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Rodalquilar: la vida calmada de Cabo de Gata

Rodalquilar.

Nacho S. Corbacho / Nacho S. Corbacho

Las calles te reciben con calma. Apenas se ven coches y las pocas personas que se ven caminan con tranquilidad, sin prisas. Un buen número de cactus permanecen estáticos mientras la brisa mueve ramas de olivos y hojas de palmeras. El silencio reina hasta el horizonte. El blanco de las casas delata que es Andalucía y, su arquitectura, que estamos en Almería. Una pequeña tienda ofrece productos de huerta recién recogidos y frente a ella ofrecen pan recién hecho. El sol pica: aquí es intenso. Y, aunque la zona parece un desierto, cuando llueve el valle se vuelve totalmente verde y parajes como el barranco del cuchillo y la cañada de la soledad cobran vida. Rodalquilar se ofrece así como un lugar idílico, una base perfecta para conocer Cabo de Gata: para algo se ubica en pleno corazón del Parque Natural.

Aunque el Instituto Nacional de Estadística asegure que Rodalquilar cuenta con 171 habitantes, es difícil creerlo. El movimiento es pequeño en esta pedanía de Níjar incluso en verano. En la temporada estival es cuando más visitantes hay, pero la localidad casi nunca se satura: es una de sus principales ventajas frente a otras zonas cercanas y destinos más habituales como San José o Agua Amarga. La calma también atrae.

Los informes de la Consejería de Turismo y Deporte indican que Almería es la provincia donde las estancias turísticas son –de media- más altas: rondan algo más de cuatro días. Quizás una de las razones sea que en la provincia y, especialmente en Cabo de Gata, hay alojamientos de calidad para diferentes bolsillos. Rodalquilar es un buen ejemplo de ello, con ejemplos como el Hotel Rodalquilar, el Hotel Los Patios o los apartamentos de La Posidonia, así como un puñado de casas rurales repartidas por la zona. Todo muy cerca de su principal playa, El Playazo, dominada desde lo alto de una duna fosilizada por el castillo de San Ramón, construido en el siglo XVIII. Arena fina y dorada y agua cristalina son allí el mejor regalo. Aunque no la excepción: Cabo de Gata está lleno de playas a cual más apetecible: Genoveses, Los Muertos, San José, Peñón Blanco…

A pesar de sus dimensiones, Rodalquilar ofrece también propuestas para el ocio. Una de ellas es el Jardín Botánico del Abardinal, que recibe su nombre de una planta muy frecuente en el entorno: el albardín. Un buen ejemplo de la adaptación de la naturaleza a zonas áridas y con altas concentraciones de sal en el suelo como las de esta comarca. Y que es una de las especies más utilizadas tradicionalmente por los habitantes de la comarca de Níjar para usos similares al esparto, planta de características parecidas.

Vegetación que es posible conocer gracias, también, a las numerosas rutas senderistas que unen Rodalquilar con otras localidades de la zona como Las Hortichuelas, Las Negras o la Isleta del Moro. Rutas que permiten obtener un punto de vista diferente de los paisajes y las playas de la comarca. Informaciones que se pueden obtener en la Oficina Gestora del Parque Natural de Cabo de Gata, ubicada junto al jardín botánico y que suele contar con diferentes exposiciones.

Las minas de Rodalquilar

Sin duda, lo más llamativo en esta localidad son las ruinas de las viejas minas de oro de Rodalquilar, situadas al norte y que demuestran la importancia que tuvo la extracción del metal en esta zona, sobre todo a comienzos y mediados del siglo XX. En esos años esta población vivió una época de esplendor que hoy parece casi imposible: allí vivieron casi 1.500 personas y el lugar contaba con consultorio médico, farmacia, cine, escuela, iglesia… Prácticamente más servicios que en la actualidad.

El lugar es hoy un pequeño paisaje que parece sacado de una película de ciencia ficción, aunque para los más curiosos hay también un pequeño museo geominero denominado La Casa de los Volcanes, donde conocer la historia de estas minas y las características geológicas de todo el Parque Natural, que tiene precisamente en Rodalquilar las más interesantes por su origen de caldera volcánica.

Otra de las atracciones de esta localidad es la gastronomía: sobre todo el pescado y marisco, que aquí se encuentra fresco como en poco lugares; pero los restaurantes de la zona también ofrecen una interesante variedad de carnes, verduras y legumbres. Un buen ejemplo es La Tasquilla, en Rodalquilar, donde sirven un excelente lomo de atún, pero también boquerones, gambas, salmón o rape.

Otra propuesta interesante es la que ofrece La Taberna del Faro, con una carta protagonizada por platos exóticos y de diferentes culturas como hummus árabe o unas quesadillas mejicanas. Si apetece cocinar o llevarse algunos de los mejores sabores de Cabo de Gata, La Despensa es una visita obligada: un pequeño establecimiento repleto de productos gourmet: desde pastas italianas a conservas y legumbres, pasando por vinos almerienses y cervezas artesanales como El Cabo, fabricada en Viator. Sin olvidar, por supuesto, los productos que sus propietarios cultivan en su huerta: puro sabor a Rodalquilar.

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