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Hay preguntas que no se pueden evitar

Sáenz de Santamaría no tenía muchas ganas de hablar de Bloomberg.

Luz Sanchis

“Hay cosas que no se pueden demostrar” fue la metedura de pata de Mariano Rajoy durante la entrevista que concedió a la cadena Bloomberg durante su estancia en Nueva York. La frase formaba parte de la respuesta a una pregunta sobre corrupción y los papeles de Luis Bárcenas. En concreto sobre el uso de financiación ilegal en las campañas del PP y la posibilidad de que el presidente tuviera que dimitir por ello en caso de que se pruebe en un tribunal. La respuesta debió de poner los pelos de punta a todo el palacio de la Moncloa porque los asesores del presidente presionaron a Bloomberg para que no se incluyera el fragmento, a lo que la cadena de televisión se negó. El resultado del tejemaneje fallido es que medio mundo se ha enterado de lo que el Gobierno entiende por comunicación.

Las entrevistas que concede Rajoy en el extranjero no estarían rodeadas de tanta expectación si no fuera porque prácticamente no las concede en su país y contesta con evasivas en las pocas ocasiones en que ofrece ruedas de prensa sin tiempo tasado. Sus contestaciones a todo lo que tenga que ver con el extesorero del PP dan para una antología del disparate en la que destaca su famoso “la segunda ya tal” o el mantra de “sobre ese tema que me pregunta ya he dado suficientes explicaciones”.

Este viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Soraya Sáenz de Santamaría ha tenido que lidiar con la cuestión ya que las presiones a Bloomberg han salido a relucir en cuanto se ha abierto el turno de preguntas. María Rey, de Antena 3, se ha dirigido a la vicepresidenta del Gobierno para interesarse por ello, junto a las relaciones con Cataluña y las negociaciones para liberar a Marc Marginedas, periodista de El Periódico de Catalunya secuestrado en Siria. La número dos de Rajoy ha contestado a las dos últimas preguntas sin prisa. Y ha simulado olvidarse de la primera, aunque unos minutos antes parecía tomar nota de todo lo que se le preguntaba.

El resto de colegas se ha interesado por los próximos Presupuestos Generales del Estado, la nueva ley de desindexación de las pensiones y por las previsiones de paro, ya que eran los temas centrales del día. Si Sáenz de Santamaría suele dar la palabra a varios periodistas de Economía cuando quiere evitar las preguntas consideradas políticas, este viernes era más comprensible. Dado que ni Luis de Guindos ni Cristóbal Montoro han sido claros en las respuestas, los periodistas se han visto obligados a repreguntar elevando la voz porque se les retira el micrófono una vez han formulado sus cuestiones. De esta forma, es mucho más difícil insistir.

La pregunta de si el Gobierno confirmaba que presionó a Bloomberg para intentar censurar la entrevista ha quedado pendiente hasta el último turno de palabra, cuando la ha recuperado Carlos E. Cue, de El País. Incómoda, la vicepresidenta ha evitado desmentirlo y ha afirmado que el Gobierno está “satisfecho” y que todos pudimos ver la entrevista. En un intento de elogiar a su jefe, Sáenz de Santamaría ha dicho que la entrevista iba encabezada “con el pórtico de El hombre que ha salvado a España”. Con lo de “pórtico”, se refería a la entradilla de presentación. Vimos la entrevista, sí. Pero la vimos entera porque Bloomberg se negó a cortarla. Si llega a ser por Moncloa, hubiéramos visto una versión mucho más corta.

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