El crecimiento de las economías avanzadas podría descender un 0,5% si no se reduce la deuda
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
El Fondo Monetario Internacional afirmó este viernes que, si la deuda pública no regresa a los niveles anteriores a la crisis económica, el crecimiento potencial de las economías avanzadas podría descender un 0,5% al año, “un impacto muy considerable cuando se acumula durante varios años”.
En su informe 'Fiscal Monitor', el FMI apunta que la economía global mejora, y más rápido de lo esperado, mientras que la situación fiscal de las economías avanzadas está, en general, “empeorando”. Así se prevé que el déficit fiscal mundial descienda del 6,7% de 2009 al 6% en 2010, una mejora que es inferior a la prevista por la institución en noviembre del pasado año.
Así, explica que las economías continuarán registrando considerables déficit primarios en el medio plazo, lo que provocará que el nivel de deuda, que ya se ha disparado cerca de un 20% del PIB desde el inicio de la crisis, aumentará 20 puntos porcentuales más hasta 2015, alcanzando el 110% del PIB. En este sentido, destaca que para que el nivel de deuda descienda hasta el 60% del PIB en 2030 en las economías avanzadas, el déficit fiscal debería mejorar en 8,7 puntos porcentuales.
Asimismo, reconoce que dado el enorme esfuerzo fiscal que deben hacer las economías avanzadas, se podrían considerar unos objetivos de deuda menos ambiciosos. Sin embargo, esto podría tener consecuencias importantes en el rendimiento económico, como un menor espacio fiscal para responder a la crisis económica, unos mayores tipos de interés y un menor potencial de crecimiento.
En su opinión, los riesgos fiscales, especialmente en las economías avanzadas, han aumentado debido al mayor deterioro de las tendencias fiscales subyacentes, al aumento de la atención de los mercados financieros sobre las debilidades fiscales y a la lentitud en la definición de estrategias de salida. En este contexto, destaca que no hay que ignorar los riesgos de la pérdida generalizada de la confianza en la solvencia fiscal.
AJUSTE FISCAL
De cara al periodo comprendido entre 2012 y 2015, las proyecciones de ajuste fiscal cíclico presentadas por el FMI contemplan una mejora media de dos puntos porcentuales entre las economías avanzadas al tener en cuenta los planes de consolidación anunciados, aunque la institución advierte de que aún falta detallar en muchos países las medidas que serán aplicadas.
“El deterioro sufrido entre 2007 y 2010 no será revertido completamente. En el conjunto de la economía mundial el déficit se mantendrá en 2015 tres puntos por encima de la media de 2007”, señala el informe, que apunta que entre los países desarrollados el empeoramiento respecto a los niveles anteriores a la crisis será más acusado que en las economías emergentes (3,5 puntos porcentuales, frente a 2,25 puntos).
Por otro lado, el informe del FMI augura que el endeudamiento bruto de las economías avanzadas en relación con el PIB aumentará desde casi el 91% en 2009 hasta el 110% en 2015, lo que supone un incremento de 37 puntos básicos respecto a los niveles previos a la crisis. Por su parte, en las economías emergentes se espera que esta relación entre deuda y PIB inicie un descenso gradual a partir del año que viene.
RETIRADA DE LAS MEDIDAS DE ESTÍMULO
Respecto a los plazos adecuados para la retirada de las medidas de estímulo aprobadas para hacer frente a la crisis, considera que depende de las condiciones macroeconómicas y fiscales. Apunta que los países con una credibilidad fiscal más débil ya se están enfrentando a las presiones del mercados, por lo que deberían iniciar el ajuste de su situación fiscal este año.
Esta misma línea deben seguir aquellos países que tengan una rápida recuperación, mientras que el resto puede esperar hasta 2011 para realizar medidas de ajuste. Sin embargo, incide en que todas las economías deben aplicar ahora medidas estructurales para fortalecer sus tendencias fiscales a medio plazo.
En esta línea, el FMI subraya que pocos países hasta la fecha han logrado “avances significativos” en la retirada de las medidas de estímulo, y aquellos que han anunciado objetivos de reducción del déficit no han detallado las medidas de ajuste. “Muchos de aquellos que han logrado avances se enfrentaban a presiones agudas de financiación, por lo que su retraso era indefendible”, matiza.
Por otra parte, alerta de las dificultades de estos ajustes, ya que la mayor parte de los países se enfrentan a un incremento del gasto en sanidad y pensiones del 4% ó el 5% del PIB en las próximas dos décadas. Así, añade que las medidas necesarias para hacer frente a estas presiones sobre el gasto deben tomarse teniendo los objetivos fiscales marcados.
En este sentido, incide en que las reformas sociales deberían empezar de forma inmediata en los países con riesgos de envejecimiento, ya que pasan años hasta que puedan “dar sus frutos”. Además, resalta que algunas potenciales reformas, como un retraso de la edad de jubilación, podrían tener una efecto positivo en la demanda en el corto plazo, dado que los ciudadanos reducirían sus ahorros ante un periodo de jubilación más corto.
ELEVADAS NECESIDADES DE FINANCIACIÓN
Por otro lado, resalta que muchos países deben hacer frente actualmente a altos niveles de necesidades de financiación, lo que les convierte además en especialmente susceptibles a las presiones de los mercados. En concreto, las necesidades brutas de financiación de muchas economías avanzadas superarán el 20% del PIB en 2010, incluida España, cuya su necesidad de financiación alcanzará el 20,7% del PIB.
En este sentido, señala que los últimos acontecimientos en Europa, donde los diferenciales de los bonos de deuda pública se han disparado en los últimos meses, son la prueba más clara del aumento de la atención de los mercados a las diferencias en las condiciones fiscales entre los países, que en el caso de la zona euro han alcanzado niveles “inimaginables en un pasado reciente”.
Así, el Fondo Monetario Internacional alerta de que, en este entorno, los costes de los errores políticos o la percepción de una falta de preparación serían “muy elevados”. “La atención de los legisladores debería ahora dirigirse a asegurarse de que las dudas sobre la solvencia fiscal no se conviertan en la causa de una nueva pérdida de confianza. Los recientes acontecimiento en Europa indican claramente que este riesgo no debe ser ignorado”, añade.