en un hospital de la víctima número 35, las autoridades han entregado ya a las familias los cadáveres de 28 de los fallecidos, indicó a Efe Suman Kumar Bhakta, de la estación de Policía de Tongi.

“Hemos tomado muestra de ADN de los familiares para identificar a las restantes víctimas. Tenemos seis cuerpos sin identificar pero hay once familias que han reportado que sus familiares están desaparecidos”, añadió.

Los bomberos dan por sentado que encontrar los cinco cuerpos restantes será una tarea ardua y que llevará tiempo.

“Nos llevará días completar la operación”, dijo Islam, entre los cascotes del edificio destruido.

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