Semíramis González, directora de LABoral Centro de Arte de Gijón: “El arte siempre es político y no puede estar alejado de un genocidio”
El proyecto de la nueva responsable busca el “diálogo, la escucha y la colaboración” con las instituciones apoyada en un equipo de profesionales para cubrir las necesidades de artistas, galerías y público. Su propuesta incluye una visión feminista, defiende los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la igualdad de género, la diversidad y siempre apegada a la realidad de las temáticas que preocupan a la ciudadanía
Semíramis González, en las instalaciones de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, en Gijón. Pablo Lorenzana
Semíramis González (Gijón, 1988) apenas lleva unas semanas al frente de la dirección-gerencia de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón y ya ha dejado asomar su fuerte compromiso social. En su proyecto incluye siempre las palabras “diálogo, escucha, colaboración y equipo” porque entiende que es la manera de cubrir las principales necesidades que demandan los profesionales, las galerías y el público.
Afable y cercana, en las distancias cortas, llama al genocidio por su nombre y opina que los artistas no pueden ser ajenos a la realidad del horror que está viviendo la población palestina en la franja de Gaza por la invasión de Israel.
Vuelve a Gijón, su tierra natal, para dirigir un centro de arte al que define como “pionero y vanguardista” y asegura que “la experimentación es parte de su ADN”. En un hueco de su apretada agenda, Semíramis González atiende a elDiario.es Asturias en sus amplias y diáfanas instalaciones.
Usted ya había trabajado en Laboral entre 2013 y 2015 como coordinadora de proyectos artísticos. ¿Soñó algún día que podría llegar a dirigir la institución?
Trabajé en un proyecto específico que se llamaba Lablog, que llevaba el departamento de comunicación que dirigía Pepa Telenti. Era el momento en que estaban implosionando los blogs y se implicaba a otra gente para hablar de los contenidos del centro.
¿Sigue colaborando con alguno de ellos?
Sí. Sigo en contacto, por ejemplo, con Nicola Mariani, un blogger italiano. Además, en Lablog se hablaba de todos los departamentos del centro, de educación, de exposiciones, con lo cual se constata que Laboral es un lugar muy visionario de las cosas que luego ocurren. Eso pasó en 2013 y ahora mismo todo el mundo habla de los influencers y de TikTok.
¿Ha seguido la trayectoria de Laboral desde entonces? ¿Cómo se veía desde fuera?
Fue una de mis primeras experiencias laborales. Acabé de estudiar Historia del Arte en 2012 y al año siguiente tuve la suerte de poder trabajar en mi tierra en un centro de arte contemporáneo, como éste, que está reconocido nacional e internacionalmente. Desde entonces sigo la trayectoria de Laboral y ahora estoy encontrando mucho cariño tanto de gente de dentro del mundo del arte como de fuera.
Yo no podía venir aquí como un alienígena a plantear un proyecto que fuera como una nave espacial, sino qué quería saber qué es lo que necesita el sector, qué le falta a los artistas, a las galerías, a las asociaciones artísticas, a los colectivos y cómo un centro de arte público con financiación pública, como éste, responde de alguna manera a esas necesidades
De sus múltiples facetas como historiadora, gestora cultural, investigadora y comisaria de arte contemporáneo, ¿Qué pesa más a la hora de afrontar la realización de una campaña o la preparación de una exposición?
Laboral sigue manteniendo esa imagen de centro pionero, vanguardista y experimental. Otros centros de arte tienen muchas cosas, pero muchas veces no son experimentales. Aquí la experimentación sí que forma parte de su ADN. Yo defendía unas líneas en mi propuesta, pero insistía mucho en la importancia del diálogo y de la escucha. Solo un buen proyecto tiene continuidad, sea artístico o no, si da respuesta a las necesidades de un contexto determinado, en este caso el artístico.
Yo no podía venir aquí como un alienígena a plantear un proyecto que fuera como una nave espacial, sino qué quería saber qué es lo que necesita el sector, qué le falta a los artistas, a las galerías, a las asociaciones artísticas, a los colectivos y cómo un centro de arte público con financiación pública, como éste, responde de alguna manera a esas necesidades.
Solo un buen proyecto tiene continuidad, sea artístico o no, si da respuesta a las necesidades de un contexto determinado, en este caso el artístico
Mi obsesión era de alguna manera que este centro acabe siendo un lugar que promueva que los artistas y los profesionales del arte puedan vivir de su trabajo y puedan hacerlo más allá de Laboral que no es el fin, sino el medio para entrar en contacto con otros profesionales, para expandir sus carreras y el centro de arte tiene que tenerlo en cuenta. Una nunca trabaja sola. Ha habido cambios internos, pero estoy con un equipo que lleva aquí desde anteriores direcciones.
La directora-gerente de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, Semíramis González. Pablo Lorenzana
¿Ha encontrado la respuesta sobre qué les falta a las galerías y qué necesitan los artistas?
Mi proyecto defiende los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la igualdad de género, la diversidad. La suerte que tenemos cuando trabajamos en las instituciones es que podemos llevarlo a cabo no solo en una exposición, sino en todos los elementos que conforman el centro de arte.
También aquí en las residencias, que son otra parte importantísima en Laboral y el departamento educativo, como todas las patas sobre las que se asienta la institución, llevamos a cabo esas políticas que lo que hacen es incidir en democracia, en igualdad, en diversidad y que estamos viendo que en otros sitios es lo que se está atacando de manera directa en determinados países, porque es el ADN de la democracia.
Usted aseguró en una ocasión que “en el mundo que vivimos ahora mismo, el arte tiene que ser un lugar para pensar, reflexionar y ser más críticos” ¿Estamos normalizando el horror de la violencia, pese a las imágenes que nos llegan desde Gaza, Ucrania...? ¿De qué manera puede ayudar el arte?
El arte nos proporciona un espacio de reflexión estético, poético y político. El arte siempre es político, haga lo que haga. Es tan político si la exposición habla de democracia y digitalización como si es de Las Meninas de Velázquez. En cualquier caso, tiene unos promotores, unas líneas ideológicas y un mensaje que transmite. Las instituciones culturales también lo son. Lo que tienen que hacer los centros de arte es incidir en esos valores que nos representan y nos hacen mejores personas como sociedad.
A mí me parece bonito que sea el sector cultural una parte fundamental de quienes están llevando la voz cantante en las protestas en la calle contra el genocidio en la franja de Gaza, porque uno no puede hacer una película o no puede hacer una exposición, apagar la tele y pensar que eso no está pasando
El arte no puede estar alejado de un genocidio. Estamos viviendo un genocidio casi retransmitido en la medida de lo que se puede retransmitir, cada vez menos, pero casi 24 horas. También en la respuesta que estamos viendo últimamente, con la protesta en las calles contra el genocidio, a mí me parece bonito que sea el sector cultural una parte fundamental de quienes están llevando la voz cantante, porque uno no puede hacer una película o no puede hacer una exposición, apagar la tele y pensar que eso no está pasando.
El arte habla de lo que a la gente le preocupa. Ya lo hacía Goya. Todos los artistas expresan a través de su arte las preocupaciones sociales de su entorno. El realismo lo hacía y nos permite como público acercarnos a esas problemáticas desde un lugar mucho menos evidente, pero mucho más duradero. Cuando vemos una película o leemos un libro y nos toca una fibra sensible dentro que nos emociona es importante incidir en ella.
Semíramis González en un momento de la entrevista con elDiario.es Asturias. Pablo Lorenzana
¿Está a favor de que los artistas se pronuncien públicamente sobre política? ¿Apoya gestos como los de Javier Bardem?¿Entiende las críticas que se formulan cuando en actos culturales, como en los premios Goya, se censura que haya mensajes de índole político?
A mí, personalmente, me interesan más los que sí se pronuncian. El trabajo artístico sobre todo es vocacional. Quien es artista puede ser otra cosa profesionalmente, pero no deja nunca de ser artista. Y como tal, en esa vocación va implícito eso: la preocupación por la Dana, por los incendios, por el genocidio.
Me parece que el trabajo de los artistas que deciden mirar para otro lado también lo reflejan en sus obras. Y a mí me interesan los trabajos que están hablando de la realidad que a la ciudadanía le preocupa. Me interesan más esos artistas y sus obras y tienen también una relevancia mucho mayor.
En su biografía también se define como curadora. ¿Cómo explica a un profano qué son las curadurías?
Normalmente se suele hablar de comisario o comisaria de arte, que suele ser quien organiza discursivamente la exposición. Yo utilizo más la expresión de curadora porque a mí me interesa mucho poner sobre la mesa el tema de los cuidados y definirme también como alguien que trabaja mucho con los artistas. De ahí que tiene que ver más con la curaduría que con el comisariado, aunque terminológicamente son lo mismo.
Semíramis González reconoce que el arte también es político y se muestra a favor de que los artistas se pronuncien sobre el genocidio en Gaza. Pablo Lorenzana
¿Cómo valora la gestión cultural asturiana?
El sistema del arte en Asturias es uno de los más robustos y resilientes. Hay más galerías de arte en Asturias desde luego que en Cantabria y hasta en el País Vasco. En el Principado hay un tejido artístico muy interesante, muy peleón, muy resiliente. Lo que hace falta es que desde las instituciones respondamos a eso y creo que ahora se está impulsando.
En el Principado hay un tejido artístico muy interesante, muy peleón, muy resiliente. Lo que hace falta es que desde las instituciones respondamos a eso y creo que ahora se está impulsando
La consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, se mostró recientemente en un encuentro con usted a favor de mantener una relación constante entre LABoral Centro de Arte y las galerías asturianas. ¿Esa apuesta del Principado formaba parte de su proyecto?
La Consejería de Cultura está haciendo una apuesta por el tejido cultural asturiano y es resiliente porque el sistema va a seguir funcionando. Me gustaría que Laboral sea un lugar de acogida y de bienvenida a instituciones, organizaciones, asociaciones y entidades con las que tenga alguna relación. Y hacerlo con ese foco para hacer sostenibles los proyectos artísticos, hacer crecer a los artistas, enseñar sus producciones, apoyarles, pero de una manera en la que haya un diálogo con todo el sector, porque al final somos muy pocos.
Artísticamente somos más que en otras provincias, pero sí que es verdad que somos pocos en general en Asturias y creo que eso es algo que tenemos que utilizar a nuestro favor, que es precisamente trabajar en conjunto para hacer fuerza. Y eso enlaza con mi proyecto.
En Laboral quiero hacer una labor donde desde el arte, la ciencia y la tecnología se ponga en valor lo que las mujeres aportan, porque sino nos estamos perdiendo la mitad de la población humana
Entre los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su trayectoria figura el Premio Fetico Aequalitas por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres (2021) y uno de los aspectos que más destaca en su personalidad es la visión feminista. ¿Cree que el arte es injusto con el papel que ha atribuido a las mujeres?
Me interesa mucho tanto la igualdad como el feminismo; son dos aspectos en los que llevo trabajando muchos años y forman parte de cómo concibo que los proyectos tienen que ser, no tanto como una temática, sino como algo transversal a aquello que hagamos. El sistema del arte ya es precario, intermitente para todos y específicamente lo es para las mujeres, y es fundamental tener esa perspectiva de género en todos los campos.
Este es un centro cuyo eje es arte, ciencia, tecnología y sociedad. Ciencia y tecnología son dos campos donde las mujeres están infrarrepresentadas. En Laboral quiero hacer una labor donde, desde el arte, la ciencia y la tecnología, se ponga en valor lo que las mujeres aportan, porque sino nos estamos perdiendo la mitad de la población humana.
Oviedo ha presentado su candidatura para ser Capital Europea de la Cultura 2031, ¿contribuirá desde LABoral Centro de Arte a apoyarla de alguna forma?
Sí. La Consejería de Cultura ya forma parte de la candidatura que, aunque se presenta Oviedo, es en el fondo asturiana. Pienso que todos los centros de arte y culturales tendríamos que estar apoyando la candidatura y en este caso Laboral también lo hará.
Defina brevemente en qué consistía su proyecto e intente ‘vender’ LABoral Centro de Arte para animar a las personas que estén leyendo esta entrevista a acudir a Gijón a conocerlo
Me gustaría que el público conociera qué es un centro de arte donde, a diferencia de un museo, aquí no hay una colección. Laboral está muy bien comunicado, cerca tiene el hospital, el tanatorio, la Ciudad de la Cultura... Además, hasta aquí llega el transporte público que yo utilizo. Coincido mucho en que hay que romper un poco esa barrera de la gente que cree que no va a entender nada.
Es bueno que el público venga a LABoral Centro de Arte porque no hay que saber mucho para disfrutar del arte. Aquí hay exposiciones que hablan de cosas tan cotidianas como el uso de la tecnología, también hay desde mercadillos hasta talleres de robótica, visitas guiadas, actividades de lectura que son públicas, abiertas, gratuitas, en torno a las exposiciones y actividades infantiles
Yo parto de la idea de que es bueno que vengan porque no hay que saber mucho para disfrutar del arte. Aquí hay exposiciones que hablan de cosas tan cotidianas como el uso de la tecnología. Nos encontramos con artistas internacionales, nacionales y asturianos. También hay desde mercadillos hasta talleres de robótica, visitas guiadas, actividades de lectura que son públicas, abiertas, gratuitas, en torno a las exposiciones. A veces también viene la gente y participa escribiendo sus poemas.
Hay actividades para niños, porque los públicos son muchos y diversos. Es como cuando lees un libro y no te dice lo mismo a ti que a mí, pero eso está bien también. Hay que dejarse llevar por la emoción, que es lo que los centros tenemos que intentar conseguir.
¿Está de acuerdo con las limitaciones temporales de los cargos?
Yo tengo un contrato de cinco años y normalmente en el sistema del arte, en el código de buenas prácticas, sí que hay unos límites de hasta un máximo. Me parece que son cuatro o cinco años prorrogables, pero es bueno que cada siete u ocho años haya un cambio, menos en centros grandes tipo Reina Sofía, donde ya cuando entras tienes que estar diez años porque ya hay una programación anterior que ocupa casi cinco.
¿Habrá alguna colaboración con el Centro Internacional Óscar Niemeyer de Avilés o con el Museo de Bellas Artes que acaba de nombrar a María López-Fanjul como directora?
Tengo previsto reunirme con el director del Centro Niemeyer la semana que viene, al igual que espero hacerlo con la directora del Museo de Bellas Artes. Quiero reunirme con todos los representantes de las instituciones porque tenemos que empezar a abrir estos cauces de comunicación.
¿Ya tiene previsto poner en marcha nuevas exposiciones para dar más proyección a LABoral?
Actualmente tenemos la exposición “Máquinas digitales” con la pieza ganadora de Starts, que es la ciencia, Tecnología y Artes del European Digital Deal. Aunque se desmonta la exposición, el mural se va a quedar más tiempo y habla justamente de los inicios de la humanidad desde la comunicación, las relaciones y la categorización física hasta hoy y cómo ha cambiado desde mandar mensajes a través de palomas mensajeras hasta los smartphones. Y cómo se han construido determinados dispositivos físicos y su traslación a cambios ideológicos. Es un poco lo que la pieza viene a enseñar. Estará hasta el 27 de septiembre.
La siguiente exposición será El Bosque, del artista valenciano Hugo Martínez Tormo, que será el 17 de octubre. Él ya estuvo en Laboral en 2014. Además esta exposición se muestra después de un verano donde los incendios provocaron pérdida de masa forestal. Esta es una obra interactiva donde el público va a poder crear su propio bosque.
Si no hubiera surgido la posibilidad de optar a la dirección del centro gijonés, ¿Tenía como uno de sus objetivos volver algún día a Asturias?
Volver a casa ha sido una de las cosas que más me apetecían. Desde el punto de vista profesional, todo lo que he aprendido, aquí se puede implementar y llevar a cabo. Probablemente si hubiera ganado el puesto de dirección en otro centro de arte, en otra comunidad, no tendría esa misma implicación tan personal como ocurre en este caso. Pero eso nos pasa a todos los asturianos que estamos fuera, que siempre nos sentimos de Asturias, sea donde sea.
¿Qué impronta le gustaría que definiera su gestión como directora?
Hay una jerarquía y esto es una dirección, pero quiero que haya diálogo con el equipo. Me gustaría que cuando yo me vaya todo lo que haya aportado sume para que el centro crezca; no tanto porque lo haya hecho yo, sino porque creo que la gente tenemos que pasar por las instituciones de manera que cuando nos vayamos estén mejor y otras personas las hagan crecer más.
Tengo una memoria emocional con el centro y creo en él. Ahora que se está perdiendo tanto el respeto a las instituciones, solo pueden funcionar porque se las respete independientemente de quién esté en la cabeza. Y lógicamente eso implica a los equipos que están dentro. Un proyecto no es de una persona, es una idea de una persona junto a un equipo que lo hace posible y lo va a canalizar.
Historiadora, gestora cultural, comisaria, curadora, investigadora y doctoranda
La trayectoria profesional
La nueva directora-gerente de LABoral Ciudad de Arte y Creación Industrial de Gijón, Semíramis González, cuenta con un amplio y brillante currículo profesional.
Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Universidad Complutense de Madrid.
Gestión cultural y directora de proyectos artísticos
De 2018 a 2022 fue directora artística de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Justmad de Madrid
De 2019 a 2022 directora artística de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ‘Justlx’ de Lisboa
Desde 2022 es comisaria de “Visión y presencia”, un ciclo de performances de artistas mujeres en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, así como de exposiciones en el programa “Kora”.
Entre 2022 y 2023 fue directora artística de la Agenda Cultural del Instituto de las Mujeres
Desde 2024 era directora de Contenidos del programa Cultura Orgullosa vinculado al Ministerio de Igualdad
Ha sido coordinadora de proyectos artísticos para instituciones como Es Baluard Museo Contemporani de Palma y de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón (entre 2013 y 2015).
Tiene experiencia como comisaria de proyectos
Trayectoria de docencia en másteres y títulos propios de instituciones educativas.