Somos gente de palabra
Dos meses más tarde de las pasadas elecciones autonómicas y locales, el próximo domingo 23-Julio estamos llamados nuevamente a las urnas. Esta vez, para unas elecciones generales, determinantes para consolidar políticas de progreso o imponer recortes y retrocesos. Gobernar para los intereses de la mayoría o defender privilegios. Avanzar o retroceder. Y tú decides.
La derecha, derecha extrema y extrema derecha que defienden los mismos intereses, cada día más ultramontana y desvergonzadamente falaz, ya se autoproclama ganadora y ha comenzado a sembrar dudas sobre la limpieza del proceso electoral, curándose en salud.
Sigue la derecha españolista el mismo patrón de Trump y Bolsonaro y le da continuidad a la consideración de gobiernos ilegítimos, que son aquellos de los que ellos no forman parte, como lo ha hecho a lo largo de toda la legislatura con el actual gobierno de coalición.
Sus credenciales son el negacionismo climático, la negación de la violencia machista, la eliminación de la memoria histórica y su deber de búsqueda de verdad, justicia y reparación, la imposición de nuevas censuras a aquello que no coincida con su ideología y su moral de estrechas miras. Y siempre, la utilización de lo público como objeto de codicia para negociar con nuestros derechos y convertirlos en negocios con la salud, la educación, los cuidados o la vivienda.
La derecha está sola en su deriva recentralizadora y ya la han abandonado aquellos nacionalistas vascos y catalanes que en otros tiempos apoyaban al desaparecido bipartidismo alternante. Por eso sigue ahondando en la deslegitimación de todo lo que no sean ellos, negando la plurinacionalidad, la convivencia pacífica, porque vivían mejor contra el catalanismo y contra ETA, a la que siempre resucitan como comodín para ocultar unas veces sus vergüenzas y corrupciones y otras sus políticas reaccionarias.
¿Aceptará esta vez una nueva derrota electoral, que devolverá a Feijoo a la Galicia de sus amistades peligrosas? O por el contrario, en su línea trampista y bolsonarista, ¿volverán a intentar deslegitimar al futuro gobierno de coalición, a ese gobierno que ha afrontado con solvencia las crisis sucesivas de estos cuatro años, y al que en todo momento le han negado su apoyo?
Frente a ese país en blanco y negro al que quieren devolvernos, frente a esas intenciones de retrocesos, aboliciones y privatizaciones, aparece recompuesto y transformado en alternativa de gobierno, el movimiento SUMAR, liderado por Yolanda Diaz, que tiene un proyecto de progreso para este país, que pretende seguir profundizando en las conquistas de esta legislatura para la mayoría social y, a la par, ensanchar la democracia con nuevos derechos y libertades.
En Canarias, aprendida la lección divisionista de las elecciones del pasado 28-M, pretendemos consolidar las políticas transformadoras apostado por la presencia de Noemí Santana y Alberto Rodríguez en el Congreso de los Diputados apoyando el próximo gobierno de coalición de SUMAR y PSOE. Y, si concurrieran las circunstancias favorables, difíciles pero no imposibles, alcanzar la presencia de algunos senadores insulares, como es mi propio caso, por la isla de Tenerife, donde te recuerdo que solo se puede poner dos equis en la papeleta para el Senado, lo mismo que en Gran Canaria.
SUMAR en Canarias está formado por las gentes de Podemos, IUC, Sí se puede y Proyecto Drago, y además apoyado por las miles de personas que consideramos que son necesarias políticas de progreso en el gobierno del Estado. Y eso lo garantiza este movimiento liderado por Yolanda Díaz, actual Vicepresidenta y Ministra de Trabajo.
Somos gente de palabra, responsables y buenos gestores. Firmamos con la sociedad el contrato con el que nos presentamos a las elecciones. Y nos comprometemos a cumplirlo: mantener y mejorar el poder adquisitivo de las pensiones como se ha hecho en la presente legislatura, mejorar las condiciones de vida y trabajo de la mayoría social disminuyendo la jornada laboral sin disminuir los salarios, incrementar el SMI hasta la media europea, dar solución al problema de la vivienda aplicando y mejorando la reciente ley, defendiendo lo público como parte esencial de nuestros derechos, continuando la lucha por la igualdad y la no discriminación, impulsando con medios la lucha contra la violencia machista, luchando contra el fraude fiscal y la corrupción, en definitiva haciendo políticas para mejorar la vida de la ciudadanía, y para ello hay que comenzar por una mayor redistribución de la riqueza. Que aporten más los que más tienen.
Este domingo nos jugamos mucho. No vale la abstención. Tampoco los vanos intentos por regresar al bipartidismo. SUMAR es el voto útil y tuya la decisión.
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