El cebollín estrellado herreño (Androcymbium hierrense)
Su temprana floración
antes de la primavera
motivó que tarde fuera
conocer su ubicación.
Apartada en un rincón
de la Isla legendaria,
en tierra comunitaria
de sabinas y pastores
se descubrieron las flores
de esta rareza canaria.
Jócamo, 18.II.202
NOTA: Esta rareza botánica fue descubierta por el botánico palmero A. Santos en El Hierro, la legendaria Isla del Meridiano, a finales del siglo pasado. Vive sobre terrenos pedregoso-arenosos de La Dehesa comunitaria, camuflada entre matorrales xerófilos, salpicados de vetustas sabinas, testimonio de sabinares pretéritos más extensos.
Durante buena parte del año, las plantas permanecen ocultas bajo el nivel del suelo (geófitos), encriptadas en un pequeño bulbo o “cebolla”, que dificulta su hallazgo y que sin duda condicionó su tardío descubrimiento.
En su óptimo vital, durante la estación invernal, las plantas afloran por encima del nivel del suelo, sobre el que extienden sus hojas acintadas, puntiagudas, dibujando una estrella, en el centro de la cual se abren apiñadas las flores blanquecinas.
Posteriormente, la especie se descubrió en La Palma; y más tarde en La Gomera, donde es muy rara y los individuos muestran ciertas diferencias insulares, razón por la que fue descrita como subespecie macrospermum atendiendo al mayor tamaño que ofrecen las semillas.
En los arenales de las islas orientales de Lanzarote y Fuerteventura vive otra especie diferente: A. psamophyllum, descrita a mediados del siglo pasado por el botánico sueco E. Sventenius, fundador y director del Jardín Botánico “Viera y Clavijo” de Tafira (Gran Canaria).
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