Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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La LUCHA pacífica por el cambio en la República Democrática del Congo
Mª del Carmen Ramírez
Equipo África Subsahariana de Amnistía Internacional —
Serge Sivya se quedó realmente admirado viendo la Sagrada Familia. Pronto volvió a la realidad. Su visita a Barcelona en diciembre de 2015 formaba parte de su gira por Europa con Amnistía Internacional para luchar por la liberación de sus compañeros Fred Bauma e Yves Makwambala, dos activistas de derechos humanos encarcelados por defender la democracia en República Democrática del Congo (RDC) en marzo de 2015 y considerados presos de conciencia por Amnistía Internacional.
Me explica que estuvieron 50 días sin saber nada de Fred e Yves. No fue hasta la puesta en marcha de la acción urgente de Amnistía Internacional que pudieron ser visitados por sus familias, médicos y abogados. Podían enfrentarse a pena de muerte, pues fueron acusados de alta traición y de atentar contra el presidente de RDC, Joseph Kabila.
Serge me habla de la organización ciudadana a la que pertenecen: LUCHA. El nombre, me cuenta divertido, se lo pusieron al escuchar una canción española revolucionaria de la que no entendían nada excepto esta palabra. Preguntaron qué significaba y listo, sólo faltaba buscar su definición: “Lutte pour le changement”.
LUCHA, que nació en 2012, está compuesta por un grupo de estudiantes que buscan el cambio de los jóvenes para convertir su país, RDC, en un lugar de futuro. Me confiesa que tenían miedo de que cuando ellos fuesen adultos sus hijos les echasen en cara que ellos no hubiesen hecho nada. “En LUCHA siento que sirvo a mi país, es la expresión de mi amor por RDC, porque la felicidad del hombre la da el hacer algo por los demás” declaró Serge.
Me dice que en RDC los problemas son muchos: falta de seguridad, alto índice de paro, difícil acceso a la sanidad y a la educación… “Pero esto no es más que el follaje de un árbol, sólo es la manifestación de un problema de raíz, que es la mala gobernanza”. LUCHA quiere una población exigente que le pida cuentas al poder porque así se conseguirá que se ejerza la responsabilidad y la población disfrute del bienestar: “Si no pedimos nada, nada nos darán”.
Muchos de los componentes de LUCHA habían sido detenidos y amenazados en diversas ocasiones. Serge ya había estado cuatro veces en prisión y estaba convencido de que lo volvería a estar. No se equivocaba. Dos meses después, el 16 de febrero de 2016, Serge fue condenado, junto con cinco personas más - Rebecca Kavugho, Justin Kambale Mutsongo, Melka Kamundu, John Anipenda y Ghislain Muhiwa- a dos años de prisión por cargos de “intentar incitar a la desobediencia”. La detención tuvo lugar horas antes de una huelga general en protesta por los retrasos sufridos en los preparativos de las elecciones generales que en principio deberían celebrarse este año en la República Democrática del Congo.
Tras otra acción urgente de Amnistía Internacional interpusieron un recurso logrando reducir la pena a seis meses de prisión, a pesar de que su encarcelamiento seguía siendo totalmente injusto. Recuerdo las palabras de Serge: “Con Amnistía Internacional somos más fuertes, sabemos que sacaréis a la luz todo lo que nos pueda pasar”.
El 22 de julio el presidente Joseph Kabila otorgó un indulto a los seis activistas para que quedasen en libertad de manera inmediata. Sin embargo, los seis lo rechazaron por solidaridad con otros presos políticos y de conciencia como Fred Bauma, Yves Makwambala, Bienvenu Matumo y otros activistas juveniles en espera de juicio en Kinshasa. Además prácticamente habían cumplido ya sus condenas, que debían terminar el 16 de agosto.
El Ministro de Justicia declaró en una entrevista radiofónica que los sacaría a la fuerza si era necesario. Así fue. Finalmente el 26 de julio fueron “obligados” a salir de la cárcel. Hoy están en libertad.
La tensión política crece en RDC así como la represión contra toda persona y organización que se exprese en contra de los intentos del Presidente Joseph Kabila de presentarse a un tercer mandato, algo inconstitucional. Consuela que organizaciones como Amnistía Internacional arrojen luz a casos que de otra manera quedarían en el desconocimiento. Alivia saber que movimientos como LUCHA siguen activos a pesar de la adversidad.
Me quedo con las palabras de Serge Sivya sobre el futuro de LUCHA: “LUCHA sobrevivirá porque es un espíritu, porque si RDC se levanta, toda África lo hará”.
Sobre este blog
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
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