Andalucía perderá 4.000 empleos en el sector financiero durante 2013
El ejercicio 2013 se augura como el año en el que el sector financiero andaluz recibirá la puntilla tras el derribo de sus cajas de ahorros, sobre todo porque todavía queda un coste laboral que asumir y que los sindicatos calculan en al menos 4.000 despidos más. No solo se desmorona el sueño de contar con un instrumento financiero propio potente, sino un sector que ha sido clave para el acceso al crédito y también en la generación de empleo, especialmente en el caso de las cajas; sólo superado por la sanidad y la educación. Se ha producido la paradoja de que gracias a dinero público los ciudadanos tendrán que cargar sobre sus espaldas el despido de miles de trabajadores para que las entidades financieras puedan cuadrar sus resultados.
La red bancaria de Andalucía estaba integrada por 6.069 oficinas de cajas y bancos a septiembre de 2012 (los últimos datos facilitados por el Banco de España), frente a las 7.083 de 2007, el año que marca la frontera con la crisis. Es decir, en cinco años se han cerrado más de 1.000. Estos cierres han ido en paralelo a una hemorragia en el empleo en un sector en el que Andalucía representa el 15% del total en España. Sevilla es la provincia en la que más empleo se ha perdido –entre 2008 y 2012– con 1.460 puestos de trabajo, principalmente por la integración de Banca Cívica (de la que formaba parte Cajasol) en CaixaBank. Le sigue Cádiz, con 850 extinciones, sobre todo por el mismo proceso. En tercer lugar, Granada, con 790 despidos, la mayoría en torno al proceso de Caja Granada y BMN.
10.000 empleos desde el comienzo de la crisis
Todavía no han cerrado la cifra exacta, pero los sindicatos redondean en 5.600 empleos menos y creen que pueden rozar los 10.000 cuando esto acabe. Entre sus cálculos, Andalucía sufrirá el impacto de los ERE (expediente de regulación de empleo) de Bankia y Banco de Valencia, y especialmente de la situación de BMN, que podría afectar a unos 900 trabajadores.
“Las consecuencias más terroríficas se manifestarán en 2013 con una reforma laboral que ampara que la corrupción y las malas praxis empresariales se ceben en las clases trabajadoras, que se mantengan sueldos blindados, que algunos ejecutivos cobren cuantiosos incentivos por adelgazar la cuenta de gastos de personal…”, relata Juan María Martínez, de la Federación de Servicios (FES) de UGT.
Además, en muchos casos no hay un despido, sino traslados, lo cual puede derivar en una extinción de empleo indirecto, por las circunstancias personales del trabajador que no puede asumir un desplazamiento porque le va a costar más que quedarse en paro. Está ocurriendo estos días en la desaparecida Cajasol. Fuentes sindicales de la entidad aseguran: “Entre esta semana y la pasada hemos recibido más de 500 cartas de traslado y creemos que puedan llegar a 800”.
Cabezas de turco
Pero los trabajadores no sólo están sufriendo la pérdida de empleo. Desde CCOO, apuntan un dato revelador: tienen contabilizada una docena de agresiones físicas. “Las agresiones verbales son infinitas: la tensión y la ira que el público y la clientela tiene contra las entidades la manifiestan con los bancarios que les atienden, ya sea por los productos híbridos o por los préstamos impagables con los desahucios”, cuenta Antonio Hidalgo, secretario de acción sindical de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos de CCOO (COMFIA).
