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Cajas: el expolio, los desafíos, las soluciones

Feijóo celebra la fusión de Caixanova y Caixa Galicia con sus directivos, en 2010

Antón Gómez-Reino

Diputado de En Marea en el Congreso de los Dipuados —

Crisis, alarma, shock. Esta fue la secuencia que, desde la caída de Lehman Brothers la mañana del 15 de septiembre de 2008, golpeó incesantemente nuestras sociedades para cambiar el horizonte de nuestras vidas por uno de recortes y austeridad. Llegaba el autoritarismo financiero de la nueva era de la globalización neoliberal.

Pero, ¿cual fue la secuencia que, en nuestro país, urdió el escenario de la crisis-expolio? Al calor de la desregulación, las cajas de ahorro, que hasta entonces cumplían una función social como entidades financieras ligadas al territorio y al desarrollo económico de la población, pasaron a orientar su actividad a las mismas funciones que los bancos: inversión en los mercados financiero e inmobiliario bajo criterios de especulación.

Llegó la crisis. Pese a que en 2010 bancos y cajas tenían niveles similares de morosidad, exposición a activos tóxicos y datos de insolvencia, es decir, idénticos problemas, los poderes políticos y económicos lanzaron su mensaje: “El problema son las cajas”. Lo que había detrás de este mensaje es bien conocido: la mitad del negocio bancario español de créditos y depósitos estaba en 2010 en manos de las cajas de ahorro. Su privatización suponía un gran negocio para la banca privada en tiempos de excepción.

Como es sabido, anteayer recibimos la noticia de la entrada en prisión de cinco de los principales responsables del expolio en nuestro país en el que, como en una novela de Mario Puzo (autor, entre otras, de 'El Padrino'), se tramó entre directivos de los bancos y responsables políticos, obviamente a espaldas de la sociedad, una red de privilegios y corruptelas. Como en un episodio financiero de la ilustrativa y espeluznante película argentina 'Memoria del Saqueo' de Pino Solanas el objetivo era evidente: vaciar los ahorros de la ciudadanía gallega bajo la ley de la Omertà. Eran los tiempos en los que los José Luis Méndez, Julio Fernandez Gayoso, Manuel Fernandez de Sousa, conocido como 'Manolito de Pescanova' o Francisco Vázquez dirigían las finanzas, los urbanismos y el poder de este país.

Al igual que no debemos olvidar los datos y los nombres de algunos de los responsables, técnicos y políticos, no debemos olvidar el origen de la problemática en cuestión: la crisis financiera (también inmobiliaria en el Estado español), que el 15M denunció como estafa, fue provocada por la economía de la especulación.

Recapitulando. Cinco condenados cumplirán pena de prisión. Bien está que la justicia derive responsabilidades. Con todo, y ante el escenario descrito, como representantes políticos tenemos todavía por delante un desafío inaplazable: el de exigir responsabilidades políticas a quien tenía que haber evitado el expolio desde los mecanismos de gobernanza institucional y control.

Por tanto, la tarea fundamental que tenemos como instituciones públicas y como sociedad continúa pendiente. Si queremos evitar que el expolio pueda volver a repetirse, son necesarias soluciones. En primer y principal lugar es imprescindible la regulación del sistema financiero a escala gallega, estatal y continental. En segundo lugar, es necesario abordar el desafío de devolver a la sociedad instrumentos vigorosos de financiación pública. La base de estas nuevas herramientas de las finanzas públicas, lógicamente, deberían ser estas cajas primero nacionalizadas, después rescatadas y saneadas con el dinero de la ciudadanía y finalmente vendidas a precio de saldo.

Instrumentos, banca, al servicio de una ciudadanía que lo necesita, del proyecto de un país nuevo, de una democracia avanzada: un sistema de banca diferenciada por sectores y territorios, que garantice la cobertura de las necesidades de la ciudadanía, del tejido productivo, de la economía cooperativa y de las PYMES. Que no sirva, nunca más, al enriquecimiento del 1% a base de especulación.

Que sirva, por contra, al desarrollo de la economía real que tanto necesita la mayoría social de la población.

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