Taliarte ya tiene su dique rompeolas
Román Rodríguez, vicepresidente y consejero de Desarrollo Económico, Obras Públicas e Infraestructuras y Transportes del Cabildo de Gran Canaria y Francisco Santiago, alcalde del municipio de Telde, asistieron este domingo a la llegada y colocación del dique rompeolas flotante del Puerto de Taliarte que abrigará al recinto del oleaje de viento de componente Sur-Sureste. Con estos trabajos se continúa la labor que el Cabildo de Gran Canaria viene realizando para dotar a Taliarte de las condiciones apropiadas para ser un referente en el estudio, investigación y desarrollo de las ciencias marinas y marítimas.
En este sentido el vicepresidente insular indicó que el resultado de las obras, que suponen una inversión cercana a los dos millones de euros, contribuye a la diversificación económica y la competitividad de la isla. “En Taliarte se concitan instituciones estratégicas” como el Instituto Canario de Ciencias del Mar, el parque tecnológico de Ciencias Marinas, el Instituto de Algología, la Plataforma Oceánica y la propia Universidad, que constituyen un núcleo de investigación desarrollo e innovación que colocan a Canarias y a Taliarte como referente internacional.
Con el apoyo del Ayuntamiento de Telde y del Cabildo de Gran Canaria, cuyo compromiso ha consistido en mejorar las condiciones del puerto para adaptarlo al desarrollo de las actividades científicas sin descuidar la pesca artesanal, la acuicultura y las actividades deportivas que también se realizan en Taliarte.
Se han mejorado los accesos y viales, la urbanización, la protección de las escolleras, y pantalanes. También se ha incorporado este dique flotante para mejorar la protección del puerto en lo que se busca la financiación y se solventan las dificultades técnicas para ampliar el dique fijo actual que será una solución definitiva a los temporales de mar.
El módulo rompeolas colocado este domingo en el puerto de Taliarte procede de Finlandia. Está compuesto por tres bloques de rellenos de poliestireno expandido de densidad de 15 kilogramos metro cúbico. Cada bloque tiene una longitud de 20 metros de largo por cuatro de ancho y dos de alto desde la línea de superficie.
Los bloques van cogidos entre sí y anclados al fondo marino a través de cadenas cruzadas enganchadas a muertos de hormigón de 14 toneladas. Han sido remolcadas desde un barco grúa situado a una milla del recinto portuario y el coste de las tres piezas es de 218.000 euros.