Sobrevivir a los exámenes es fácil si sabes cómo
Creo que la única diferencia entre alguien perezoso para estudiar y alguien que no lo es, es que el que no lo es, tiene la suerte de visualizar claramente su objetivo e ir a por él. No hay nadie “bueno para los estudios” y alguien “malo” porque somos todos Homo Sapiens dotados con la misma capacidad craneana para llevar a cabo nuestros objetivos intelectuales cuando realmente lo deseamos. ¿Recuerdan aquellas horribles frases populares del tipo “el que vale, vale y el que no, pues que no estudie”?. Por suerte, ya están más que denostadas porque se ha demostrado que todos podemos conseguir nuestros objetivos académicos con organización, esfuerzo y la técnica de estudio que más se adapte a cada uno de nosotros.
Les escribe una persona que siempre fue muy mala estudiante y que aprendió a estudiar a fuerza de suspensos al llegar a la Universidad, y es que en la Universidad, ya no basta ni con leerse el temario varias veces ni con lo que se escucha a los profesores en las clases. En la universidad el estudiante debe ampliar por su cuenta lo aprendido y comprendido en clase utilizando las fuentes y herramientas adecuadas. Hay que contar ya con un hábito de estudio y un método efectivo para huir de la temida convocatoria de julio o de diciembre. En este artículo encontrarás algunos consejos de estudio que intentaré adaptar a cualquier tipo de examen: Bachillerato, Secundaria y la Universidad e incluso para oposiciones.
La importancia del hábito
Dijo Elbert Hubbard: “Cultiva solo aquellos hábitos que quisieras que dominaran tu vida”. Esos son los hábitos importantes, los que nos hacen felices, los que necesitamos para que nuestro cerebro no se comporte como un mono loco. El resto son fácilmente prescindibles y caerán por su propio peso.
A priori es difícil que diferenciemos qué hábitos son los que nos hacen felices a largo plazo ya que a nadie les apetece cumplirlos inmediatamente y es en este punto donde me gustaría recordar las reflexiones de Fernando Savater en su obra Ética para Amador cuando quiere diferenciar entre lo que nos apetece y lo que realmente queremos, dice el filósofo:
“Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía entre lo que de pronto me apetece y lo que en el fondo, a la larga, quiero”.
Con este ejemplo lo que les quiero decir es: ¿quién quiere estudiar en julio o en verano o en vacaciones de Navidad? A todos nos gusta aprender y pasar de curso, pero ¿quién quiere tener que ir a la biblioteca todos los días con 30 grados en la playa? ¿Quién quiere padecer nervios, contracturas musculares y ansiedad por los exámenes? Yo creo que absolutamente nadie lo quiere. Lo que quiere la gente es la recompensa a ese camino y ya que hay que pasarlo porque realmente queremos esa recompensa, vamos a pasarlo lo mejor posible. Se es libre de elegir no estudiar pero si llegamos a la conclusión de que queremos el objetivo que pasa por estudiar ya no hay más preguntas.
¿Dónde estudiar?
Ya que sabemos el por qué, ahora busquemos el dónde. En el ámbito del rendimiento intelectual, los factores ambientales inciden directamente sobre el rendimiento psicofísico porque influye sobre la concentración y la relajación del estudiante.
Uno puede estudiar donde quiera y como quiera pero es muy probable que si lo hace en la discoteca, en la guagua o en un centro comercial le cueste más trabajo y tiempo aprender los contenidos. Si estamos de acuerdo en esto debemos elegir el lugar que más nos permita que la tarea del estudio y el tiempo que vamos a quitarle a otras cosas de nuestra vida merezcan mucho la pena.
Hay quien prefiere estudiar en su cuarto porque les ofrece intimidad y tiene los objetos personales a su alcance otros opinan que en casa tienden más a distraerse porque hay muchas apetencias y distracciones y sin embargo en la biblioteca al ver a otras personas estudiando, se motivan a hacerlo.
El silencio
Elijas lo que elijas, elige el silencio, los ruidos son distractores externos que dificultan la concentración al desviar la atención. Hay a quienes les gusta estudiar con música porque así se han acostumbrado pero lo mejor es que si eliges estudiar con música sea música suave e instrumental, no vocal ni cañera que te distraiga o te evoque momentos de marcha, discoteca o fiesta.
La luz
Aunque no te hayas dado cuenta, la fatiga visual existe y condiciona tu sesión de estudio más de lo que crees. La luz más aconsejable para el estudio es la natural pero si no puedes disponer de ella en casa o en la biblioteca y tienes que utilizar la luz artificial debes tener en cuenta los siguientes factores:
- La luz debe estar distribuida de forma homogénea.
- Han de evitarse tanto los resplandores como los contrastes de luz y sombra.
- Lo ideal es combinar la luz general de la habitación con la iluminación local de una lámpara de mesa de unos 60 W como mínimo.
- Un clásico: para evitar la formación de sombras, en los diestros la luz debe entrar por la izquierda, y en los zurdos, por la derecha.
La temperatura
Llevo un rato pensando en qué es más desagradable, si estudiar teniendo frío o teniendo mucho calor. Estamos de acuerdo en que el frío es desagradable e impide la concentración pero estudiar con calor es una auténtica pesadilla. Para evitar ambas situaciones, vamos a procurar que la temperatura ambiental oscile entre los 18 y 22 grados centígrados. Si no podemos influir sobre estos factores: renovar el aire, activar la calefacción o el aire acondicionado, es necesario dar paseos al aire libre cada cierto tiempo, sin que sean lo suficientemente largos en el tiempo para distraernos del estudio.
El ordenador, el Smartphone y las redes sociales
Me parecería insultar la inteligencia de todos ustedes (y de paso la mía) si les tengo que explicar en pleno 2015 cuando nos distrae internet y cuando nos puede ayudar a estudiar, por eso y para ir al grano, les diré que si la científica Marie Curie pudo aislar el radio a lo largo de su vida y hacer ese gran descubrimiento, no fue porque la idea la pillara en el grupo de Whatsapp de la empresa o jugando al Candy Crush, seguramente y como decía Camilo José Cela “la idea la pilló trabajando”.
Planificación
Después de hablar de los factores idóneos para estudiar y de la motivación, hablaremos de la planificación. Esto es clave. Aunque seas una persona que lee mucha bibliografía sobre el tema o que practica muchas fórmulas matemáticas puedes fracasar llegado el momento del examen si no has programado las sesiones de estudio. Si eres un desastre organizativo como yo, con más razón debes obligarte a hacer un planning de estudio por escrito donde expreses de forma realista cuánto tiempo vas a dedicar a cada asignatura según el tiempo que tengas, (en serio, aunque te queden dos días, planifica…) Debe ser una planificación flexible pero no vale no tomársela en serio.
El método
Todos tenemos un método y algunos son rocambolescos. Hubo una época en que me grababa en el móvil recitando el temario o los resúmenes y lo escuchaba en el coche o por la calle. Cada disciplina o rama de conocimiento requiere unos u otros pero es completamente personal. A mí en la carrera de Historia me ayudan los esquemas. Hay quien solo con subrayar ya lo tiene claro y solo tiene que releer lo subrayado. Hay quienes hacen resúmenes propios completados con la bibliografía y los apuntes que ha tomado en clase… Lo bueno es ir probando hasta dar con el que funciona mejor.
Relajación
No conozco a nadie que me haya dicho que el exceso de ansiedad le ayudó a recordar mejor para el examen la lista de los Reyes Godos. Si sé por experiencia que un poquito de ansiedad, entendida como estar alerta y despierta, es necesaria para la época de exámenes, pero en exceso no sirve para absolutamente nada. Por ello, tenla controlada con técnicas de relajación, ejercicio físico, paseos cada cierto tiempo, pequeños periodos de descanso… El cuerpo es una máquina sofisticada y como toda máquina avisa de cuando algo no va bien. Por ello no sirve de mucho que no duermas nada preparando un examen si el precio de esos desvelos lo pagarás con cansancio para los siguientes: esto es una carrera de fondo, no de velocidad. Así que duerme lo necesario para estar descansado, no abuses de las siestas largas y aliméntate bien para que la noche antes del examen no te encuentres mal y tengas que ir al médico o la farmacia. (Podemos ponernos estrictos y hablar de que las proteínas, los hidratos y una dieta equilibrada son necesarios para el funcionamiento del cerebro pero probablemente así me harán más caso).
Por último, mi lista de los 10 consejos para antes durante y después del examen:
- Descansa ese día y la noche anterior, a veces se llega al aprobado por lo leído dos horas antes pero no te la juegues.
- No vayas muy temprano a la clase donde se realiza el examen, escucharás a todos tus compañeros histéricos hablando de lo que se saben y no te sonará nada de lo que están hablando (aunque tú luego apruebes).
- No pienses que tras haber estudiado mal, en el momento del examen te vendrá la adrenalina y sabrás expresarte o tu pulsera de la suerte te ayudará a que caiga lo que dominas, porque lo que suele pasar es que irás muy distraído e inseguro por no habértelo preparado.
- No pagues una carrera a precio ministro Wert para luego hacer chuletas en el examen. Es como mentirle a tu jefe con los plazos de entrega para irte a jugar al bingo.
- No te quedes después del examen comentando con tus compañeros los mejores momentos: de ahí no sacarás como conclusión tu aprobado o suspenso, ellos pueden haberse equivocado tanto o más que tú.
- No le eches la culpa al profesor de tu mala o buena nota si no acudes a quejarte a la revisión o a su tutoría, no sirve de nada sino para autocomplacerte.
- Si suspendes no vayas a la recuperación con el mismo método con el que suspendiste la primera vez: tampoco hoy se te aparecerá la Virgen.
- Ten amor propio y trata de mejorar tus resultados en cada ocasión. A veces la diferencia entre un bien y un sobresaliente está en dos días más de estudio.
- Aunque suene friki, búscale el lado romántico al estudio. (Las carreras de letras lo tienen, las de ciencias lo tienen más oculto).
- No te drogues. Las anfetaminas para estudiantes se prohibieron en 1989, prueba alternativas naturales o complejos vitamínicos o remedios de Herbolario pero no vayas de Breaking Bad en plena y decisiva época de exámenes.
Para saber más…
No he encontrado ningún libro expresamente dedicado a técnicas de estudio que no me parezca casposo, anticuado y algo prusiano. De salvar uno salvaría Técnicas de estudio para Secundaria y Universidad de Miguel Salas Parrillas porque incluye técnicas de relajación mental y coquetea con el método mindfulness. Yo opto más buscar factores de motivación que me inspiren a luchar por mis objetivos y a valorar el esfuerzo. Biografías como la de Madame Curie o Stephen Hawking son toda una fuente de inspiración. Pero estos estímulos pueden venir de una película, de un vídeo de youtube o incluso de una simple canción. De un recuerdo, de un desafío personal o hasta de una promesa. Busca tu motivo. A lo mejor está muy cerca de ti y tú creyendo que no existe.
Todos estos trucos que hemos mencionado son importantes si tu método no te da resultados o si vas a por nota, pero no son imprescindibles, y para explicar que se puede dar el cien por cien intelectual en cualquier situación les dejamos con esta fantástica redacción del redactor Charles Bukowsky titulado Aire, luz tiempo y espacio.
“Sabes, yo tenía una familia, un trabajo, algo
siempre estaba en el medio
pero ahora vendí mi casa,
encontré este lugar, un estudio amplio,
deberías ver el espacio y la luz.
Por primera vez en mi vida voy a tener el lugar
y el tiempo para
crear“
No, nene, si vas a crear
vas a crear trabajando
16 horas por día en una mina de carbón
O vas a crear en una habitacioncita con tres críos
mientras estás sin empleo.
Vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de
tu cuerpo, vas a crear ciego, mutilado, loco,
vas a crear con un gato trepando por tu
espalda mientras
la ciudad entera tiembla en terremotos,
bombardeos, inundaciones y fuego.
Nene, aire, luz, tiempo y espacio
no tienen nada que ver con esto
y no crean nada
excepto quizás una vida más larga para encontrar
nuevas excusas“.
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