El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Los aires nuevos de Clavijo empiezan por Fuerteventura
No lo decimos nosotros, lo dice el interesado: “Me voy a Coalición Canaria porque me gustan los aires renovadores del nuevo candidato, Fernando Clavijo, y por la nueva estructura orgánica del partido en la isla”. Y el interesado no es otro que Sergio Lloret, el flamante fichaje que anoche trataba de bendecir en el comité local de Tuineje el secretario insular de CC en Fuerteventura, Juan José Herrera Velázquez. El objetivo de Herrerita, que aparece en esta operación asistido en las bandas por el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, y por el de Tuineje, Salvador Delgado, no es otro que destruir la carrera política del presidente del Cabildo y hasta el otro día hombre fuerte del partido en la isla, Mario Cabrera. Es, como cabe colegir de inmediato, la primera consecuencia de calado tras el triunfo de Fernando Clavijo en la carrera presidencial. Los que le apoyaron empiezan a pasar sus facturas sin medir las consecuencias. Se equivoca Lloret cuando habla de aires renovadores que, de existir en Fuerteventura, poco o nada tendrían que ver con él dada su trayectoria política. Y se equivoca cuando habla de “nueva estructura orgánica”, porque hasta donde sabemos, es la misma que hasta ahora. Con la diferencia de que la decisión de Herrera, Morales y Delgado, no ha provocado otra cosa que la desintegración total de esa supuesta estructura: a las dos de la tarde de este miércoles ya superaban los 125 los militantes (cualificados y de a pie) que se habían dirigido a Herrerita para soltarle una bomba entre las manos: “Cuando tramites el alta de Sergio Lloret, en el mismo expediente mete nuestras bajas”. Al secretario insular le tembló estrepitosamente la papada y pidió a los rebeldes que aguantaran la meada, que él se marcha hoy de vacaciones y que cuando vuelva, ya hablan. Pero no, la postura es irreductible: si entre Lloret, nos vamos unos cuantos.
Desplazar a Mario Cabrera
La operación de Herrerita y compañía tiene un objetivo muy claro: desgastar a Mario Cabrera y comprometer su futuro político de manera severa, de modo que sus opciones a optar a la reelección (deseo que él ha desechado) o estar bien posicionado para dar el salto al Parlamento de Canarias se vean disminuidas. Desplazándolo de la candidatura a la presidencia del Cabildo en mayo de 2015 quedará expedito el camino para que esa plaza la ocupe Marcial Morales, que cedería a su vez la candidatura a la alcaldía de Puerto del Rosario al flamante fichaje, por mucho que éste diga que no tiene sobre la mesa ninguna promesa de los mandarines golpistas. Pero los deseos en política a veces se tropiezan con las lealtades, y las que este mismo miércoles manifestaron esos más de 125 cargos públicos y militantes complican de manera grave el control absoluto que los seguidores de los aires nuevos y renovadores pretendían imponer manu militari. No es la primera vez que la falta de tacto y el error de cálculo conducen a Herrerita a un fiasco. Con motivo de una discusión sobre el reparto de los fondos municipales del REF, el alcalde de Betancuria y todos sus concejales abandonaron CC en 2012, un hito que se agrava si se tiene en cuenta que Marcelino Cerdeña fue el alcalde nacionalista más votado de toda Canarias y su municipio el que más voto aportó al partido en las últimas generales.
¿Tanto vale Sergio Lloret?
Conocida la jugada fallida encabezada por el secretario insular de CC en Fuerteventura, cabía preguntarse de inmediato quién es este Sergio Lloret y qué puede aportar a la organización como para correr el riesgo de la grave fractura que su incorporación ha provocado. Cualquiera que se sumerja en las hemerotecas puede conocer al personaje. Natural de Gran Tarajal, ingeniero de Caminos de discutida profesionalidad en algunos momentos, Lloret fue un curioso militante de Asamblea Majorera que se convirtió en su momento en un verso suelto. Defensor de un reparto que él reclamaba más equitativo entre las comarcas de la isla, lideró la plataforma Por el equilibrio, que en realidad pretendía una gran operación urbanística en el valle de Agando (Tuineje) con la construcción de una central eléctrica y unas importantes recalificaciones de suelo rústico en la zona. Desde entonces, año 2010, protagonizó duras diatribas públicas con el presidente del Cabildo, Mario Cabrera, por lo que terminó abandonando Coalición Canaria. Su deseo de vengar las afrentas le condujo a sellar una unión temporal con Manuel Travieso, ex alcalde de Puerto del Rosario, que también salió abruptamente de CC tras el escándalo del centro comercial Las Rotondas, cuyas licencias terminó otorgando su sucesor, Marcial Morales. Travieso y Lloret montaron Asambleas Municipales de Fuerteventura, en trance de desaparición tras la inhabilitación judicial de sus concejales en Pájara, la decisión de Lloret de pasarse a CC y el destino aún incierto de Manolín Travieso. Pero el ascenso de ambos al Cabildo en el presente mandato quedó muy marcado por el enconado y continuo enfrentamiento que, especialmente Lloret, mantuvieron con Mario Cabrera en la institución y en los tribunales de justicia.
Una venganza ciega
Esos enfrentamientos llevaron a Lloret a dedicar todo su tiempo y esfuerzo y los recursos económicos que el Cabildo destinaba al sostenimiento de su grupo a interponer diversas acciones penales contra Mario Cabrera, ninguna de ellas de momento exitosa. Sus intervenciones en los plenos de la Corporación y en los medios informativos han estado siempre salpicadas de duras dedicatorias al presidente, en ocasiones alcanzando la consideración de insultos. Su compañero de partido, hasta este lunes, Manolín Travieso, tampoco se ha quedado atrás: consta documentalmente que ha utilizado su condición de ex alcalde de Puerto del Rosario y de funcionario de ese Ayuntamiento (es letrado adscrito a los Servicios Jurídicos) para acceder al expediente administrativo de la vivienda particular de Mario Cabrera, de veinte años de antigüedad, para airear por toda la isla aspectos de la misma. Del destino político futuro de Travieso no hay datos concluyentes. Se habla de que hace escarceos tanto con el PP como con Nueva Canarias. De Lloret ya se sabe que ha sido utilizado por Herrera Velázquez y los valedores de Clavijo como palanca con la que desalojar del poder a partir de mayo a Mario Cabrera. Ya veremos si se deja.
La patronal de Riu vuelve a la carga
Cuando solo falta una semana para que se conozca la reordenación que el Gobierno de Canarias se comprometió a proponer para el complejo natural del oasis de Maspalomas, regresan las presiones desde la Confederación Canaria de Empresarios, sector turístico. Al más puro estilo del viejo empresario defensor del todo vale y de la ley del embudo, los patronos se han reunido para defender únicamente los intereses de la cadena hotelera mallorquina Riu. Lejos de proponer una solución razonable, y sin conocer (al menos oficialmente) la propuesta gubernamental, la patronal turística que dirigen al alimón Fernando Fraile y José María Mañaricúa ha vuelto al punto de partida: dejar que los empresarios hagan lo que les de la real gana en un paraje natural excepcional que, por una vez en la vida, una institución pública decide reordenar para devolverlo al uso ciudadano. Para llegar a ese kilómetro cero, los patronos han esgrimido dos argumentos falaces: el primero, que si no interviene la iniciativa privada, la zona se deteriora; y el segundo, que si no se deja hacer a Riu el hotel mamotreto que quiere, las indemnizaciones llegarían a los 500 millones de euros, es decir, dieciséis veces más de las primeras cifras con las que trataron de acojonar al público municipal y espeso hace unos pocos meses. La primera amenaza se desmorona por sí sola porque una reordenación del espacio no equivale necesariamente a expropiación. La resolución del Gobierno suspendiendo allí el planeamiento nada decía de eso, sino más bien dar satisfacción al viejo anhelo ciudadano de someter el palmeral a su protección máxima, integrándolo en la zona litoral, “sustituyendo las actuales edificaciones existentes por espacios libres” (…) “potenciando el entorno del Faro de Maspalomas con la ampliación de espacios libres” y “trasladando las edificaciones complementarias existentes, al igual que las turísticas, incluyendo su capacidad alojativa, a otras ubicaciones cuando limiten los anteriores objetivos”. En definitiva, hacer que prevalezca el interés general sobre el que una cadena, a mayor abundamiento foránea, quiere hacer en el corazón natural de la zona turística de Gran Canaria.
La táctica de la ensaimada
Es tal el desafuero, tan peregrinos los planteamientos esgrimidos por el dúo Fraile-Mañaricúa, que algunos empresarios nada sospechosos de ambientalistas salieron escandalizados de la reunión que este martes se celebró en la Confederación. No entendían las zafiedades y los disparates que emplearon para tratar de convencer, con calzador, a todos los presentes, a los que solo faltó obsequiar con una ensaimada mallorquina. A duras penas algo lograron acordar: para fortalecer su presión contra el Gobierno de Canarias, a la patronal de Riu no se le ha ocurrido otra cosa que realizar una ronda de reuniones por despachos de políticos que puedan avalarla o, en el caso contrario, hacerles llegar su posición irreductible. Todo ello para conseguir desde ahora hasta el día 15, fecha que el Gobierno se ha marcado como límite, un titular de prensa por día que remarque su oposición a la recuperación del oasis para el uso público. Nadie se ha molestado en esa patronal por encargar, desde agosto hasta la fecha, un proyecto alternativo que pudiera conjugar los intereses empresariales en presencia (que los hay, y no solo de Riu) con el objetivo del Gobierno de defender el interés general. O todo o nada, lo que a todas luces nos va a permitir conocer hasta dónde están dispuestos a llegar con tal de imponer el criterio de la ensaimada. Lo poco que se ha conocido de la alternativa que ha redactado Gesplan no debe haberles gustado. Y no porque no se respeten los aprovechamientos urbanísticos de Riu, que saldría ampliamente beneficiada con esa insultante torre de una docena de pisos que se le va a proponer junto al hotel Residencia, sino porque con esa solución –a todas luces irracional- se perjudicaría a otra empresa potente, la del alemán Theo Gerlach, propietario de la cadena Sea Side. Por eso quieren regresar al punto de partida: el mamotreto de 25 metros de altura por 375 de longitud que contravendría no sólo la tendencia mundial de preservación de los valores naturales, sino el acuerdo gubernamental que ahora tratan de tumbar por la vía de la presión.
La no dimisión de Dionisio Vega
Es verdad lo que dice el jefe superior de Policía en Canarias, Valentín Solano: en el cuerpo no se dimite, por mucho que te lo pida el cuerpo. Lo dijo a La Provincia al día siguiente de que ese periódico publicara que el inspector Dionisio Vega había dimitido como coordinador de seguridad del Estadio de Gran Canaria. Quizás el verbo más correcto hubiera sido “relevado” de ese puesto tras la polémica de junio pasado y sus secuelas tras lo ocurrido en ese recinto deportivo en el último partido de la pasada temporada que acabó con un bochorno colectivo y con la permanencia de la UD Las Palmas en segunda división. Sin embargo, precisiones verbales y policiales aparte, la noticia era cierta: Dionisio Vega había sido relevado en el cargo a petición propia tras sentirse desautorizado por la Delegación del Gobierno cuanto rechazó sus pretensiones de declarar violenta a la peña Ultra Sur y decretar por tanto la prohibición a sus miembros de acudir al estadio. En la Policía se conocía incluso la identidad de su sucesor, un subinspector del cuerpo que asumía la tarea a regañadientes. La decisión de convertir en falsa la noticia no fue por tanto de la realidad, sino una decisión de Solano de no aparentar ante la opinión pública ningún tipo de debilidad ante una contestación mediática importante por la responsabilidad (compartida entre la Policía y la seguridad privada del campo) sin asumir tras aquellos incidentes tan lamentables. Fue el propio Vega el que se lo contó a un periodista que vive cerca de su casa y a algunos compañeros del cuerpo a los que comentó su cansancio por asumir un trabajo impopular que encima le obliga a sacrificar sábados o domingos alternos. Es un relevo cantado por mucho que lo postergue el jefe superior, que no se puede volver a permitir durante lo que le quede aquí de ejercicio de su cargo otro patinazo público más.
Juan Cruz da nombre a un colegio
No abundan los homenajes en vida a personajes notables de la sociedad, y a veces cuando se dan son producto del intercambio de lisonjas entre el que quiere el agasajo y el que tiene en su mano conceder la gracia. No es el caso que se va a vivir este jueves en el Puerto de la Cruz con el prolífico periodista y escritor tinerfeño Juan Cruz Ruiz, que va a ver su nombre rotulado en la fachada del colegio de educación primaria de La Vera. Nacido en esa ciudad norteña hace 66 años, Juan Cruz acumula una amplia trayectoria como periodista y como escritor, con más de una veintena de títulos. Premio Canarias de Literatura en 2000, Premio Nacional de Periodismo Cultural en 2012, fue fundador del diario El País después de pasar por las cabeceras tinerfeñas La Tarde (ya desaparecido) y El Día (a punto de cambiar de propiedad). Juan Cruz, que no se está quieto nunca, aprovechará el honor de prestar su nombre a un colegio para presentar en el mismo acto a sus alumnos (este mismo jueves a las 11.00) su libro infantil El niño de las siete (las seis en Canarias).
Sobre este blog
El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora