La fiscalía pide 60 años de cárcel para el médico de Zaragoza acusado de una treintena de abusos sexuales a pacientes

En mayo de 2021 la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Zaragoza detuvo a un médico de atención primaria, que se encontraba realizando una sustitución desde el mes de octubre de 2020 en un centro de salud de la margen izquierda de la capital aragonesa, como presunto autor de un delito de abusos sexuales. El Salud le abrió un expediente disciplinario y el médico fue suspendido provisionalmente de funciones después de que siete mujeres expusieran los tocamientos y comentarios inapropiados del médico.

Tras la detención, se recibieron más denuncias y ya son 32 mujeres las que han sido víctimas de este agresor. Todas ellas a partir de octubre del 2020 en el centro de salud Parque Goya 2, perteneciente al Servicio Aragonés de Salud.

La fiscalía pide 60 años de cárcel para el acusado como autor de 26 abusos sexuales, siete tentativas y un delito de intrusismo, puesto que considera que está habilitado únicamente para ejercer en medicina general, sin que le conste la especialidad de ginecología o en técnicas diagnósticas de mamografía. Todo «con el ánimo de satisfacer sus instintos lúbricos».

Exploraciones no solicitadas

Según relataron varias pacientes de este doctor, el facultativo, se ofrecía a realizar exploraciones mamarias, entre otras conductas, sin tener conocimientos de ginecología y utilizando la posición de confianza existente entre médico y paciente. Unas exploraciones que no habían sido solicitadas por las pacientes pero que las víctimas, al no poner en duda ni la profesionalidad ni la intención del médico, accedían a someterse.

Las víctimas aseguraron que la forma de realizar las exploraciones “no era normal”, tanto por la posición como por la manera de efectuarlo. Señalaron que las observaba mientras se quitaban la ropa o se ofrecía a hacerlo él mismo, además de realizar comentarios inapropiados.

Además, todas las pacientes manifestaron el trato “excesivamente cariñoso” que empleaba este doctor, las abrazaba continuamente y les realizaba tocamientos no compatibles con una relación médico paciente. A una de ellas llegó incluso a besarla sin su consentimiento. El médico invitaba a las pacientes para verse fuera del horario de consultas y realizaba comentarios sobre la frecuencia con la que mantenían relaciones sexuales.