El Tenerife tropieza solo y entrega un empate ridículo ante el Lugo

Fran Sol supera a El Hacen

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El CD Tenerife no levanta cabeza. Cedió un empate ante el Lugo de una manera impropia para un equipo profesional, aunque lo tuvo todo para ganar —expulsado Hugo Rama en el minuto 9, adelantándose con Fran Sol en el 39—, salir del descenso y cambiar de ánimo. Pero se empeñó el representativo en errar y errar en las dos áreas hasta quemarse con el gol de Juanpe (m.95) en la última jugada. El crédito de los blanquiazules, incluido el de Fran Fernández, se agota después del despropósito de este jueves.

Hay empates que lucen como triunfos y hay empates con valor de derrota. El del Tenerife de hoy pasará la historia del equipo en el olimpo de los segundos, no tanto por infrecuente —en 98 años los ha habido a decenas—, como por la forma. Jugando con fuego siempre, con la única disculpa de la presión del que llega a una cita de la novena jornada en puestos de descenso y obligado a cambiar el rumbo, el equipo de Fran Fernández firmó uno de esos choques con pinta de fin de trayecto del entrenador, perdido en la búsqueda de su once tipo y repitiendo cambios que cambian nada. A tres días de volver a jugar, puede que tenga el entrenador un examen de repesca en Fuenlabrada. Y puede que lo apruebe, pero el catálogo de errores —propios y ajenos, como siempre en cualquier deporte de equipo— luce demasiado abultado y demasiado dañino.

El Tenerife lo tuvo todo para ganar con un triunfo tranquilo que despejara dudas y alimentara egos. Andando el minuto 6, Hugo Rama pisó el pie de Zarfino en un remedo feo de la entrada que desgració un día a Borja Lasso. Entendió el árbitro tarjeta amarilla y, tres minutos después, la convirtió en roja gracias al VAR. Con ochenta y pico por delante, lo tuvo todo el Tenerife para ganar con un triunfo tranquilo, pero empezó a avisar de que no sería así.

La inferioridad del Lugo no reveló la superioridad del Tenerife. Tardó casi media hora Fernández en aceptar que el esquema contra once no podía ser el mismo que contra diez y, cuando lo aceptó, entró Shashoua, recordando que lo de Kakabadze no va de doblar a Moore para tratar de generar superioridades o aclarar espacios. Hasta el gol, que no respondió a la estrategia, sino a la picardía, el Tenerife quiso y no pudo. Quiso jugar combinando y cuando no le faltó el último pase, le falló el penúltimo o el antepenúltimo. Quiso colgarla al área y no tuvo ningún remate limpio, quiso definir desde lejos, pero se encontró con Vada.

Y volvieron los blanquiazules a tenerlo todo para ganar cuando se apareció Fran Sol en el único error grosero del Lugo. Sacó Cantero de puerta, devolvió de cabeza Zarfino hacia la defensa rival, midió mal Djalo el corte y aprovechó Sol la duda y el error para acomodarse el balón de cabeza, ganar un par de metros más y definir con un derechazo desde fuera del área que también cogió al portero corrigiendo su posición. Un zarpazo, un gol y a evacuar los humores.

Nada de eso, el 1-0 no dio tranquilidad al Tenerife. Volvió del descanso con sorpresas —Alberto por un Bruno Wilson que ya había respondido a su tarjeta amarilla con una cara de displicencia preocupante— y el mismo desgobierno para manejarse en ventaja de efectivos y de resultado. El partido se pasó al modo despropósito en el que entra cuando al que va ganando se le olvidan sus destrezas y, poco a poco, va elevando el nivel de los errores. En los individuales concursaron los once tinerfeñistas —pases de seguridad perdidos, salidas temerarias del portero, últimos pases a espacios donde no había rematadores, remates cuando se exigía una entrega…— y como grupo, el de Fran Fernández fue incapaz de evitar el abecedario de fallos imperdonables. Le dio salidas limpias al Lugo, le concedió córners, remates claros. En medio de la niebla, un buen cabezazo de Joselu (m.72) que no cogió puerta porque se interpuso Chris Ramos.

La tragedia llegó en dos actos. En el 89 avisó Carrillo con un remate sin molestias fácil para Ortolá. En el 95, el desenlace esperado en una cadena de torpezas propias y virtudes ajenas. Una pelota al área despejada al flanco de Pomares, un resbalón del lateral para habilitar otro pase a la olla, dos centrales que se van juntos —y mal— a cortar, un balón muerto en el área para que Alende la mate y un punterazo de Juanpe para definir, con rebote en el larguero incluido. Lo que viene siendo el final habitual para un guion escrito desde el minuto 9, cuando el Tenerife lo tuvo todo para ganar y empató como si hubiera perdido.

(1) CD TENERIFE: Ortolá; Kakabadze (Shasoua, m.34, Pomares, m.79), Bruno Wilson (Alberto, m.46), Sipcic, Álex Muñoz; Moore, Ramón Folch, Zarfino, Nono (Suso, m.70); Vada (Joselu, m.70) y Fran Sol.

(1) CD LUGO: Cantero; Campadabal, Venancio, Djalo, Canella; El Hacen (Juanpe, m.62), Carlos Pita (Xavi Torres, m.70), Hugo Rama; Cristian Herrera (Gerard Valentín, m.46, Alende, m.75), Carrillo y Puma Rodríguez (Chris Ramos, m.70).

ÁRBITRO: Francisco José Hernández Maeso (Comité extremeño). Expulsó a Hugo Rama (m.9) después de corregir con el VAR la amarilla anterior (m.6) por un pisotón a Zarfino. Amonestó a Bruno Wilson (m.25), Fran Sol (m.28), Nono (m.45+2), Álex Muñoz (m.53) y Sipcic (m.59).

GOLES: 1-0, Fran Sol (m.39). 1-1, Juanpe (m.90+5).

INCIDENCIAS: Partido de la 9ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Heliodoro Rodríguez López.

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