EE.UU., ese país ¿comunista?
“El mundo no descubrió a Lincoln como héroe hasta que hubo caído como mártir”, dejó escrito Karl Marx. Esta admiración abre una de las grandes novedades de la semana literaria, Guerra y emancipación, la correspondencia entre Marx y Lincoln que publica Capitán Swing. En estas cartas, intercambiadas en los años de la Guerra Civil estadounidense, descubrimos la amistad y sentimientos parejos de ambos por acabar con el conflicto de la esclavitud. El director Steven Spielberg, que acaba de estrenar su vasto biopic sobre el presidente norteamericano y padre de la nación y gran líder, parece haber soslayado este espíritu “comunista”, pero ahí están las palabras para recordárnoslo.
De hecho, si bien Lincoln fue asesinado (uno de los homicidios más teatrales de la historia, que además, sucedió en un teatro), eso no fue obstáculo para que, después de que iniciara su revolución, la Asociación Internacional de Trabajadores comenzara a promover huelgas por todo el país estadounidense abogando por los derechos de los trabajadores blancos y negros, nativos y extranjeros.
Bien sabemos que EE.UU. siempre ha recelado del comunismo. No hace tanto de esa caza de brujas del senador McCarthy. Mucho menos de Reagan y del apostolismo neocon, pero esta correspondencia nos demuestra que en aquel nacimiento de la nación ya había un tipo merodeando por allí que puso las bases del sistema político y social marxista, y al que quizá los estadounidenses deban mucho más que a las barras y estrellas de la bandera. Para sacar más conclusiones, ahí están las cartas.