El Tenerife pierde ante el Villarreal B los puntos y el rumbo

Jesús y Tasende en una disputa

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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Ni contra once ni contra diez fue superior el Tenerife. El Villarreal B le ganó primero el duelo táctico, luego el de la eficacia con el gol de Álex Forés y de últimas el de medio partido en inferioridad por la expulsión de Abraham al filo del descanso. Pudieron empatar al menos los blanquiazules con un gol anulado a Ángel o con un cabezazo de Amo que se topó con el larguero, pero la realidad cruel es este 0-1 que, sobre todo, retrata su incapacidad para dar con un once fiable –y unos cambios con sentido– que le devuelva al camino de las victorias.

Lejos de regresar Waldo y Luismi Cruz, ausente este domingo como titular Roberto López, Garitano le dio las bandas a Jesús y Elady y la espalda de Gallego a Teto. Por orden, Elady subió a ratos su punto de rendimiento, menos que el punto de desesperación que provoca su querencia a soltarla cuando quiere y no cuando toca, Jesús rindió en curva descendente en lo que amanecía la pausa y Teto –un trasunto del futbolista en crisis– lució más la sola ocasión en la que se desmarcó que en su sitio de salida, casi un segundo delantero y poco –o nada– que el enganche con Gallego que se presumía.

Con todo, el Tenerife no perdió por las carencias de este trío como porque le fueron asomando problemas desde que el Villarreal B se hizo con el medio juego y comenzó a comprometerlo con balones a la espalda de los laterales. La misma desazón con la que defendió tres córners iguales hasta que en el segundo llegó el gol de Álex Forés, listo para rematar bajo palos un remate cruzado de Pascual tras servirla desde el flanco izquierdo Tasende.

El 0-1 pudo crecer de no mediar Soriano en dos nuevas apariciones en el área de los gróguets, ahora Lanchi (m.33) con una volea en escorzo que cogió a Mellot fuera de sitio y otra vez Lanchi (m.41) finalizando una caída al espacio ganando el sitio a Nacho. Entre ambas, un destello de lucidez (m.35) que asoció en la misma jugada a Elady pegado a la banda, a Teto rompiendo la línea para caer sin marca y a Nacho rematando el servicio del canterano, enfrentado sin marca a Íker Álvarez. En lo demás, el Tenerife se empeñó en jugarle al Villarreal más por dentro que con Nacho, más con Elady que con Jesús y con Teto desconectado de Corredera y Gallego, incapaz de crearle superioridades a Gelardo y Carlo, perdida la capacidad de influir en el ataque.

Pidiendo las sales del descanso, el Tenerife sacó el único petróleo del primer acto, un robo de fe de Teto que le dejó camino de citarse en el área con el portero y desbarató una patada de Abraham –de roja, pero milagrosa– que le llevó a la caseta. Con medio partido en superioridad y tiempo para reescribir el guion luce inentendible lo que vino después.

Garitano sentó en el descanso a Jesús y Sergio González. Recolocó como interior derecho a Teto, tiró a Ángel en línea con Gallego y dispuso a Bodiger como medio de cierre. Suyo fue el pase salvando dos líneas (m.60) que Ángel resolvió con un manejo y un remate brillante anulado por un fuera de juego en la carrera hacia el balón que confirmó el VAR. Casi a la vuelta, Ontiveros mostró el último detalle del catálogo de acciones del futbolista enorme que es, un disparo envenenado desde la frontal que sometió a Soriano.

Con un cuarto de encuentro por consumirse, el técnico sentó a Teto y a Elady y dejó como carrileros a Aitor Buñuel y Nacho, con Roberto de enganche por el centro y Mellot y los dos centrales cerrando a Pascual. Para entonces, el partido entró en una fase frenética con dos raptos de brillantez –un servicio de Nacho a la caída ante el portero de Roberto para un remate forzado (m.78) y el cabezazo al larguero de Amo (m.87)– y la reclamación de Alassan en sus escasos doce minutos en el campo: dos conducciones eléctricas y dos remates al palo largo de Álvarez que casi cogieron puerta.

Camino de quedarse encasillado en el rol de ese último cambio de última hora que alumbra un milagro, el muchacho reclamó sin palabras el papel protagónico que no tiene pese a las bajas y la falta de punto de algunos profesionales. En otros tiempos, Alassan ya sería a estas alturas un Tomás, un Mauro o un Suso, ese prototipo de extremo tinerfeño sin complejos y con chispa que tanto dieron al Tenerife. Los tiempos de ahora –el fútbol de los mil análisis y la obsesión por el equilibrio sobre todas las cosas– obligan a disfrutar de este Alassan a sorbitos en lo que te crece la incredulidad.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Amo, Loïc (Alassán, m.83), Nacho; Jesús (Ángel, m.46), Sergio González (Bodiger, m.46), Alex Corredera, Elady (Aitor Buñuel, m.66); Teto (Roberto López, m.66) y Enric Gallego.

(1) VILLARREAL B CF: Iker Álvarez; Espigares, Lekovic (Íñiguez, m.64), Abraham, Tasende; Lanchi (Rodrigo, m.86), Gelardo, Carlo, Ontiveros (Collado, m.75); Pascual (Tiago, m.75) y Alex Forés (Pau Navarro, m.46).

GOL: 0-1, m.23: Álex Forés.

ÁRBITRO: Miguel González Díaz (Comité Asturiano). Expulsó al visitante Abraham (m.44) por una entrada a Teto. Amonestó a Elady (m.18), José Amo (m.73) y Loïc Williams (m.77); y a los visitantes Lanchi (m.17), Iker Álvarez (m.71), Tasende (m.88), Rodrigo (m.90+4) y Tiago (m.90+5).

INCIDENCIAS: Partido de la décimo quinta jornada de LaLiga HyperMotion (Segunda División) 23-24 disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 17.876 espectadores.

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