El Botánico de Madrid inaugura un jardín zen con cenizas del volcán de La Palma
Un jardín zen fabricado con cenizas del último volcán surgido en Cumbre Vieja rendirá homenaje a partir de este sábado, en el Real Jardín Botánico de Madrid, a los afectos por la erupción que tuvo lugar el pasado año en la isla de La Palma.
La instalación, obra del el arquitecto y paisajista japonés Hiroya Tanaka, consiste en una base negra constituida por ceniza volcánica sobre la que se erigen ocho rocas de las canteras segovianas de Naturpiedra en representación de las islas del Archipiélago.
Como ha recordado Tanaka en rueda de prensa, la elaboración de este “jardín zen negro”, para el que fue necesario el transporte de más de setenta toneladas de ceniza desde la Isla, rompe con los cánones japoneses propios de estos espacios, tradicionalmente “de color blanco, elaborados con piedra de granito y césped”.
Sí tiene una reminiscencia al jardín japonés del templo Ryoanji de Kioto, uno de los jardines secos más conocidos de Japón.
El jardín seco de Tanaka, que podrá ser visitado hasta finales de año, estará complementado por el estreno de la exposición 'La risa de las flores' acogida en el pabellón que el consorcio Casa Asia posee en el propio jardín botánico.
En ella, la obra de ocho artistas españoles y siete asiáticos aportará distintas miradas acerca del simbolismo de las flores en la cultura asiática y su importancia en la iconografía del arte asiático tradicional.
Acuarelas, fotografías, videos y otras formas de arte digital se darán la mano en esta exposición que, como indica su comisaria Menene Gras Balaguer, ha tomado como punto de partida los versos del poeta japonés y pionero del haiku Matsuo Bashô 'La risa de las flores', 'la flor se alimenta de la hoja caída' y 'pronto yo seré esa hoja caída'.
De entre todas las obras expuestas, 'La risa de las flores' contará con un biombo decorado con motivos de plantas con rostro extraído del museo Lázaro Galdiano o con la obra digital 'Ruined Mona Lisa', del artista coreano Lee Lee Nam, en la que La Gioconda recibe bombardeos aéreos de los que emergen flores.
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