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El voto en blanco que aupó al alcalde de Huesca sigue sin aclararse: el PSOE gobierna en minoría y sin apoyos claros

El alcalde de Huesca, Felipe Fácil, el día de su investidura.

Miguel Barluenga

Huesca —

Un voto en blanco, de paternidad no reclamada, mantuvo en la alcaldía de Huesca al socialista Luis Felipe contra pronóstico y levantó un cruce de acusaciones entre PP y Ciudadanos cuyos ecos aún marcan una legislatura que acaba de cumplir 150 días. Estos, avivados por el eurodiputado y exmiembro del partido naranja Javier Nart pocos días después de las elecciones generales del pasado 10 de noviembre, están marcando la actividad municipal con un partido, el PSOE, que gobierna en minoria con 10 de los 25 concejales frente a la hipotética pinza de las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) y la insuficiente presencia de los dos ediles de la plataforma de izquierdas Con Huesca.

Todo ello conforma un complejo sistema de equilibrios del que Felipe, de momento, está saliendo airoso. Fuentes socialistas aplauden la “habilidad y responsabilidad” del portador del bastón de mando para “salir indemne y reforzado de la guerra ‘fratricida’ entre PP y Ciudadanos” por la cuestión del voto en blanco, pues se acusan mutuamente de ser los responsables de decantar la vocación del pasado 15 de junio cuando se daba por hecha la triple alianza entre las derechas para que Ana Alós recuperase la alcaldía que ya ostentó entre 2011 y 2015. En el PSOE se impone la visión “transversal y útil para la ciudad de un equipo de gobierno dialogante y dispuesto a alcanzar pactos por el bien de la capital y sin bajar al barro”.

En el PSOE se pone como ejemplo, aunque tangencial, la fórmula que ha permitido iniciar a Javier Lambán un nuevo cuatrienio al frente del Gobierno de Aragón. “Es posible apoyarse en todas las fuerzas. El PP nos tendió la mano en su día y con la ayuda de Ciudadanos se han sacado adelante las ordenanzas fiscales”, recuerdan estas mismas fuentes, que rechazan cualquier vinculación entre el voto en blanco y lo sucedido en la Comarca de la Hoya de Huesca. En este organismo, regido por el socialista Jesús Alfaro, el concejal del Ayuntamiento de Huesca Enrique Novella (Cs) fue nombrado vicepresidente; se trata del mismo edil al que se ha atribuido el famoso voto en blanco.

Así lo considera el Partido Popular, que mantiene una tensa relación con el partido naranja que, sin embargo, no le impidió recabar los apoyos de Ciudadanos y Vox para la retirada de los polémicos carteles de bienvenida a la ciudad en lengua aragonesa. El entonces portavoz del PP en el Consistorio, Gerardo Oliván, seguía insistiendo en el mes de septiembre en que “el premio por ser el brazo ejecutor del voto en blanco” fue la vicepresidencia de la Comarca y un puesto de asesor en la Diputación Provincial de Huesca.

Nart y la “extraordinaria” oferta a C´s 

Entre acusaciones mutuas, vía Twitter y en ruedas de prensa, de querer dar la alcaldía al PSOE, PP y Ciudadanos mantienen una particular “guerra fría”, como la definen desde el partido del que es portavoz José Luis Cadena. “Es una situación anómala en la que nosotros no tenemos nada que ocultar, que no tiene que pasarnos factura porque no somos responsables y el tiempo pondrá todo en su lugar. En estos cinco meses se ha visto como hemos mantenido una postura exigente y crítica con el equipo de gobierno”, señalan desde Cs.

Sin embargo, su abstención permitió que saliesen adelante unas ordenanzas municipales que sumaron los votos de socialistas y Con Huesca. Y votó con los socialistas la modificación del pliego de la limpieza viaria. Mientras, el PSOE ve pasarse la pelota de un tejado a otro. “El balance de estos 150 días es de equilibrio y solvencia, frente a la radicalización que algunos nos atribuían cuando pactamos en la anterior legislatura con Cambiar Huesca y Aragón Sí Puede”, apuntan fuentes del partido en el Alto Aragón. Tampoco se teme una moción de censura que el PP planteó en los primeros días y retiró ante la falta del apoyo de Ciudadanos antes de ofrecer su mano al equipo de gobierno para un pacto nunca concretado. Además, los populares prometieron un veto permanente a las mociones de los naranjas.

Javier Nart refrescó la cuestión al aludir tras la hecatombe de Ciudadanos en 10N a que el PSOE habría ofrecido a Ciudadanos “cosas extraordinarias” como “la mitad de la alcaldía de Zaragoza. ”Lo pasé al partido y prefirieron la alcaldía de Huesca que tampoco consiguieron. Glorioso“, manifestó en tono sarcástico. Durante las negociaciones previas al 15 de junio se llegó a barajar un pacto para que José Luis Cadena fuese el alcalde, una postura inaudita para un bloque con solo tres concejales y 2.701 votos, el 10,7 % de los sufragios.

Horas antes de la elección en el Salón del Justicia del Ayuntamiento se filtró el teórico acuerdo entre las tres formaciones de derechas para la investidura de Ana Alós. Para mayor suspense, el voto en blanco fue el último en salir de la urna en el que habían depositado sus papeletas los 25 ediles. Un murmullo sordo de incredulidad precedió a la reelección de Luis Felipe. 150 días más tarde, el PSOE trata de sacar adelante los principales puntos de su programa electoral y nadie da un paso decisivo para descabalgar a Luis Felipe o sacar a la luz con pruebas fehacientes al responsable del voto en blanco.

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