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Ibercaja plantea un nuevo ERE con 500 despidos y el cierre de un centenar de oficinas

Ibercaja afronta un nuevo recorte de empleo que sigue a los planteados en las últimas semanas por Schindler y por la Opel de Figueruelas.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

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Ibercaja planteará este miércoles a los representantes de su plantilla un nuevo recorte de empleo en forma de ERE en el que, a falta de lo que pueda resultar de las consultas con los sindicalistas, las previsiones iniciales apuntan a la salida de alrededor de 500 empleados, en torno al 10% de los que actualmente trabajan para el banco aragonés, y el cierre de un centenar de sus 1.100 sucursales.

ElDiario.es Aragón ha podido confirmar que la cifra inicial de bajas se encontrará en el entorno de la décima parte de la plantilla y que las causas formales en las que se fundamenta el expediente de regulación son económicas, por la baja rentabilidad del negocio tras el desplome del margen de intereses, y organizativas, por la reducción de los requerimientos de personal de oficinas conforme avanzan los procesos de digitalización de la compañía, por un lado, y, por otro, de sus clientes.

El ERE de Ibercaja, que llega tres años después de haber cerrado otro de casi 600 despidos con el que su plantilla quedó reducida en un 12%, se conoce después de que en las última semanas hayan lanzado sendos procesos de recorte de empleo otras dos de las empresas emblemáticas de la comunidad aragonesa: la fábrica de ascensores Schindler, que ha anunciado 119 bajas en su factoría de Zaragoza, y la Opel de Figueruelas, que ha puesto sobre la mesa otras 461 bajas, en este caso de empleados mayores de 61 años.

El ERE de Schindler responde a la decisión de la empresa de trasladar su producción a Eslovaquia, mientras que el de Opel es una consecuencia directa de la transición del coche de combustión al eléctrico, cuya fabricación requiere aproximadamente un tercio del personal que necesitan los que consumen derivados del petróleo.

Trabajadores voluntarios y cercanos a la jubilación

Todos ellos coinciden con un nuevo aumento de las regulaciones de empleo en todo el Estado, inmediatamente posterior al acuerdo de coalición PSOE-Unidas Podemos, que incluye la modificación de la reforma laboral de 2012, y que está siendo especialmente intenso en el sector financiero, en el que nueve de los diez grandes bancos (CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter y Bankia en el Íbex35 y Unicaja, Liberbank e Ibercaja fuera) tienen abiertos procesos de despido colectivo. Únicamente Abanca, que lleva meses buscando socio entre los tres últimos para fusionarse, queda fuera.

Fuentes del banco aragonés confirmaron que la presentación de los datos a los representantes de la plantilla tendrá lugar este miércoles y avanzaron que la intención de la dirección es primar la voluntariedad en las salidas, concentrar estas en el tramo de los empleados de mayor edad y aplicar el tradicional sistema de indemnizaciones en diferido que coloquialmente, pero sin serlo para nada, se conoce como prejubilación. En la plantilla de Ibercaja hay 460 trabajadores de 57 o más años.

La negociación, que en este caso añade los tradicionales quince días del sector a los quince que da la ley, coincidirá con la difusión de los resultados de Ibercaja en el ejercicio de 2019, el previo a la decisión clave que debe tomar este año: salir a bolsa o crear un fondo de contingencia de suficiente entidad como para mantener su autonomía.

Todo apunta a que los responsables de la antigua caja de ahorros, que durante el proceso de reestructuración de la banca se hizo con la CAI y con sus socios de Caja3, se inclinan por la segunda de esas opciones.

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