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ENTREVISTA
Juan Clavero, el ecologista al que tendieron una trampa con cocaína: “No dejamos pasar ni una al caciquismo”

Juan Clavero ante el camino vallado origen del conflicto.

Inmaculada Calahorro

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Juan Clavero, histórico ecologista en Cádiz, no oculta cierta desesperación. Se acaba de aplazar la celebración del juicio contra cuatro personas acusadas de tenderle una trampa para atajar de raíz su lucha contra la apropiación de caminos públicos en Andalucía. Pasó rápidamente de sospechoso a víctima, pero la Justicia formal no es tan rápida.

El arranque de la vista oral ya se había dilatado varios años (los hechos ocurrieron en la verano de 2017), y ahora no hay siquiera fecha cerrada. “Nos han dicho que hasta verano está todo ocupado y, por tanto, como pronto se celebrará en otoño”, comenta a elDiario.es Andalucía desde el otro lado del teléfono.

¿Cómo se siente después de que, tras seis años y medio de espera, el juicio se haya aplazado?

Me siento un poco desesperado. La Justicia ha ido muy lenta en la instrucción de un caso que, prácticamente desde un principio, se había resuelto. No me explico que se tarden seis años y medio en enjuiciar unos hechos que no tienen mayor complejidad. Y muchísimo menos se explica que ahora, por un imprevisto más que ha sido el fallecimiento de uno de los abogados, que fue dos semanas antes del juicio, se aplace.

¿A qué cree que se debe esa demora?

La culpa en parte es de los encausados y también en parte del juzgado de Ubrique, que ha permitido que hasta cinco jueces distintos hayan llevado el caso. Ese juzgado ya es famoso en sí por lo lento que es, y las personas implicadas han intentado dilatar el procedimiento, pidiendo incluso que la Audiencia Provincial archivase el caso.

¿Cree que esa circunstancia ha beneficiado a los acusados?

Claro, con total seguridad. Sospecho además que pedirán una reducción de pena por dilaciones indebidas.

¿Considera que detrás de esa supuesta trama se esconde una persecución contra las actividades de los ecologistas andaluces?

Sospecho que detrás de todo esto se encuentra la sociedad del belga Marnix Galle y que mantiene un pacto con los encausados para que no hablen. La primera premisa que me hizo pensar eso es el hecho de que los ex trabajadores de la finca fueron despedidos con unas indemnizaciones demasiado cuantiosas, lo que suena a soborno. Pese a eso y a que todos cuentan con abogados privados de prestigio, cuando el juzgado les pidió que depositaran una fianza se declararon insolventes. Además, el infiltrado que introdujo la droga en mi furgoneta, que cuenta con muy bajos recursos, tiene uno de los abogados más caros de Jerez. El belga podría tener intereses en que me detuvieran, ya que querían cerrar el camino público que atravesaba su finca y desde Ecologistas en Acción lo impedimos. 

¿Qué recuerda de aquellos días en que le acusaban de traficante de droga?

En un primer momento, cuando me di cuenta de que me habían metido la droga en el vehículo, estaba muy asustado. No solo por los años de cárcel sino porque eso iba a destruir mi vida, mi honestidad y la imagen de Ecologistas en Acción. No obstante, sabía que no me podía quedar parado y que tenía que averiguar quién estaba detrás. Fui a por todas movilizando a una gran cantidad de gente que me apoyó y encontré a testigos que ayudaron en una semana a que se solventase todo lo ocurrido.

La información que recibimos la compartimos con la Guardia Civil y, tras consultar las cámaras de seguridad de un bar, se descubrió que la persona que llamó al agente encargado de detenerme era un trabajador de la finca del belga. Y en menos de diez días se archivó la causa. Suena a broma, pero estuve imputado solo diez días. En el auto se reflejaba que había sido víctima de una trampa por la labor que desde Ecologistas en Acción llevamos a cabo para que vías pecuarias y coladas de titularidad pública no sean ocupadas por propietarios de fincas privadas.

Una vez conocida la verdad, tanto los medios como los ayuntamientos rectificaron las noticias y se pasó del 'Clavero imputado por tráfico de cocaína' a 'Clavero víctima de una trampa'. A partir de ese momento iniciamos una campaña para que los cuatro responsables de mi detención fuesen juzgados y pagasen por lo que habían hecho. No hemos dejado pasar ni una en defensa de los caminos públicos y en contra del caciquismo neomoderno que estamos sufriendo por parte de los nuevos ricos. Las dos únicas personas que utilizaron los hechos políticamente en nuestra contra fueron el portavoz del PP en el Puerto, Germán Beardo, y el secretario general del PP en la provincia. Ellos mismo se retrataron.

¿A qué otras amenazas se han enfrentado por sus actividad ecologista?

De todo. La primera fue cuando nos enfrentamos a Puerto Sherry. Tuvimos una batalla durísima, parando la obra por seis años. Casualmente me quemaron el coche. Después, cuando quisimos parar una construcción en un pinar protegido que era parque público, me amenazaron personalmente. Me dijeron que habían circulado fotos de mi casa con la frase “esta casa huele a gasolina y aquí vive un ecologista”.

¿Tienen ustedes miedo de qué puedan volver a repetirse ese tipo de actos hacia el colectivo?

No, estoy tranquílisimo. Creo que han fracasado y les ha salido muy mal la jugada. Ahora que han pasado varios años me reafirmo en mis principios y los de Ecologistas en Acción. Hemos tenido razón desde el principio. Esto ha servido para volver la situación en su contra, porque no solo no se han salido con la suya,sino que han sido perjudicados.

¿Qué otras acciones próximas tienen previstas desde Ecologistas en Acción?

Pues precisamente el 17 de marzo, coincidiendo con el Día de las Vías Pecuarias y Caminos Públicos, tenemos convocada una marcha en la que vamos a atravesar la finca del belga para manifestarnos en defensa del camino público del que querían apropiarse.

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