Las ganaderías de cabra palmera resistieron el embate del volcán
Un año y medio después de la erupción que supuso un antes y después en la isla de La Palma, la Asociación de Criadores de Cabras de raza Palmera hace memoria y comparte cómo vivieron y siguieron trabajando durante el suceso.
El 19 de septiembre de 2021 es una fecha que muchos de los habitantes de la isla de La Palma llevarán siempre consigo. Fue el día que se produjo la última erupción volcánica en Cumbre
Vieja. Tras 85 días de actividad, el volcán dejó millones de toneladas de material incandescente, y a su paso, provocó graves daños en la isla. Beatriz Hernández Sicilia, técnica de campo de la Asociación de Criadores de Cabras de Raza Palmera, recuerda la incertidumbre y la preocupación de ese día. Por la mañana, desde la Asociación, se había puesto en contacto con El Cabildo para
ver cómo actuar en las zonas que se verían afectadas, y mientras muchos de los palmeros estaban pendientes de la erupción a través de la televisión, se desalojaron ganaderías de Cabras Palmeras que se encontraban en riesgo.
Fueron días muy complicados y dolorosos para la Asociación y sus socios: varios de los ganaderos tuvieron que ser desplazados. Una de las ganaderías de la Asociación, perdió la mitad de su
rebaño por las coladas, y la otra mitad se vio afectada con lesiones por quemaduras. El resto de ganaderías pudieron ser completamente evacuadas y se pudieron instalar en otros lugares de la isla. En estos lugares, donde se encontraban los animales desplazados, se podía acceder, por lo que el trabajo del día a día y las tareas de la Asociación pudieron realizarse de forma rutinaria. Se intentó trabajar en la normalidad que había antes del volcán, y se prosiguieron actividades clave en la conservación de esta raza amenazada como el Programa de Mejora, el Control Lechero, la Calificación Morfológica y la inscripción de nuevos ejemplares en el Libro Genealógico. Todas estas actividades se realizaron de forma normal en las granjas reubicadas. Eva Muñoz Mejías, secretaria de la Asociación, tras analizar los datos de antes, durante y después de la erupción, pudo comprobar que esta circunstancia provocó una pérdida de producción en las ganaderías que se encontraban en la zona de acción del volcán. Para la Asociación, a pesar de que nunca se detuvo el trabajo, esta nueva situación supuso mayores dificultades y horas de trabajo para poder
afrontar todas las labores y actividades para poder sacar el trabajo adelante sin ninguna merma.
Una de las tareas clave que desempeñó la Asociación fue habilitar una cuenta bancaria y poner en marcha una campaña de difusión para recaudar donaciones para todos los afectados. Colaborando con El Cabildo, el dinero recaudado no solo se destinó para los ganaderos de la Asociación de Criadores de Cabras de raza Palmera, sino para todos los afectados de la isla. Con esta actividad, al principio, se quería comprar alimentos para los rebaños, pero la alimentación fue garantizada por El Cabildo en todo momento, por lo que el dinero recaudado fue para comprar material y productos que necesitaban los ganaderos para seguir con su actividad. Cuando pasaron los momentos más críticos de la erupción, se destinó el dinero a la compra de materiales de construcción para mejora de las instalaciones ganaderas, y para la reconstrucción de lugares que se vieron afectados por el volcán. Se recaudó un total de 24.890 euros, de los cuales 5.000 euros fueron aportados por Fundación La Caixa, el resto vinieron de donaciones de particulares y empresas. Esta cantidad se destinó a la compra de los siguientes materiales: comederos y bebederos; detergentes, desinfectantes e insecticidas; material para la reconstrucción de corrales; utensilios para la puesta a punto de salas de ordeño y vales de gasolina.
Se recibió muchísimo apoyo para difundir esta campaña y apoyar al sector de la isla. Se llevaron a cabo actividades, como la Subasta solidaria que realizaron desde la Asociación de Criadores de Cabra Bermeya (Acriber) para recaudar fondos para los ganaderos afectados por el volcán de Cumbrevieja. En esta campaña era importante el ingreso de dinero en efectivo, ya que el envío y recogida de materiales o alimentos como pienso o paja se convertía en un problema: no había espacio ni infraestructura suficiente para almacenar y gestionar esas donaciones. Todo el material necesario se compró a distribuidores de la isla de La Palma, ya que ellos también se vieron afectados por el volcán. En ese momento también era vital contribuir a reactivar la economía de la isla.
Otro aspecto a destacar desde la Asociación, y que fue algo nuevo, fue la demanda de información por parte de medios de información, a la que se tuvo que dedicar tiempo y recursos, ya que se priorizó el respeto a los ganaderos y que el trato de las noticias fuera con delicadeza, dada la situación tan grave que se estaba atravesando. Se filtró y cuidó mucho las intervenciones con los diferentes medios, televisión, prensa, medios digitales, entre otros.
Un año y medio después del suceso, las ganaderías de la Asociación que se vieron afectadas se encuentran hoy reubicadas. Aquellas que formaban parte de zonas de exclusión y
de coladas, han podido regresar y retomar su día a día normal. A nivel del trabajo de campo, el cambio más significativo ha sido el de los desplazamientos, ya que hay carreteras que hoy no existen o se encuentran cortadas, por lo que los trayectos son más largos. Desde la Asociación estamos muy orgullosos de ver la fuerza de nuestros ganaderos y ganaderas, trabajando
cada día y cuidando a sus animales, haciendo lo posible para seguir adelante.
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