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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El volcán alimenta con intensidad las coladas provocando nuevos destrozos en 'islotes' que se habían salvado

Cenizas en una calle de Puerto Naos, La Palma

La Palma Ahora

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La emisión de lavas que se produjo hace dos días en el volcán de La Palma ha reordenado el continente del cono principal y ha alimentado a las coladas en las últimas horas, sobre todo, a la número 1 y 7, en las que se ha rellenado “islotes” y zonas que todavía no se habían visto afectados por el volcán. El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha incidido bastante este jueves en la lengua número 3, que ha estado moviéndose y ha llegado a alcanzar una velocidad de 20 metros por hora. Esta colada, explicó el técnico, es pequeña y se arrastra por las inmediaciones de la 10 y la 1 en dirección hacia Puerto Naos, aunque ahora ha bajado su velocidad y todavía se mantiene “a bastante distancia”.

El pequeño tamaño de la colada 3 no ha impedido que engulla numerosas edificaciones a su paso. Morcuende ha asegurado que es posible que no alcance mucha más superficie, precisamente, por todo lo que se ha comido a su paso, lo que hace que la masa de lava se vuelva más viscosa y se ralentice.

Por el momento, se encuentra a unos 20 metros del Camino de Aniceto y el experto volvió a recalcar que “puede haber una afección en la carretera que utilizamos para bajar a Puerto Naos”, por lo que “está tocando una zona que estaba muy poblada”, lamentó.

En cuanto al resto de lenguas lávicas que salen del volcán de Cumbre Vieja, el técnico también ha resaltado que la 1 es por donde circula “el grueso de la energía” y la 7, que también está recibiendo bastante aporte en las últimas horas, se encuentra ya a unos 86 metros de la costa. Respecto a la colada número ocho, el director técnico del Pevolca ha indicado que aunque se encuentra parada desde hace días en La Laguna, es imposible que los vecinos evacuados puedan volver a sus casas ya que “pende de un hilo”.Tanto Morcuende como la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, han explicado que este jueves la tasa de emisión de dióxido de azufre (SO2) sigue siendo elevada en el penacho. Durante las próximas horas, además, habrá una variación en los vientos alisios, ya que se está debilitando. “Esto es un problema” porque permite la entrada de aire sahariano, por lo que “volveremos a tener algo más de concentración de partículas en suspensión”. Por otro lado, que la base de la inversión esté más baja también complica la dispersión de los gases.

Pese a este panorama, los expertos han asegurado que la operatividad del aeropuerto de La Palma no está comprometida en las próximas 24 horas.

En cuanto al nivel de SO2 a nivel de calle, en la “troposfera baja”, ha habido una superación del umbral en Puntagorda, “sin una explicación clara”, ha reconocido Morcuende, y por este motivo es por el que ya está elaborado un aviso para la población por si “en cualquier momento volvemos a superar los umbrales”. También ha habido una superación de estos niveles en Los Llanos de Aridane, aunque el técnico apunta que probablemente se deba al “tráfico rodado” y a la limpieza que se está realizando de la ceniza en la zona, por lo que “entendemos que es puntual”, aseguró.

La sismicidad, según el informe diario del Pevolca, se mantiene en los mismos parámetros que en días anteriores, con temblores en profundidades medias (de 10 a 15 kilómetros) y altas (más de 20) y magnitudes en torno a 3,5, con la mayor de 4,8 en capas profundas, e intensidades de hasta cuatro.

Hectáreas arrasadas

El director del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, detalló que la superficie cubierta por la lava es de 905,46 hectáreas, 20,48 hectáreas más en 24 horas, y, según datos del catastro hay 1.293 edificaciones destruidas, dos más, de las cuales 1.039 son de uso residencial, 136 de uso agrícola, 64 de uso industrial, 29 de ocio y hostelería, 11 de uso público y 14 de otros usos.

El sistema de satélites europeo Copernicus aumenta la cifra de edificaciones destruidas a 2.183, mientras que otras 113 están en riesgo, hasta un total de 2.296 construcciones afectadas.

De los más de 7.000 evacuados por el avance de la lava, hay 458 albergados en hoteles, cuatro más que la víspera, y 44 personas dependientes han sido alojadas en centros sociosanitarios.

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