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El descenso brusco de la calidad de vida de las mujeres

María Inés Casado, en su explotación agraria

Montserrat Moyano Moyano (FADEMUR)

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Las mujeres rurales desempeñamos un papel fundamental en las economías rurales de Andalucía. Además de participar en la producción de cultivos y el cuidado del ganado, además de diversificar los medios de subsistencia de sus familias, llevamos a cabo las funciones vitales en el cuidado de los niños, de los ancianos y de los enfermos. Las mujeres hemos desempeñado un importante papel en la construcción de un nuevo modelo de sociedad rural y de agricultura familiar, desempeñando doble y triples jornadas de trabajo. Y, sin embargo, ese trabajo sigue siendo invisible, viéndose aún más agravado con el descenso brusco de nuestra calidad de vida motivado por la crisis y las políticas de recortes del actual Gobierno de España.

Se trata de una destrucción programada del estado de bienestar que está imponiendo una vuelta a un modelo de familia donde se está obligando a muchas mujeres a asumir en solitario los cuidados familiares y en muchos casos a abandonar su trabajo con el consiguiente aumento de la pobreza que ello conlleva en los municipios rurales. En Andalucía, casi un 55 por ciento de la población vive en el medio rural y las mujeres representan un 49,82 por ciento de esa población; es decir, más de dos millones. De estas, cerca de 800.000 tienen vinculación con el sector agrario. Laboralmente, la presencia de mujeres en la agricultura ronda el 5 por ciento y aunque el Censo Agrario del año 2009 cuantifica en un 30 por ciento las mujeres que, como personas físicas, son titulares de explotaciones agrarias, un 8 por ciento no ejerce la responsabilidad de su gestión, apareciendo como cónyuges en la categoría de ayuda familiar cuando, generalmente, son corresponsables del trabajo sin que eso se vea reflejado en las estadísticas. En el ámbito ganadero la situación es mucho peor, puesto que las mujeres sólo aparecen en un 13 por ciento de las explotaciones.

Todos los avances conseguidos en los últimos años se han visto paralizados por completo con la actual crisis y con las políticas de recortes del Gobierno. El medio rural nos ofrece menos oportunidades que a los hombres, y no sólo laborales. Y en esas circunstancias, las dificultades se incrementan con la crisis, porque las primeras en perder su empleo estamos sido las mujeres y también las primeras en sufrir los recortes. La reducción de fondos para la Ley de Dependencia o los ajustes en los recursos sociales están devolviendo a las mujeres a casa, vetando de esta forma nuestras expectativas laborales.

A esto hay que añadir que la titularidad compartida, una de las grandes e históricas reivindicaciones de FADEMUR-Andalucía, se ha quedado estancada. Nuestro esfuerzo por hacer visible el trabajo realizado por las mujeres en el campo y permitir que disfruten de sus propias prestaciones sociales ha quedado prácticamente sumido en el olvido gracias a la falta de interés político de este Gobierno. A pesar de haber transcurrido dos años, aún no se ha puesto en marcha una campaña de información y divulgación de la Ley, más allá de la que se hace desde Federaciones de Mujeres como la nuestra, FADEMUR-Andalucía, o aún no se han desarrollado los Reglamentos que permitan a mujeres que se separan que puedan solicitar una compensación por su trabajo como colaboradoras de la explotación agraria. Por eso, exigimos que se comience con el desarrollo de los reglamentos de la Ley; y que este Gobierno ponga campañas de información y divulgación dirigidas a las mujeres colaboradoras de la explotación familiar agraria para conocer la ley y que las mujeres puedan salir del agujero en el que se encuentran sumidas por la sociedad machista que aún impera en el medio rural, a través de medidas de información paralizadas por el PP. Y, sobre todo, reivindicamos la puesta en marcha de medidas que incentiven esta incorporación de la mujer para conseguir que la igualdad en el medio rural sea una realidad plena y absoluta.

Para que el trabajo que desempeñamos las mujeres sea visible necesitamos apoyo y compromiso con políticas que permitan inversión y que el espíritu emprendedor cristalice en realidad dentro de un medio rural como el nuestro, envejecido y masculinizado. Nosotras, desde FADEMUR-Andalucía, ponemos nuestro granito de arena a través de la formación de las mujeres y de la concienciación de la sociedad mediante campañas con las que continuamos con nuestro empeño de conseguir la igualdad de oportunidades de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural. Porque tenemos que seguir luchando para que las mujeres, doblemente desfavorecidas, tengamos las mismas oportunidades laborales, profesionales, empresariales, formativas, sociales y asistenciales que cualquier otro ciudadano andaluz.

La realidad de los recortes del gobierno de España en el mundo rural:

Dependencia: una persona deja de ser atendida cada diez minutos y una trabajadora pierde su empleo en este sector cada media hora.

Educación: Más de 100 escuelas rurales han cerrado en los últimos meses en toda España. Niñas y niños empezarán a pagar cada mes entre 18 y 81 euros por comer en la escuela.

Violencia de género: El presupuesto destinado a prevención ha caído un 28% en dos años.

Sanidad: Respecto al copago en el transporte sanitario no urgente, supone una aportación de entre 10 y 60 euros mensuales. Según la Asociación Española contra el Cáncer, una mujer con cáncer de mama, con una renta inferior a 18.000 euros y que viva a 100 km del centro sanitario, en 8 meses de tratamiento, tendrá que pagar hasta 1.500 euros de “transporte no cubierto” por el Sistema Nacional de Salud.

Abandono financiero: El cierre de oficinas bancarias ha provocado que 133 municipios no cuenten con ninguna oficina de entidad de depósito, por lo que se pueden considerar auténticos “desiertos bancarios”. La población que corresponde a estos 133 municipios excluidos financieramente es de 226.340 habitantes.

Reforma de la Administración local: las consecuencias de la reforma de la Administración Local que planea el Partido Popular puede suponer un recorte de 1.800 millones de euros anuales en servicios sociales de las entidades locales, que pueden afectar a más de 2,5 millones de usuarios y poner en riesgo unos 70.000 empleos en un año, la mayoría de mujeres.

Montserrat Moyano Moyano es presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de Andalucía.

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