Un cómic cuenta la historia de Raku, un maestro japonés de artes marciales que visitó Zaragoza en 1908
En 1908, el maestro japonés del jiu jitsu visitó Zaragoza durante su gira internacional. Este hecho, ya de por sí curioso, coincidió con la celebración en la capital aragonesa de la Exposición Hispano Francesa.
Sadakazu Uyenishi “Rakú”, nacido en Osaka en 1880, fue uno de los pioneros en mostrar y enseñar este arte marcial fuera de Japón. En Londres abrió su propia escuela de jiu jitsu y fue célebre por formar, entre otros, a la activista del movimiento sufragista Edith Garrud. También fue el autor del manual de referencia The Text Book of Ju Jutsu.
David Terrer descubrió la historia de Raku “por casualidad buscando en internet” y pensó que era digna de contarse, además, le resultaba interesante “el contexto de la Zaragoza de aquella época”, cuenta el escritor. Con la información disponible sobre la visita de Raku, Terrer construyó una historia en la que la realidad y la ficción se unen para darle contexto al combate con Benigno Abadía, labrador del barrio del Arrabal, “un hombrachón como un castillo, fornido y temible” según el articulista del Diario de Avisos de Zaragoza.
El Heraldo de Aragón también recogió este duelo: “A las primeras de cambio comprendió Rakú que se las tenía que entender con un adversario temible. Echándole una de sus zancadillas pudo derribarlo, pero el luchador baturro consiguió salvarse de las garras del japonés dominándole completamente y teniéndolo sometido a su merced. El público se entusiasmó haciendo una ovación frenética al paisano. Se llenó la pista de gorras y sombreros, aquello era el delirio. Rakú para no declararse vencido le echó una llave al cuello a su enemigo, oprimiéndole fuertemente la garganta con el codo, hasta que el del Rabal se vio obligado a pedir que cesara la lucha.” Esta técnica desató la furia del público zaragozano, puesto que consideraban que era una maniobra ilegal, y tuvo que intervenir la policía para que no agrediesen al maestro japonés.
A Terrer le llamó la atención el choque cultural “que debió sufrir Raku al llegar a España” y “con ficción y unas gotitas de humor he unido todos estos elementos”. Para dar contexto, Terrer nombra personajes ilustres de la época a lo largo del cómic, e incluso cuenta con la aparición de Alfonso XIII, que “estaba en Zaragoza para inaugurar el monumento a Los Sitios”.
Este espectáculo de exhibición de jiu jitsu tuvo lugar en el Teatro Circo y en el también participaba su ayudante Etaro Deguchi. Un espectáculo cuyo principal atractivo es la pelea del maestro japonés contra voluntarios del público, en su mayoría boxeadores y hombres fornidos.
Un año después del combate, el maestro japonés recordaba a su rival como “un aldeano corpulento. Algo así como un oso con camisa. Las manos de aquel aragonés parecían zarpas de tigre”.
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