Amanece y me levanto en dirección a la cocina a prepararme esa bebida infaltable, mientras voy recordando que me depara el día. De paso enciendo la televisión para ir escuchándola de fondo y así actualizarme con lo que va sucediendo.
Resulta que el comentario importante del día que inunda las calles, comercios, etc, es que Messi se lesionó, y caramba, va a estar de baja varias semanas y blaa.. blaaa...
Y yo pensando: ¿¿nadie más se ha enterado de que esta mañana han vuelto a matar a una mujer, y que llevamos ya 43 víctimas mortales de la violencia machista en lo que va de año, y que en nuestra comunidad se concentran 12 de las víctimas asesinadas por sus parejas o exparejas, nadie comenta sobre ellas???
4 de febrero en Guadix (Granada) María del Pilar Cabrerizo López.
Estaba divorciada desde hace años de su primera pareja. Según el Instituto Andaluz de la Mujer, no constan denuncias de maltrato contra su asesino confeso.
12 de febrero en La Viñuela (Málaga): María Adela Fortes Molina.
Al supuesto homicida, José Manuel Olea Ternero, le constan media docena de denuncias por presuntos malos tratos de dos parejas anteriores y existe una orden de protección en vigor respecto a una de ellas. No había denuncias por violencia machista entre la fallecida y su presunto asesino.
30 de marzo en Albox (Almería): María del Carmen Ortega Segura.
La mujer había denunciado a su pareja por violencia de género en 2016, pero fue absuelto ese mismo año, por lo que en la actualidad ya no había ninguna orden de alejamiento en vigor ni ninguna otra medida de protección para la víctima.
11 de abril en Murcia: Doris Valenzuela.
Doris había llegado a España como refugiada desde Colombia, donde los paramilitares le habían matado a dos hijos pequeños. Estaba siendo orientada y acompañada por una profesional de Cruz Roja para pedir información sobre el divorcio.
10 de mayo en Las Gabias (Granada): Mar Contreras.
Aunque no existían denuncias ni antecedentes oficiales de malos tratos, los amigos y amigas más cercanas aseguran ahora que él la maltrataba física y psicológicamente, aunque no valoraron su importancia.
16 de junio en Guadahortuna (Granada): Josefa Martínez Utrilla.
Habían cesado la convivencia y tenían tres hijos. El hombre tiene antecedentes policiales por varios delitos, pero no consta ninguna denuncia previa por violencia de género.
7 de julio en Lepe (Huelva): Cristina Marín.
La víctima lo había denunciado por malos tratos un mes antes y sobre él pesaba una orden de alejamiento.
14 de agosto en Dúrcal (Granada): Leyre González Justo.
No constaban denuncias por violencia de género ni había ninguna orden de alejamiento. El hombre fue enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza.
21 de septiembre en Úbeda (Jaén): María de los Ángeles E. J.
Era usuaria de los servicios del Ayuntamiento, tanto de los Servicios Sociales como de los servicios de atención a la mujer, lo que indica que ya había denunciado alguna vez malos tratos.
25 de septiembre en Maracena (Granada): Nuria Alonso Mesa.
No constan denuncias por malos tratos. La pareja tenía un hijo de 12 años.
27 de septiembre en El Morche (Torrox, Málaga): Manoli C. S.
La víctima le había denunciado por presuntas amenazas y coacciones y un juzgado había dictado una orden de alejamiento de ella, aunque esa medida cautelar se había quebrantado porque ambos habían vuelto a convivir.
11 de octubre en Almería: Aicha B.
Sería el proxeneta, pareja sentimental y asesino de la víctima el que fuera detenido el pasado día 5 cuando pretendía salir de España.
23 de octubre en Sevilla: Fátima.
El hombre, además de otros antecedentes penales, tenía otras cuatro denuncias por malos tratos de tres mujeres diferentes y que sobre él pesaba una orden de alejamiento contra otra chica de Córdoba.
En cada uno de los casos hay puntos en común, como que casi todas han sido salvajemente acuchilladas. Pero ¿cómo podemos evitar que éstos casos se sigan produciendo? No podemos estar en cada momento de la agresión para impedirlo, pero debemos empoderar a las víctimas para que lleguen a realizar la denuncia, aunque no es fácil porque en ocasiones deciden retirarla después de haber decidido darse una nueva oportunidad, por lo que se archivan las denuncias.
Hace un año, Amnistía Internacional dio la bienvenida a la aprobación del Pacto de Estado que plantea un conjunto de 292 medidas sobre sensibilización y prevención, educación, mejoras de la respuesta institucional, protección de menores y formación especializada. Pero también a lo largo de estos años hemos denunciado la persistencia de múltiples obstáculos para la protección e identificación de las mujeres y víctimas de violencia de género, como lo son las trabas en el sistema judicial o la desprotección que hay para las víctimas.
Por eso mismo debemos asegurarnos de que se cuenta con la participación activa de ellas, de sus familiares, y de las supervivientes. De cómo se han aplicado las leyes, para conocer los obstáculos que se encontraron y así adoptar medidas necesarias para atender sus necesidades.
Necesitamos asegurar a las víctimas que tienen sus derechos garantizados y también los recursos disponibles para que se sientan y estén protegidas.
Pero, sobre todo y más importante, vislumbramos la real necesidad que tenemos de impulsar la formación y la educación en igualdad como vía de prevención y sensibilización para la sociedad del mañana.
No podemos seguir contando víctimas. ¡Necesitamos soluciones más reales!
