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ENTREVISTA

Señor Chinarro: “Todo el mundo vive en una burbuja de locura y no aspiro a penetrar ya en la de nadie”

N.C.

Néstor Cenizo

Málaga —

4

Llega Antonio Luque (Sevilla, 1970), la persona detrás de Señor Chinarro, con la mañana un tanto cruzada: se le ha roto el termo, cada vez le molesta más el ruido… “Como si tuviera resacas”. Nada que no solucione una cerveza muy fría sentado al sol del mediodía en Pedregalejo. Eso sí, de esa marca sevillana en la que usted está pensando: hay atavismos que perviven, aunque lleve 20 años en Málaga.

Acaba de grabar nuevo disco, Cal viva, que saldrá exclusivamente en vinilo previo adelanto en plataformas de streaming. Incluyendo EPs y rarezas, será el número 27 como Señor Chinarro, desde que en 1993 publicó Pequeño Circo. “Creo que el primer concierto de Señor Chinarro fue el Día de los Inocentes del 90”, dice Luque, que explica que la supervivencia de la banda tiene algo de efecto óptico: “Yo no anuncio las separaciones como hacen ahora los grupos que se separan, se juntan, se separan… Cuando Chinarro no existe no lo digo y cuando vuelvo, uso el mismo nombre, porque ¿para qué cambiarlo? Es como si, salvando la distancia, la Coca-Cola cambiara de nombre cada vez que cambia el diseño de la lata”.

¿Cómo se vive de esto durante tanto tiempo?

Desde que fichamos con Mushroom Pillow ha venido siendo suficiente, pero, por desgracia, no para que todos los músicos hubiéramos vivido bajo el amparo de Chinarro. Yo lo que he conseguido es sacarme un sueldo. No gastando mucho y con un par de golpes de suerte, porque compré el primer piso cuando era muy barato y luego lo alquilé porque me tuve que ir, y de una indemnización cuando me echaron de la fábrica de Bollicao. Y la verdad es que no gasto mucho. Mucha gente dice que soy un poco rácano.

¿Y eso?

Hoy he tenido que desayunar fuera porque me ha sobrado una hora y lo hago como una cosa rara, porque yo desayuno siempre en casa. Hay personas que lo hacen todos los días. Lo respeto, pero yo he desayunado fuera de casa por gusto en mi vida unas 30 veces.

Nunca ha dejado de tocar en pequeñas salas.

Por supuesto, nunca he dicho que no a un bolo. Hay otra cosa que me ha salvado un poco la vida, que son los acústicos. Es un formato que por suerte se puso de moda. Pensaba que no iba conmigo, pero Santi Carrillo [director de Rockdelux] me dijo que le parecía más guay así, solo que con banda. Pues mira, eso que me ahorro. Si puedes hacer muchos conciertos de pequeño formato, azoteas de hoteles, montar un ciclo acústico… Es muy sencillo porque al promotor le basta un pequeño equipo y una inversión mucho más pequeña. A mí me encanta tocar con la banda, pero conciertos con banda hago cinco o seis al año, donde lo pagan. Si no, no puedo.

¿No quiere hacer una gira de 30 aniversario, como Los Planetas con Súper 8?

Obviamente El pequeño circo no fue el Súper 8 de Los Planetas, no tuvo esa relevancia. Aparte desde el COVID para acá ha habido un relevo generacional. Yo digo: “¿Estos quiénes son?”. Y ya no me entero de nada. Ahora está la moda de lo punki, grupos que dan caña, la gente baila pogo y reverdecen los laureles grupos como Airbag. Me alegro mucho por ellos, se lo merecen. Pero se ha puesto de moda un estilo que no es el que hace Chinarro. No me preocupa, ya llegará la moda de Chinarro otra vez. Lo que veo es que parece que en el resto del mundo las miras musicales van más allá del urban. Yo no puedo entrar ahí porque no lo soporto, aunque mi hijo se dedique a eso. Me encanta mi hijo, pero yo no escucho eso. Ahora me pondré los discos otra vez de Real Estate o el nuevo de Blonde Redhead. Y en el panorama nacional, que pase lo que ha pasado siempre: grupos grandes, grupos de caña, lo que ha sido siempre la música española: el petardeo.

Trovador, crooner, cantautor indie… ¿Cuál es la etiqueta que más le identifica y cuál la que más detesta?

Ya me da igual. Si ahora tú pones el disco de Chinarro es una mierda, me molestaría. Pero que digan que soy cantautor, cantautor normal, cantautor indie y viejo, me da igual. Lo que sí que espero es que el disco guste. El cambio de estilo vale 100 €, cuando pisas el pedal a la guitarra ya eres rock. Yo lo que percibo es una melodía de voz y una armonía. Y luego si está bien grabado, si los músicos van a tiempo de verdad, si se ha editado todo con ordenador y todo suena falso. Si la cosa tiene vida y funciona. Me da igual que sea de Ismael Serrano, de Nacho Vegas o de MGMT.

Mantiene un blog en FNAC y es firma habitual en Rockdelux. ¿Es un desahogo?

Escribí una cosa con lo de la guerra de lo de Palestina y no se me publicó, y al final se ha publicado en Rockdelux. Pasaban los días y no se publicaba. Entonces entendí lo que pasaba. No pedí explicaciones, mandé otro texto y ya está. Yo ya si protesto algo, lo hago en canciones, aunque no sé si merece la pena. Hay una canción de este disco que habla de la gente va a la playa sin auriculares y te obliga a escuchar su música. Esta mañana me ha pasado en el autobús. Luego me pregunto: “¿Es realmente una canción un vehículo en el que yo tenga que decir que hay demasiada gentuza en la playa?”.

Prefiere hacerlo en una columna.

Creo que no voy a convencer a nadie de nada y que la gente no se entera de nada. Todas las explicaciones realmente sobran, ya no solo las de un cantante que graba un disco, sino de científicos que explican las cosas y luego la gente sabe que nos están echando grafeno. Todo el mundo vive en una burbuja de locura y no aspiro a penetrar ya en la de nadie. Lo que diga será algo que viene de dentro de mi burbuja, pero sin esperanza en que cambie la de nadie.

Vivimos en nuestra propia cámara de eco.

Sí, cuando pones un tuit y tiene mucho eco te sientes que no estás solo. Eso está bien. Sirve para eso, más que para desahogarse. Pero no sé si merece la pena, porque cada vez se está poniendo la cosa más difícil. Ya es tarde para borrar todos los tuits, todas las opiniones. Internet es un invento militar. Cuando en la Guerra Civil era la delación de un vecino, ahora simplemente es el registro que ha comprado un multimillonario amigo de Putin. Ahí tienen los registros de las opiniones de todo el mundo: cuando las cosas se pongan realmente feas, y tiene pinta de que se van a poner, estaré en la lista negra.

Hay quien borra cuando coge cargo.

No se borra nunca. Eso está todo guardado. Es como si fueran los archivos de la Stasi.

Ha dicho alguna vez que Málaga no es ciudad para el malagueño sino para el crucerista.

Llevo 20 años aquí. Cuesta criticar lo que pasa ahora, porque antes estaba peor. En el centro todavía daba un poco de miedo pasear por según qué zonas y ahora lo han arreglado, pero ya no pueden vivirlo los malagueños. Yo creo que simplemente hay que prohibir los apartamentos turísticos y hacer más hoteles. El turismo está bien, siempre y cuando vayan a hoteles y se paguen las tasas turísticas. Y si al final te cobran por la habitación 150 la noche es porque la gente llena la bañera sistemáticamente. Pero mi apartamento de abajo está en uso turístico, y sí he visto que pusieron un grifo de ducha en el balcón con un desagüe y a la calle, y tres horas el grifo abierto duchándose y dejándolo abierto. El turista viene a pasar unos días en plan de Viva la Virgen y tendrán que controlarlo.

¿Hay voluntad?

Los que tienen los pisos son la gente de pasta que votan al PP. Defienden los intereses no ya de sus votantes, sino de ellos mismos. Pero como ganan las elecciones, pues ya está. Este verano a ver si nos tenemos que duchar con Cruzcampo.

¿Con Cruzcampo o con Victoria?

Cruzcampo, Cruzcampo. Hemos venido aquí porque ponen Cruzcampo y porque la ponen fría. Una cosa también muy rara en Málaga. La cosa está mejorando muy lentamente, pero está mejorando.

¿Qué otras diferencias hay entre Sevilla y Málaga?

Yo creo que el sevillano tiene más sentido del humor, la verdad. Es lo que más echo de menos. El malagueño es más serio, están un poco ofuscados, un poco hoscos. Creo que es por las montañas. Antes se tardaba cinco horas en ir a Sevilla, en salir de las montañas que rodean, que son las que le dan el microclima especial a la ciudad. Pero lo que ganaban en clima lo perdían en aislamiento y el comportamiento es un poco isleño.

¿Qué opina del rascacielos?

Yo adivino cosas. Por desgracia, no la lotería, pero presiento que se va a quedar el esqueleto del edificio. Van a empezar y se va a quedar así abandonado 50 años. Ese es mi presagio. Pero es que además la maceta esa, que es una maceta hecha de puesta en medio del mar, tiene rajas. El dique está roto. Entonces van a poner en un tiesto roto un jopo gigante. Claramente va a salir mal. Yo creo que en parte esto viene de que aquí se fuma demasiada marihuana. Como también en Granada, y como que le da a todo el mundo todo un poco igual.

Le entrevisté hace unos años, en plena crisis y rescate. Había nuevos partidos, que se suponían continuación del 15M ¿Qué ha cambiado en este país? 

Yo me reí del 15 M porque eran chavales pidiendo queso. Lo vi en Valencia. Había carteles que decían: “Necesitamos queso, aceitunas, choleck”. ¿Pero qué revolución es esta? Creo que lo que ha roto a Podemos es el desarrollo asambleario en el que todo el mundo se tiene que poner de acuerdo con todo. Pablo Iglesias finalmente se cabreó y dijo “a tomar por culo”, y se puso en plan ordeno y mando y cada uno por su lado. Siempre he votado a Podemos desde que apareció Podemos, aunque me burlara del 15M. A poco que tengan alguna posibilidad volvería a hacerlo. En las generales no, porque ante el riesgo de que hubiera gente de Vox en algún ministerio tuve que hacer voto útil.

Ahora la noticia es el caso Koldo y las comisiones de las mascarillas, que va en la tradición de la venta de porteros automáticos en la cacería de La escopeta nacional.

La corrupción es totalmente imposible erradicarla de cualquier sistema político. El tema es que haya la menos posible. Obviamente, los días de la pandemia que iban con toda prisa, que no se hacían controles a los contratos… pero de los aviones de Ayuso que desaparecieron nadie dice ya nada. Y del hermano de Ayuso, que también hizo movidas con las mascarillas. O de lo del del hijo del Duque de Feria. Lo de salchichón y todo ese cachondeo. Ahora van a dar caña a los medios con lo de Koldo este, que fue increíble, porque el PP tiene más dinero para pagar a los medios de comunicación. Es verdad Ábalos tiene pinta de ser un poquillo… pero bueno, ya no está, ya no es ministro.

Ha dicho: “Me están dando muchas ganas de no subir el disco a las plataformas”.

Hay que quejarse y a lo mejor subiría solo a Tidal, porque dicen que pagan más, pero tampoco lo puedes saber porque tampoco es posible ver cuánto paga cada plataforma. Te lo mandan por canciones en un listado de 500 páginas donde todo pone 0,00000, y al final una suma 540 euros. ¿Esto para qué me lo mandas? Mándame lo que te ha pagado a ti Spotify y de ahí calculas mi porcentaje. Al final es el chocolate del loro, el dinero está en que salga en acústico, que se hagan conciertos, que te lleven a al Contemporánea.

¿Qué le parece el modelo de grandes festivales?

Para Chinarro cuando hubo un hueco siempre fue a las 17:00 de la tarde. La carpa nunca fue el slot, que dicen ahora. Una vez toqué al atardecer. Pagaban una mierda comparado con lo que cobraban los de la noche, pero es que ahora es que no te da ni para los gastos ni para darte de alta. Me gustaban los festivales, aunque me dejaran solamente las migas, cuando las migas eran comestibles. Ahora sé que es culpa de los grupos, no de los festivales, porque algunos dicen “bueno, me da la pulsera”. Y no. Es como si un taxista aceptara llevar pasajeros del aeropuerto a casa porque está aburrido y así conoces gente. Los demás taxistas lo cogerían y le partirían la cabeza, literalmente. No soy taxista, pero a veces me sale un poco de ese hervor de sangre que tienen los trabajadores que curran duramente. Y realmente esto es un trabajo demasiado duro como para que haya gente haciéndolo gratis, o para ver si follan o se beben una cerveza gratis, o ven al grupo favorito o le dan la tabarra en el backstage.

¿Vivimos un nuevo andalucismo cultural?

Lo detesto. Me parece una reacción cateta a las reacciones catetas de otros territorios del Estado español. Y todos los nacionalismos me parecen catetos. Todos. El español también. No, yo no me siento de ninguna parte. La música son oleadas. Y ahora está de moda. Mientras no se use para diferenciar, para atacar… Porque hay muchos que se definen andaluces en tanto que atacan a los catalanes, por ejemplo. Y todo esto va reforzando diferencias. Creo que sería preferible la unión, no de una grande y libre, sino la unión mundial. Por mí nos pondría a todo el mundo a estudiar el esperanto otra vez. Salió mal una vez, pero ¿y si ahora…?

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