Andalucía del revés: Vox amenaza con sorpaso a un PSOE incapaz de aprovechar el desgaste de Juanma Moreno

Daniel Cela

Sevilla —

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El ambiente demoscópico y político que se respira en Andalucía, a seis meses de las elecciones autonómicas, es propio de “un cambio de ciclo”, ha proclamado el PSOE, cuasi eufórico, al comprobar el paralelismo entre los datos cualitativos del último barómetro de la Fundación de Estudios Andaluces (Centra), publicado este lunes, y el último sondeo que lanzó el Gobierno de Susana Díaz, en febrero de 2018, antes de perder el poder.

Aquella encuesta del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), financiada por la Consejería de Presidencia, ya advertía de la aluminosis que padecía el edificio socialista, desgastado tras 37 años consecutivos en el poder. El paro era el principal problema para el 80% de los encuestados, seguido de la sanidad (34%) y de la corrupción (28,8%).

En febrero de 2018, la gestión del Gobierno andaluz era suspendida por el 52,7% de los encuestados, frente al 19,7% de los que la defendían. Diez meses después fue investido presidente Juan Manuel Moreno, con los votos de Ciudadanos y Vox.

El último Centra -mal llamado 'CIS andaluz'- arroja datos similares: tras siete años en el poder, el Ejecutivo de Moreno acumula más detractores que adeptos: el 56,8% de los entrevistados califica de mala o muy mala su gestión, frente al 39,9% que hace balance positivo.

En el sondeo de junio de 2022, solo el 0,5% de los encuestados mencionaba la sanidad como un problema, y hoy lo es para el 22,3%, por delante del paro (13,1%), que ha sido el daño estructural de esta región durante décadas.

“Es una foto fija”, ha excusado el presidente, pero lo que de verdad preocupa en el Palacio de San Telmo -sede de la Junta- es la involución, las señas evidentes de desgaste en el ejercicio del poder.

Los de Moreno han puesto el acento en la estimación de voto que, pese a todo, siguen situándoles como primera fuerza en Andalucía con el 40,2% del escrutinio, el doble que el PSOE (21,4).

Los de María Jesús Montero, en cambio, destacan los datos de intención de voto directo, sin cocina, y subrayan que la distancia con el PP es ahora la más ajustada de la serie desde 2022 (los populares aventajan a los socialistas en 5,2 puntos, pero llegaron a superarles en 28,9 puntos en diciembre de 2023).

El PP ha ido perdiendo en el camino la consolidación del voto directo en las encuestas, hasta caer por debajo del 30% y situarse este mes en el 23,8%, frente a los 18,6% del PSOE, la brecha más ajustada, el voto más polarizado de los últimos tres años.

16 encuestas desde 2022, una cada tres meses

En el primer sondeo postelectoral que publicó el Gobierno de Moreno a través de la Fundación de Estudios Andaluces, en septiembre de 2022, el 58,9% de los encuestados hacía una valoración positiva de su gestión, frente al 39,1% que la consideraba mala o muy mala.

Ese dato ha fluctuado con los años pero, a la postre, el nivel de aprobación ha ido desescalando peldaños cada trimestre hasta experimentar un giro total de las tornas.

Desde las autonómicas de 2022, ganadas por Moreno con una sólida mayoría absoluta, la Junta ha publicado 16 encuestas, una por trimestre, que permiten hacer un seguimiento de la situación política andaluza: una tendencia alcista en la valoración media del presidente andaluz hasta su pico más alto de popularidad (finales de 2023: 64,2% de apoyos), seguida de un declive significativo hasta el momento actual, que desemboca en el resultado del lunes: el 55,8% califica la gestión del presidente de mala o muy mala.

Y aquí también se rompe otra pauta demoscópica: hasta ahora, la marca Moreno puntuaba mejor que la de su propio gobierno. En todas las encuestas anteriores se preguntaba por una valoración de los candidatos: el líder del PP-A siempre fue el más aplicado, alcanzó su mejor nota en diciembre de 2023 (6,34), pero en el Centra de hace tres meses aprobó justito (5,02). En esta última publicación, tras la crisis de los cribados, ya no aparece la pregunta sobre los candidatos en el cuestionario.

Recoger “los restos del naugragio”

Recopilemos hasta aquí: el estudio sociológico más potente de Andalucía -3.600 entrevistas con un error muestral del 1,63%- retrata el malestar ciudadano con el presidente Moreno; seis de cada diez andaluces suspenden su gestión, identifican el deterioro de la sanidad pública -otrora joya de la corona en la Junta- como su primer problema, y ven a Vox (15,9%) o al PSOE (14,7%) más capaces de solucionarlo que al PP (14,6%).

De modo que, volviendo al inicio de este artículo: el ambiente demoscópico y político que se respira en Andalucía, a seis meses de las elecciones, es propio de “un cambio de ciclo”, salvo por un elemento clave e imprescindible: una alternativa sólida e ilusionante al Gobierno.

El Ejecutivo de Moreno se reconoce síntomas “lógicos” de desgaste, pero “enfrente no tiene a nadie”, coinciden los politólogos consultados para este análisis.

En este último sondeo -el primero tras la crisis de los cribados de cáncer de mama- el PSOE de Montero retrocede tanto como el PP. No ha sido capaz de capitalizar el descontento y la rabia social que ha puesto contra las cuerdas al presidente de la Junta, forzando cinco dimisiones en la cúpula del departamento de Salud, incluida su consejera.

“No estamos movilizando hacia nosotros, pero la gente se moviliza contra Moreno, y nosotros estamos bien posicionados para recoger los restos del naufragio”, dice un miembro de la ejecutiva regional del PSOE.

El histórico de los socialistas a lo largo de los 16 barómetros del Centra publicados desde las elecciones de 2022 ha fluctuado mucho más que el resto de partidos: partían del peor resultado de su historia en las urnas (24,1% de votos).

En estos tres años, su cota más baja se registró en el sondeo de diciembre de 2022 (19,4%) y la más alta en septiembre de 2024 (27,1%), superando su resultado electoral en tres puntos.

Ese momento coincidía con la apertura de la causa judicial contra el Gobierno de Moreno por los contratos de emergencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) con clínicas privadas, a partir de una querella presentada por el equipo de Juan Espadas, ex líder del PSOE-A. Hay tres gerentes del SAS imputados por prevaricación.

La irrupción de Montero al frente del partido, en febrero de 2025, vigorizó los ánimos de una formación alicaída, propensa a los altibajos, pero no ha sido el “revulsivo” del electorado de izquierdas que ellos esperaban.

La vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda, vicesecretaria general del PSOE federal, líder regional y candidata en las andaluzas está sobrepasada por las múltiples responsabilidades institucionales y orgánicas que sostiene, y no prevé soltar lastre hasta que Moreno disuelva el Parlamento y convoque elecciones.

“Sorpaso” de Vox por provincias

En el último barómetro del Centra donde el PSOE ve síntomas de “un cambio de ciclo” en Andalucía, el partido de Montero vuelve a colocarse por detrás de su peor resultado electoral (21,4% en intención de voto), sólo a cuatro puntos de distancia de Vox (17,5%).

Esos cuatro puntos de diferencia en una encuesta de esta magnitud, dicen los expertos consultados, son “compatibles con la posibilidad de un sorpaso, si no en toda Andalucía, sí en algunas provincias”. Es una persecución similar a la que sufrió el PSOE con Podemos, en 2016, o el PP andaluz con Ciudadanos, en 2018, aunque en ninguno de los dos casos llegó a cristalizar ese sorpaso.

Ahora es el equipo de Moreno, con ánimo desmovilizador, el que difunde este vaticinio y cita los tracking internos que realizan en San Telmo cada mes para testar el comportamiento electoral de los andaluces: Vox adelantaría al PSOE en Almería (en 2022 se quedó a dos puntos y empataron en escaños) y en Huelva. Una formación ultraderechista, con apenas ocho años de vida en esta region, por delante del PSOE andaluz, partido hegemónico en esta comunidad durante 40 años.

La politóloga Ana Salazar se sorprende de que el desgaste de Moreno que refleja el Centra, sobre todo tras la crisis de los cribados, “no le haya pasado una mayor factura en la intención de voto”. El presidente andaluz ha reconocido estos días que perdieron seis puntos tras el escándalo de las mamografías, “pero ya los han recuperado”.

Salazar cree que “el PP sale muy dañado de esta encuesta, no sólo por su gestión del presente, sino porque los encuestados ven que dentro de un año no será mejor”. “Mi teoría es que Moreno aguanta, porque no tiene a nadie delante. El desánimo y la desmovilización coloca al PSOE en una situación muy complicada, como marca lo está pasando muy mal, y el caso Salazar ha dañado mucho al voto femenino, que es el que puede salvarte los comicios, o al menos amortiguar el golpe”, argumenta.

Manuel Rodríguez, consultor político en Cámara Cívica, apunta en la misma línea: “Moreno ha ocupado el espacio del partido hegemónico en Andalucía, que solía ostentar el PSOE, y en estos años no se ha construido un liderazgo alternativo creíble. Su imagen de buen gestor, tras la crisis de los cribados o los casos de corrupción en Almería, ha quedado muy tocada, pero sigue ganando por incomparecencia de sus rivales políticos. Montero no seduce, no se diferencia del PSOE de hace 20 años”, advierte.

Las voces consultadas son muy críticas con el espacio a la izquierda del PSOE, fragmentado hoy en varias coaliciones y partidos que hace tres años concurrían juntas: Por Andalucía (IU, Sumar, Iniciativa del Pueblo Andaluz), Adelante Andalucía, Podemos... “Estas izquierdas, juntas, están fuertes en términos demoscópicos. Suman juntas más que Vox en intención de voto directo, y eso me ha sorprendido. Pero compiten entre sí y eso les hace polvo y beneficia a las derechas”, asegura el politólogo David Hijón, consultor de Dialoga.

Hijón también cree que el retroceso de Moreno en intención de voto no se corresponde con el rechazo que provoca la gestión de su Gobierno entre los encuestados. “El recuerdo de voto está bien tirado, se parece bastante al resultado electoral de 2022, pero el castigo está atenuado por la falta de una alternativa clara en la izquierda”, dice.

Según su análisis, el PP se beneficia en el sondeo de ser la primera fuerza en las ocho provincias, lo que le otorga una “prima de escaños”. Aún así, piensa que la horquilla que le acerca a la mayoría absoluta (55 diputados) es “demasiado alta”. “En las encuestas anteriores a 2018, en un escenario político muy distinto, el PSOE aparecía con una mayoría contundente, pero al subir mucho una tercera formación (Ciudadanos) y asomar la patita una cuarta (Vox), el reparto de escaños hizo que los socialistas se derrumbaran”.

Ninguno de los expertos entrevistados visumbra “un cambio de ciclo” en Andalucía, al menos no un vuelco del bloque conservador, que hoy acapara 72 de los 109 escaños, frente al progresista. “Es que ya ha habido un cambio sociológico, donde impera el individualismo, y eso beneficia a la derecha: la gente no quiere pagar impuestos y, a la vez, se cabrea porque la sanidad pública es deficiente. Es contradictorio, pero es lo que está pasando”, argumenta Hijón.

Salazar piensa que el cambio político será “ver al PP de Moreno a expensas de Vox”, cree que se perderá la mayoría absoluta, y que la ultraderecha tendrá un resultado por encima de lo que auguran los sondeos. Los tres piensan que la ultraderecha es hoy el “voto refugio” de la gente cabreada, “el voto antisistema”, del “hartazgo con la clase política”, que aparece en las encuestas como uno de los principales problemas de los ciudadanos.

Con todo, nadie ve un sorpaso del partido de Santiago Abascal al PSOE “en el global, aunque sí en algunas provincias”. “El suelo electoral de los socialistas es muy alto. Moreno va a jugar en la campaña a lo mismo que en 2018 y en 2022: a desmovilizar el voto de izquierdas y capitalizar el miedo a Vox. Ya le funcionó una vez”, concluye Hijón.