Una velada diferente
El viernes nueve de agosto a las ocho y media de la tarde hubo un encuentro literario en Casa Tey. Andrea Bernal, poeta, articulista y filósofa, autora de varios libros de poesía, Los pájaros, Adiós a la noche, Todo lo contrario a la belleza, y Nominalismos, presentaba su último libro, Ondina. En el acto estuvo acompañada por Elsa López con la que estableció un diálogo partiendo de los poemas del libro. En ese diálogo la presentadora intentó desvelar algunos de los misterios que se ocultaban detrás de los poemas de Andrea. En la primera pregunta hizo referencia a un verso: “Escribo/ contra toda forma/ de coacción”, un verso que era una manera de saltar por encima de las pérdidas, el dolor o la angustia que a veces parece invadir a la escritora. Ella misma lo confesaba en un momento de la velada: “Escribo para salvarme”. Se habló de cómo en algunos de los poemas la autora dejaba traslucir mucho de lo que lleva dentro: la niña que fue y que aún sigue siendo, la niña del Sombrero de Paja, la niña de Acero, la niña que se entretiene con pájaros y flores y se pregunta en un momento determinado del libro qué ocurriría si la luna tuviera una puerta, la gran pregunta que esconde la necesidad de que esa puerta se abra y salga fuera la misma ondina que navega por debajo del agua; la que teme ser alcanzada por un anzuelo como un pez, la boca abierta debatiéndose fuera del agua; la que se salva gracias a la poesía y puede seguir navegando. La velada terminó con un concierto de temas de García Lorca interpretados al piano por Inmaculada Marrero y al violín por Gonzalo Cabrera. Casa Tey fue una fiesta literaria y Ondina no pudo tener un mejor final que ese.
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