La Navidad en Asturias: cuánto cuesta y quién no puede pagarla

Carla Vega

Siero —

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La inflación, la subida de la cesta de la compra o el aumento del precio de la energía vuelven a poner a prueba a familias, trabajadores y pensionistas en una Asturias marcada por salarios ajustados y un alto peso de las pensiones.

Llega diciembre y la compra cambia. En los supermercados de Asturias aparecen productos que no entran en las listas durante el resto del año y el presupuesto mensual se estira más de lo habitual. Sin embargo, durante estos días y cada año cada vez más, se repite la misma escena: carros con algo menos de marisco, turrones que se miran más de lo que se compran, y cuentas que se hacen mentalmente antes de llegar a la caja.

Un ejercicio de equilibrista

La Navidad, que tradicionalmente ha estado asociada al exceso y a las mesas llenas, se ha convertido para muchos hogares en una cuestión de cálculo. No se trata solo de celebrar, sino de decidir hasta dónde se puede llegar sin sobrepasar el presupuesto. Lo que se medía en cenas, regalos y reencuentros, para muchos hogares asturianos ahora también se mide en euros.

Con la inflación actual, que también afecta al aumento de los precios en los alimentos, celebrar estas fiestas se ha convertido en un ejercicio de equilibrista para jóvenes con salarios bajos, familias con ingresos ajustados y pensionistas, que ven cómo la compra de diciembre se traduce en un gasto mayor que el que suponía hace tan solo unos años atrás.

La carestía de la vida

Existen datos que nos ayudan a entender el por qué de esta situación. A pesar de que el salario mínimo interprofesional (SMI) ha subido de forma notable en los últimos años, pasando de 900 euros mensuales en 14 pagas en 2019 a 1.184 euros en 2025, según datos del Ministerio de Trabajo –lo que supone un incremento del 31,6 por ciento–, este dato convive con un encarecimiento sostenido del coste de la vida.

En 2019, el Principado cerró el año con una inflación de apenas el 0,4 por ciento, mientras que en los últimos ejercicios el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha repuntado, llegando en noviembre de este año al tres por ciento, con un acumulado anual del 2,4 por ciento, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La situación de los pensionistas

La situación no es muy distinta para los pensionistas, un colectivo especialmente relevante en Asturias. La pensión media de jubilación pasó de 1.379,61 euros en noviembre de 2019 a 1.778,08 euros en noviembre de 2025, según las estadísticas de la Seguridad Social.

Este incremento, que roza el 29 por ciento, ha permitido amortiguar parte del impacto de la inflación, pero no siempre alcanza para cubrir el encarecimiento de los gastos asociados a estas fechas, especialmente en una región envejecida y con familias que, en muchas ocasiones, cuentan con estas pensiones como uno de sus principales sustentos.

La compra navideña

Sin lugar a duda, este golpe se percibe con gran claridad en la cesta de la compra navideña. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que los alimentos típicos de Navidad —como carnes, pescados o dulces— se han encarecido un 5,1 por ciento con respecto al precio de los mismos productos el pasado año.

Este dato es aún más contundente si echamos la vista un poco más atrás. La cesta navideña acumula una subida del 57 por ciento en la última década. Traducido a un contexto simple, una compra similar a la de hace diez años cuesta hoy más de la mitad que entonces.

Los sobrecostes

Sin irnos tan atrás, la comparación sigue resultando llamativa. En 2019, previamente a la pandemia, el precio de muchos productos básicos y festivos era menor. Hoy, llenar el carrito para la cena de Nochebuena o Nochevieja implica asumir un sobrecoste que no siempre va acompañado de un aumento equivalente de los ingresos.

Para las familias con niños, el gasto se multiplica con regalos, comidas especiales y mayor consumo energético, y para los jóvenes, con salarios bajos o contratos precarios, la Navidad suele significar recortes.

Los hogares asturianos

Asturias comparte esta tendencia con el conjunto del país, aunque con matices. El peso de las pensiones y la menor renta media sitúan a muchos hogares asturianos en una posición más vulnerable frente a la subida de precios. Según los análisis de organizaciones de consumidores, como FACUA o la propia OCU, existen diferencias territoriales, pero el denominador común en todas ellas es que celebrar cuesta más en todas partes.

Más allá de los números, la Navidad es un termómetro de la economía cotidiana. El SMI y las pensiones han subido, pero la sensación de ahogo persiste cuando los precios avanzan a un ritmo similar o superior. Mientras en el imaginario colectivo de la sociedad española se mantiene la idea de la abundancia y la celebración durante estas fechas, los datos dibujan un escenario más complejo. Para una parte creciente de la población, la Navidad no es solo una cita emocional, sino un cálculo económico. Y en ese cálculo, cada año, el margen continúa estrechándose un poquito más.