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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

La alternativa mejor valorada del plan de movilidad de Tenerife prioriza los carriles bus y relega los trenes a un segundo plano

Decenas de vehículos circulan por la autopista TF-5, en Tenerife

Toni Ferrera

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El Plan Insular de Movilidad Sostenible de Tenerife (PIMSIT) arroja tantos datos que es imposible recoger en una sola pieza periodística todos ellos. Elaborado por la empresa Tema Ingeniería a petición del Cabildo insular, se encuentra en estos momentos en exposición pública, a expensas de las alegaciones a presentar por instituciones y colectivos. El documento incluye una valoración de hasta 17 alternativas que plantean infraestructuras de transporte a estudiar por las administraciones en las próximas décadas “con una óptica de sostenibilidad”. Y calcula que la más idónea es la que prioriza la implantación de tres carriles Bus-VAO, aparcamientos disuasorios, ampliaciones del tranvía y relega en un segundo plano la construcción de trenes.

Los autores del plan reconocen que la isla de Tenerife “se ha quedado claramente rezagada en la aplicación de políticas decididas a favor de un cambio en el reparto modal hacia modos públicos y no motorizados”. Y que la situación actual muestra porcentajes “realmente bajos” respecto al uso del transporte público “a pesar de la amplia cobertura que presenta en la isla”. El texto detalla que este “desequilibrado reparto” cuenta con varias causas, pero las principales son la dispersión poblacional, accesibilidad del sistema viario y facilidad del vehículo privado en la red interurbana. Tenerife (al igual que Canarias, en general) fue ordenada para que los coches alcanzaran prácticamente cualquier punto del territorio. Y eso hace muy compleja la movilidad sostenible que pretende instaurarse ahora.

El texto destaca entonces que es “urgente” actuar sobre la implantación territorial de la población, el empleo y los equipamientos para minimizar las afecciones asociadas al transporte, en especial por la intención que tiene el Archipiélago de descarbonizar su territorio en el año 2040 y cumplir con los objetivos de la Agenda 2030. A raíz de estos escenarios, los expertos han configurado diferentes propuestas o alternativas, construidas a partir de las actuaciones similares en el ámbito de las infraestructuras, servicios, políticas de movilidad general y gobernanza. Todas esas iniciativas están o estuvieron sobre la mesa de las administraciones en estos momentos. El plan pide que sean acompañadas de “políticas de movilidad” como la implantación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), fomento del teletrabajo e incluso medidas fiscales que graven el uso del vehículo privado.

La evaluación de las alternativas ha sido realizada siguiendo un análisis multicriterio, que compara y selecciona la más adecuada desde todos los puntos (económico, social, funcional y ambiental). Las propuestas fueron examinadas considerando, entre otras cosas, los correspondientes costes de construcción y explotación, la demanda obtenida en las simulaciones, los ahorros de tiempo que representan y los impactos medioambientales, como la ocupación de suelo o emisiones. Cada una de ellas recoge actuaciones diferentes, pero manteniendo cierta homogeneidad. Algunas incluyen la edificación de dos o cuatro trenes, otras de uno solo; también las hay que proyectan nuevos tranvías en la isla o incluso un funicular. 

Pues bien, después de analizar las 17 opciones, la más valorada por los firmantes del PIMSIT es la número ocho. Esta engloba la optimización y ejecución de los proyectos de carreteras en redacción, el anillo insular, el soterramiento de la TF-1 en Adeje, un proyecto de enlace entre Las Chafiras y Oroteanda, la variante de la TF-5 en La Laguna, una circunvalación que rodee por el oeste el Área Metropolitana, tres carriles Bus-VAO, dos desde Santa Cruz de Tenerife hacia Los Realejos y Güímar, respectivamente, y uno desde San Isidro hasta Los Cristianos, dos ampliaciones de la red del tranvía, tanto en la L1 como en la L2, y, por último, aparcamientos disuasorios en la TF-1, TF-5 y también fuera de corredores insulares.

Esa alternativa costaría 1.492 millones de euros, de las más baratas de todas; aumentaría de media en 2,55 kilómetros por hora la velocidad en la que se desplazan los vehículos privados en la isla, ya que los atascos se verían reducidos, el 75,9% de la población contaría con un sistema de transporte público a menos de 300 metros y con frecuencia de cada 30 minutos, la afección a espacios naturales protegidos sería prácticamente nula y también quedarían al margen los Bienes de Interés Cultural (BIC).

Después de la propuesta ocho, siguen la tres-B, dos-C, seis y tres-C. Ninguna de las cinco primeras contempla la proyección de los trenes de Tenerife.

Para los autores del PIMSIT, el tren del Sur de la isla (desde Santa Cruz hasta Adeje) no es de “prioridad alta” y solo debe considerarse “una vez se ejecuten la totalidad de los proyectos viarios previstos en los que el transporte tenga una componente significativa en términos de carriles Bus-VAO en los principales corredores de Tenerife, TF-1 y TF-5”. En lo que respecta al tren del Norte, la conclusión es más escueta, pues aún “se mantiene pospuesta la aprobación definitiva” de la obra. El tren subterráneo entre Güímar y La Orotava es “más que discutible” y el del Oeste para cerrar el anillo ferroviario ni siquiera tiene presupuesto. 

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