La ciencia llega a los barrios sevillanos más desfavorecidos de la mano del CSIC

El Museo Casa de la Ciencia de Sevilla ha acogido la presentación de Ciencia en el Barrio, una iniciativa que nace de la alianza entre el Ayuntamiento hispalense y uno de sus “motores”, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tal y como lo ha definido el alcalde Antonio Muñoz. Una institución que cuenta con más de 120 centros de investigación repartidos por todo el territorio nacional, diez de ellos en la provincia de Sevilla.

La vocación de este acuerdo es la de fomentar la cultura científica en los barrios sevillanos más desfavorecidos. Para ello, se van a desarrollar conferencias, talleres, clubes de lectura, exposiciones y visitas guiadas a los centros de investigación del CSIC en la provincia, de la mano de investigadores actualmente en activo. De esta manera, se proponen acercar la ciencia a distintas zonas de la ciudad “contribuyendo a la generación de talento, a la formación de los jóvenes y a la divulgación del trabajo que tantos y tantos profesionales desarrollan en los centros de investigación públicos y privados de Sevilla”, según ha indicado Muñoz. 

En este sentido, la delegada institucional del CSIC en Andalucía y Extremadura y directora del Museo Casa de la Ciencia, Margarita Paneque, ha asegurado que con este proyecto van a llevar la ciencia “directamente a aquellos colectivos a los que, quizá por un entorno social menos favorecedor, no les resulta fácil acceder a ella”.

Elemento de transformación social

Concretamente, las actividades - totalmente gratuitas- están dirigidas a barrios de los distritos Norte, Macarena, Sur, Cerro-Amate y San Pablo-Santa Justa, además de la barriada de Torreblanca en el Distrito Este-Alcosa-Torreblanca. Zonas que se han elegido teniendo en cuenta indicadores sociales del Consistorio.

Motivo por el cual Pura Fernández, vicepresidenta adjunta de Cultura Científica del CSIC, considera que Ciencia en el Barrio “fomenta la cultura científica como instrumento de oportunidades”. “El CSIC quiere ser un motor de cambio cultural en la sociedad. Y la cultura científica forma parte de una cultura integral más amplia, en la que tienen cabida tanto los conocimientos científicos y las posibilidades de intervención tecnológica como los valores humanísticos y sociales”, ha señalado.

En definitiva, esta propuesta se presenta como una apuesta de las administraciones públicas por llevar las actividades de divulgación a nuevos públicos, poniendo énfasis en aquellas zonas vulnerables de la ciudad. Un proyecto que comienza ahora su andadura en Sevilla (aún se desconocen fechas y barrios por los que arrancará el proyecto), después de haber ayudado a 24.000 personas de colectivos desfavorecidos y con dificultades socioeconómicas desde que se implantó en 2016 en Madrid.