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Los residentes de Enfermería de Atención Primaria en Aragón piden el rescate de la situación sanitaria y que se garantice su formación

Una Atención Primaria valorada y reconocida, pero descuidada e insostenible

Naiare Rodríguez Pérez

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Las Unidades de Atención Primarias ofrecen servicios básicos y de salud en las comunidades. Mientras, la salud familiar y comunitaria se ocupa del mantenimiento y la resolución de los problemas de salud frecuentes en estos grupos de personas y familias. En ella se priorizan las intervenciones y la elaboración de programas y protocolos orientados a mejorar la salud de toda una comunidad.

María Emilia Vargas es una joven enfermera de 23 años que actualmente está haciendo esta especialidad de enfermería en uno de los centros de salud de la capital aragonesa. Ella asegura que la situación de los especialistas en Aragón es “insostenible”: “Siempre me han gustado las ciencias, pero sobre todo la parte humana. Enfermería era la opción que más se acercaba a lo que yo quería hacer y, conforme han ido pasando los años, me he ido dando cuenta de ello, en qué consiste esta profesión y en cómo me parezco a sus valores”, asegura Vargas.

Para ella, uno de los vértices de la enfermería es que “es un trabajo súper cercano en el que de verdad llegas a conectar con las personas” gracias a la empatía que conlleva que, aunque “debe ser natural”, “no siempre se tiene la inteligencia emocional suficiente”. Después, una vez que estaba estudiando, tuvo que empezar a especializarse y preguntarse qué es lo que más le “llamaba la atención”.

Según explica Vargas, mientras realizó las prácticas del Grado en Enfermería, “veía que el sistema de salud en general era muy impersonal”, algo que no le gustaba y que le hacía sentir que era “un contrato y un número más” en el que lo relevante era “sacar el trabajo con el menor gasto posible y en el menor tiempo”. “No podía ser. Estamos hablando de sanidad, de algo que afecta a toda la población”, admite.

María Emilia Vargas sabe que la medicina generalista “es igual de válida”, pero a ella lo que más le gustaba era “el paciente más crónico” porque “se aleja de ese trato frío por una continuidad en los cuidados”. Por este motivo, decidió especializarse en Atención Familiar y Comunitaria en la que se puede trabajar “con una metodología propia y diferente desde tu consulta” basando también la tarea a desarrollar en la educación para la salud, la prevención, los hábitos de vida saludables y el seguimiento continuo del paciente.

“Con esta especialidad eres un miembro de la comunidad. Estás a pie de calle y conoces a las familias”, comparte Vargas, quien además señala que en esta área “si cumples los objetivos y expectativas del paciente si estás reconocido y valorado” ya que se trabaja con “la salud de las personas que no deja de ser un tema delicado y de cara al público”.

Desde que comenzó la pandemia, la Atención Primaria se ha visto también afectada. Según confiesa esta enfermera, “ahora las personas vienen exigiendo” mayor y mejor atención en momentos en los que el propio personal sanitario “convive con ciertas presiones y estrés” en las que también destaca el desborde y colapso al no haber suficiente personal ni recursos para atender a los pacientes.

Por este motivo, Vargas apunta como posibles soluciones la explicación detenida de que “no hay que ir a la urgencia para todo porque hay otros tipos de recursos y de asistencias que quizás pasen más desapercibidos”.

Una realidad y formación que está pendiente de un hilo

La importancia de estas especialidades es una realidad, sin embargo, los propios profesionales no saben cómo será su futuro laboral ni tampoco la tutorización correspondiente que “se han ganado por derecho a examen” y que “ahora está en peligro”. Cuando un profesional se examina y saca plaza, tiene derecho a una formación especializada de lo elegido. Estas plazas se distribuyen por comunidades autónomas que, en el caso de Vargas, tuvo “la suerte de poder elegir en el sector II de Zaragoza”. Por cada plaza asignada, corresponde un tutor especializado que los acompaña a lo largo de un tiempo y de su formación. 

En cambio, debido a los traslados, Emilia ve “necesario” compartir la situación a la que se está enfrentando un compañero y que muestra y ejemplifica la realidad a la que están sometidos otros estudiantes y enfermeros. “Van a trasladar a su tutora al hospital, así que mi compañero, que tiene derecho a una plaza de formación, se va a quedar sin nada. Ella va a desempeñar su trabajo en la Atención Especializada porque una persona que está en el hospital va a coger la plaza de Atención Primaria. Esta persona no está capacitada para tutorizar una formación así y, por tanto, mi compañero quedará desamparado”, denuncia en representación de los residentes y de los especialistas en Atención Familiar y Comunitaria.

“Nos gustaría darle voz al problema que se nos presenta a raíz de la última convocatoria del procedimiento de movilidad voluntaria para cubrir plazas de la categoría de Enfermera/o en centros sanitarios de Aragón”, añade Vargas en el mismo sentido en el que muestra que un total de 1506 plazas, 320 corresponden a Atención Primaria y “ninguna queda reservada para la reconversión a plazas de especialista”.

Esta situación se ve alterada porque, tal y como confirma Vargas, “hace tan solo un mes, el Consejo Interterritorial de Salud -representadas por las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad- aprobó el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023 con medidas entre las que destaca consolidar el rol de la Enfermería Familiar y Comunitaria en Atención Primaria”.

Aun así, y aunque también se quiera fomentar la contratación de enfermeros especialistas incluyendo como mérito prioritario el título de especialista, en representación de todos ellos, Vargas asegura que no existe “una bolsa de trabajo específica y no se reconozca la formación y capacidad del personal” por lo que desde esta área consideran que “están ante una malversación del gasto público al invertir en una formación que luego no revierte en la prestación de cuidados eficientes y de calidad”.

“Luego están los compañeros que han hecho el examen en enero y se incorporan en mayo. No tienen tutores a pesar de haberse ganado este derecho”, sostiene ella, quien también considera que “a nivel autonómico se va por un lado distinto al nacional sin hacer nada para solucionarlo” a pesar de sí contar con el apoyo del personal docente a la hora de recoger firmas y contemplar otras vías de formación.

Por todo ello, ya se han puesto en contacto con la consejera de Sanidad, la coordinadora Asistencial de Enfermería, el director de Recursos Humanos y el gerente de Salud con el objetivo de mostrar que “estos traslados afectan a la sanidad” y “la falta de especialización es una amenaza para el trabajo”.

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