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Manuel del Castillo: “Solo podremos diversificar nuestra economía si avanzamos en la calidad de la formación”

Manuel del Castillo, director general de Cajasiete, en la sede central de la entidad (Santa Cruz)

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

Manuel del Castillo es, desde hace pocos años (no muchos), el director general de Cajasiete. En este puesto ejecutivo ha reemplazado a Fernando Berge, ahora presidente de la única entidad financiera bajo control canario, una organización que cuenta con 96 oficinas en todo el archipiélago y que tiene casi 370 trabajadores en plantilla.

Del Castillo, que como profesional de la banca se puede decir que ha crecido en la aún conocida como Caja Rural de Tenerife, aborda en esta entrevista los aciertos de esta cooperativa de crédito durante la crisis económica que se inició en 2008, expone la filosofía y los proyectos de la que hoy sigue siendo su entidad y habla de numerosos asuntos relacionados con la economía regional y de las posibilidades de desarrollo sólido en esta tierra. En materia de diversificación económica, lo tiene bien claro: no habrá mejoras en este campo mientras no “avancemos en la calidad de la formación” que damos a nuestros jóvenes. Advierte con claridad que esta luz es roja y sigue encendida.

En primer lugar, me gustaría preguntarle por cómo lleva su tarea de primer ejecutivo en la entidad Cajasiete. ¿Qué le ha supuesto el ascenso, tanto en lo profesional como en lo personal?

Cajasiete es una cooperativa y, como tal, la idea de las personas y de su aportación al conjunto, a la comunidad, con el trabajo en equipo es una parte importante de su cultura corporativa. Hace 21 años que me incorporé al proyecto de Cajasiete y, desde hace tres, soy el director general de la entidad, lo cual es para mí una gran responsabilidad. Intento día tras día dar lo mejor de mí mismo para ser merecedor de dicho cargo, pero tengo muy presente que sin la aportación de todos mis compañeros en Cajasiete esto no lo conseguiré. El trabajo importante es el de mis compañeros en el comité de dirección, el de mis compañeros directores de oficinas, el de mis compañeros gestores... Todo ellos, día tras día, son lo que satisfacen las necesidades de nuestros clientes: ellos son las auténticas figuras de este equipo.

La cooperativa de crédito Caja Rural de Tenerife, que hace ya tiempo opera bajo la marca global Cajasiete, es una entidad solvente, sólida y consolidado, y solo repito los apelativos que ustedes suelen utilizar para definirla. ¿En qué criterios técnicos, objetivos, se basan para sostener tal afirmación?

Cajasiete es mucho más que una marca; es nuestra denominación social. Antiguamente, era Caja Rural de Tenerife, pero hace ahora 10 años nuestra asamblea decidió encarar un proyecto regional y hoy podemos decir que ya es realidad. Cajasiete es una entidad financiera y, por lo tanto, está sujeta a toda la normativa estatal y europea de este sector, bajo la supervisión del Banco de España. La normativa sobre solvencia que es común para todas las entidades financieras españolas contiene unas reglas claras y establece un indicador que es la ratio de solvencia, que viene a medir (simplificándolo mucho para facilitar su comprensión), de cada 100 euros que las entidades prestamos a nuestros clientes, cuántos son propiedad de la entidad (el resto se entiende que es dinero de sus depositantes o que ha tomado del mercado mayorista). Cuanto mayor es la ratio, mejor. Cajasiete, a junio de 2017, tiene una ratio de solvencia del 13,81%, superior al de la mayoría de las grandes entidades financieras españolas. Además, decimos que es sólida porque tenemos una estructura sana, donde la financiación es básicamente dinero aportado por sus socios (capital social), las reservas generadas por los beneficios recurrentes durante más de 50 años (las reservas triplican el capital social), y porque recurrimos básicamente a los depósitos de nuestros clientes (mercado minorista en contraposición a los mercados mayoristas, lo que nos hace depender menos del exterior y más de Canarias). Si todo esto lo situamos en la salida de una crisis a escala internacional tan fuerte como la que hemos sufrido desde el año 2008, creo que podemos decir que Cajasiete es un proyecto consolidado.

A raíz de la crisis económica, desde muchos estamentos nacionales e internacionales, hemos oído la importancia de que la banca en general regrese a sus orígenes, a la prudencia y la sensatez, evitando la generación de burbujas especulativas, algo resumido en el famoso back to basic. A Cajasiete no le hace falta volver a los orígenes, porque nunca se ha apartado de ellos.

El ejercicio de 2016 se cerró con mejores resultados que el anterior. ¿Qué ha propiciado el nuevo avance y qué cuestiones aún deben cambiar para llegar a más?

Básicamente, el crecimiento de la confianza que nuestros clientes depositan en nosotros. Esto ha hecho que el negocio haya aumentado el 10% más en crédito y el 13% más en depósitos de nuestros clientes. Ello, junto a la mejora de la economía canaria en general, ha hecho que hayamos aumentado nuestro margen de explotación y que hayamos podido destinar menos recursos a cubrir las insolvencias. Hemos mejorado la productividad por empleado y la eficiencia. Uno de nuestros retos es consolidar las nuevas oficinas que seguimos abriendo a lo largo de todo el territorio canario.

Cajasiete se ha convertido en la única referencia canaria en prestación de servicios bancarios en las islas, tras la caída de las cajas de ahorro locales y la integración de la antigua Caja Rural de Canarias en el grupo Cajamar. ¿Qué significado tiene esta condición y cómo la explota su entidad para acaparar más negocio? ¿Cuánto ha aportado el derrumbe de los otros, sobre todo de CajaCanarias, absorbida por La Caixa, en el engorde progresivo de Cajasiete?

Nosotros entendemos que contar con una entidad financiera canaria es muy importante, con una entidad que dependa menos del exterior, que sus órganos de decisión estén en Canarias y que sus decisiones las tome siendo muy conocedora de la realidad canaria. Esto se ha puesto de manifiesto claramente a lo largo de esta crisis, cuando se observa la evolución del crédito en Canarias, el cual ha disminuido más del 35%, mientras que Cajasiete lo ha incrementado en el mismo periodo un 30%. Muchas de las razones que explican esa disminución del crédito (cierre del grifo financiero) son importadas del exterior; por ejemplo, fusiones de entidades o excesos de dependencia en la financiación de sectores mayoristas. Cajasiete, al no haberse visto envuelta en ninguna operación corporativa de fusión y tener una sana estructura financiera, ha podido no solo seguir manteniendo el crédito a sus clientes sino incrementarlo. Pero este no es el único beneficio que le vemos a tener una entidad financiera canaria, sino que hay que sumar que crea puestos de trabajo en Canarias (sus servicios centrales están en las islas). Además, nuestra política de compras prioriza a los proveedores canarios, y todos los impuestos Cajasiete los paga en Canarias. Hay un largo etcétera de razones por las que entendemos que es importante tener una entidad financiera canaria tan potente como es Cajasiete. A día de hoy, Cajasiete sigue incrementando su cuota de mercado. Esto quiere decir que crece más que el resto de entidades, lo cual creemos que tiene que ver, en parte, a que los canarios reconocen estos motivos como relevantes a la hora de decidir el cambio de entidad o de elegir a Cajasiete como su entidad financiera en el momento de la incorporación al mundo laboral.

Como usted bien sabe, la banca es un sector muy competitivo. ¿En qué estrategia empresarial se ha apoyado el avance de Cajasiete y cuáles son los ejes futuros para no perder comba?

La sociedad, en general, y por tanto la economía en todas sus ramas, está experimentando cambios profundos a una velocidad considerable y cada vez mayor, debido en gran parte a la digitalización, que está permitiendo una conexión total. Esto, como todo, tiene su lado bueno y su lado malo. Permite una comunicación más rica, fluida, permanente en el tiempo, pero a la vez genera una distancia física entre la personas. En Cajasiete apostamos por aprovechar lo bueno de los avances tecnológicos, desarrollando nuestra banca virtual para poder dar un servicio continuado (7 x 24) a través de múltiples canales, pero manteniendo la importancia de nuestra presencia física, porque creemos en la banca de proximidad, dando un trato personalizado a nuestros clientes, eligiendo conocerlos (eslogan de nuestra actual campaña de comunicación) porque entendemos que así es la única manera de ayudarlo a cubrir sus necesidades financieras de la mejor forma posible y teniendo siempre muy presentes los intereses de nuestros clientes.

¿Qué explica que Cajasiete siga abriendo oficinas en las islas mientras que los demás, en casi todos los casos, echan el cierre a muchas y realizan continuos ajustes de plantilla?

Una de las ventajas que hemos aprovechado en esta crisis ha sido nuestra moderada red de oficinas, bien distribuida en el territorio y con capacidad de crecimiento, lo que nos ha evitado hacer reestructuraciones y cierres. Con ello hemos contribuido a la estabilidad de la economía canaria, apoyando financieramente a nuestros clientes. Esto, unido a nuestra escasa presencia en algunos núcleos urbanos importantes y a que los canarios han valorado nuestra forma diferente de hacer banca (una banca de valores en la que es posible compatibilizar la ética con la economía, asumiendo un compromiso social, y una banca de cercanía en el que las personas son importantes), nos está permitiendo continuar en nuestra senda de crecimiento, crecimiento en volumen de negocio, crecimiento en número de clientes, crecimiento en red de oficinas y, lo más importante, crecimiento en el número de personas que trabajan en Cajasiete.

¿Cuánto representa el negocio con las empresas en la actividad global de la entidad y qué importancia tienen los servicios que se prestan al ciudadano de a pie?

En los inicios de Cajasiete, su actividad se centró en la financiación de las cooperativas agrarias y de sus socios. Actualmente, Cajasiete extiende su actuación a la financiación de todo tipo de actividades y a la prestación de servicios financieros, estrechando su vinculación con el entorno local, con el sector primario del ámbito rural, con pymes y familias. En torno al 35% de nuestro negocio lo desarrollamos con empresas de todos los sectores económicos de Canarias. El resto son familias y profesionales o autónomos, desarrollando siempre un modelo de banca minorista tradicional, tranquila y apegada a la economía real, que es la que genera riqueza y empleo en Canarias.

¿Cuáles son las principales apuestas de Cajasiete en el capítulo de la I+D+i, en la implantación de nuevas tecnologías y en el desarrollo de la banca electrónica desde la plataforma internet?

Cajasiete fomenta la intercooperación, compartiendo recursos y servicios comunes con otras cooperativas de crédito como la nuestra. Lo hace a través de sociedades instrumentales que nos permiten mantener la independencia jurídica y operativa, manteniéndonos como banca local y de proximidad. Así, participamos en el grupo Caja Rural, que integra a 29 entidades, con más de 2.300 oficinas y 8.000 empleados. El grupo tiene unos activos totales de 60.000 millones de euros y sus principales sociedades, en las que participa Cajasiete, son el Banco Cooperativo Español, la aseguradora RGA Seguros, y la empresa Rural Servicios Informáticos, por medio de los cuales podemos aprovechar importantes economías de escala para prestar mejores servicios a precios competitivos.

En esta última empresa, Rural Servicios Informáticos, más de 500 personas están dedicadas a mantener nuestro sistema informático y a realizar nuevos desarrollos, que ponemos a disposición de nuestros clientes para facilitarles sus transacciones financieras. Ejemplos recientes son: Bizum, un servicio de pagos inmediatos interconectado con el resto de entidades para que los clientes a través del móvil, sin necesidad de saber el número de cuenta bancaria del beneficiario, puedan realizar pagos y cobros de una manera muy ágil y sencilla; o Dimo, a través del cual los clientes de Cajasiete pueden realizar el envío de dinero a cualquier persona (incluso a ellos mismos) sin necesidad de una tarjeta, realizando la retirada de efectivo en los cajeros de Cajasiete.

Pero no solo innovamos a través de las empresas del grupo. También lo hacemos en Cajasiete, apoyándonos en empresas canarias punteras a escala internacional en el desarrollo de app. Así es el caso de Seseo, la app de compras en Canarias, una app con la que cualquier comercio canario puede vender sus productos y/o servicios online, con unos costes muy reducidos. Se trata de una app muy sencilla de utilizar y que servirá de escaparate para todas las islas. Esperamos que sea un revulsivo para el comercio canario (https://seseoapp.com/).

Otro ejemplo de innovación hecha en casa es Cajasiete Report, una app que permite a los clientes de Cajasiete obtener un informe de situación y evolución de los ingresos y gastos, con una actualización diaria de los datos mensuales, trimestrales o anuales de la evolución de sus finanzas. Ambas app ya se encuentran disponibles en la App Stores IOS y Android.

Pero también estamos haciendo un gran esfuerzo inversor para poner más cajeros de última generación a disposición de nuestros clientes y para mantener permanentemente los servicios básicos de cobros y pagos con efectivo, además del resto de operativas que estos terminales permiten, siempre con el ánimo de seguir dotando a nuestros clientes herramientas que le faciliten sus transacciones.

¿Qué secciones o divisiones de la entidad han tomado auge y cuáles deben someterse a leves o profundos procesos de renovación-modernización?

En la parte del negocio, son los departamentos de empresas, por un lado, y el de banca privada y personal, por otro, los que más estamos desarrollando. En el primer caso, para nuestra mayor penetración en el negocio de las empresas, lo estamos potenciando y formando a gestores especializados en muchas de nuestras oficinas. Y en el caso de la banca privada y personal, llevamos tiempo trabajando en la formación de gestores que sean capaces de prestar un servicio profesional, más personal y cercano, y que a la vez cumpla con los exigentes estándares que impone MiFID II, que entrará en vigor el próximo enero de 2018. No solo nos reforzamos en la parte de negocio, sino que la crisis ha hecho que se haya revisado toda la normativa que recae sobre las entidades financieras exigiendo mayores requisitos de transparencia y de control interno, lo cual nos ha llevado a potenciar nuestros departamentos de auditoría, control interno, cumplimiento normativo y prevención de blanqueo de capitales, entre otros.

¿Cómo revierte Cajasiete a la sociedad isleña la confianza que en ella ponen los canarios? ¿De qué manera contribuye la entidad al progreso global de las islas?

De múltiples maneras, por una lado, entre los objetivos de Cajasiete siempre han estado los de compatibilizar la ética con la economía, asumiendo un compromiso social y teniendo una vocación de servicio hacia la comunidad. Al ser una entidad de economía social, tenemos como aspiración la consecución de objetivos sociales, no solo la maximización de los beneficios económicos. No especulamos. La ética, el compromiso social y la sostenibilidad forman parte de nuestros valores. Por tanto, nuestro compromiso ético y nuestro apoyo a la economía real favorecen la mejora de las condiciones de vida de los canarios.

En Cajasiete solidarizamos nuestro beneficio. No repartimos dividendos, capitalizando la entidad en beneficio de las futuras generaciones, a las que les legaremos una Cajasiete más fuerte y sólida aún.

A la vez, compatibilizamos la actividad empresarial y financiera con la solidaridad y el compromiso social, con un modelo de banca social y solidaria, devolviendo a la sociedad una parte de sus beneficios mediante el apoyo a proyectos asociativos en distintas actividades formativas, sociales y de promoción cultural. Apoyamos el emprendimiento, la transferencia del conocimiento del laboratorio al mundo empresarial; apoyamos a múltiples fundaciones y organizaciones no gubernamentales comprometidas con la mejora de las condiciones de vida de los canarios; apoyamos la divulgación de nuestra cultura y nuestro deporte. De todo ello damos buena cuenta en www.comprometidosconnuestragente.com, a la que invito a los lectores a entrar y a echar un vistazo a todas las actividades que hace Cajasiete, gracias a la confianza que depositan en nosotros diariamente nuestros clientes. En definitiva, lo que contamos ahí es cómo nuestros clientes consiguen mejorar a Canarias.

¿Hay recuperación económica en la comunidad autónoma? ¿En qué argumentos se basa para sostener su criterio?

Todavía hay muchas cosas que mejorar, pero, en mi opinión, no hay duda de que hoy en día estamos mejor que hace un año, dos o tres, mucho mejor que en los momentos más duros de la crisis. La tendencia es positiva desde hace unos años. Para constatarlo, solo debemos ver las cifras de paro, que todavía se encuentran en niveles inaceptables, pero, insisto, mejores que los que se habían registrado hace tres o cuatro años. Se ve más dinamismo en el comercio, en las decisiones de emprender nuevos proyectos por parte de nuestro empresariado, incluso en el sector inmobiliario se empiezan a constatar nuevas construcciones, de una manera muy tímida, pero que contrasta con el parón absoluto que experimentó el sector. Obviamente el turismo ha ayudado mucho.

¿Por qué Cajasiete, una entidad financiera pequeña, local, escapó de la quema, y no solo eso: cómo se consolidó en el periodo más agudo de la crisis bancaria?

Nuestro presidente siempre nos recuerda que hoy estamos tomando decisiones que definirán la Cajasiete de dentro de unos 10 años. Y ahí está la explicación a por qué Cajasiete ha sorteado la crisis sin tener que recurrir a ninguna medida drástica, que no significa que no hayamos tenido que tomar medidas para adaptarnos. Como todas las organizaciones, nos hemos apretado el cinturón, pero no hemos cerrado oficinas ni hemos recurrido a despidos; todo lo contrario, hemos ampliado año a año la plantilla y el número de oficinas durante toda la crisis.

En la época del boom inmobiliario era muy duro ver cómo la mayoría de nuestra competencia financiaba multitud de proyectos inmobiliarios con crecimientos desorbitados mientras que nosotros crecíamos con subidas importantes pero nada que ver con las del resto. Y esto se debía a varias políticas que teníamos, y seguimos teniendo, en nuestra entidad; por ejemplo, no nos metemos en aquellos negocios que no entendemos, por muy atractivos que puedan parecer. La prudencia guía todos nuestros actos. Al final no es nuestro dinero el que prestamos, sino el de nuestros clientes. Por eso no financiábamos suelo, sino que este debía aportarlo el promotor, así como el proyecto y las licencias de la promoción. Tampoco financiamos más de una promoción de un mismo promotor a la vez y un largo etcétera. Todo esto no era nada nuevo. Se basa en los principios de prudencia de la banca de hace muchos años, incluso siglos, pero, en un momento dado de la historia, muchas entidades se alejaron de ello. De ahí, lo del comentado back to basic. Otra razón importante fue y sigue siendo la no dependencia de mercados mayoristas. Muchas entidades, para poder atender los fuertes crecimientos que experimentaba su inversión, acudían a bancos, fondos u otras instituciones extranjeras para captar los depósitos que no podían conseguir aquí. Eso provocó en los primeros momentos de la crisis que, cuando saltaron todas las alarmas y la desconfianza generalizada en los mercados financieros internacionales se generalizó, todas esas instituciones que habían prestado dinero a otros bancos solicitaran su devolución y ello originó un gran problema de liquidez que no tardó en llevarse por delante a más de una entidad española. En definitiva, la prudencia nos libró de los efectos más duros de la crisis. Y esa situación de relativa tranquilidad es la que nos ha permitido aprovechar las oportunidades que han surgido, porque siempre hay oportunidades. Lo que no suele haber es una buena situación para aprovecharse de ellas, y nosotros, gracias a lo comentado, hemos podido aprovecharlas, y seguimos haciéndolo.

¿Cómo ve la situación económica-laboral en el archipiélago y qué evolución se puede esperar en este ámbito a medio plazo? ¿Sigue siendo el paro nuestro principal problema? ¿Y qué hay del reparto de la riqueza a través del trabajo, principalmente en el turismo? ¿No se falla en asunto tan importante, que de mejorar podría rebajar la deuda de las familias y tirar del consumo?

Como comentaba anteriormente, la tendencia es buena y así lo refleja la inmensa mayoría de los indicadores macroeconómicos canarios. Se prevé que esta tendencia se mantenga, siempre y cuando los nubarrones que podemos ver en el horizonte se queden en eso, en nubarrones en el horizonte, y no se transformen en tormentas sobre nuestras cabezas. Asuntos externos como el brexit, el terrorismo, movimientos independentistas, guerras de divisas y un sinfín de nubes más podrían afectar a los mercados internacionales y tarde o temprano acabarían afectándonos. Pero no todo es externo. Si bien he dicho que la evolución es buena, también creo que nos podría ir mucho mejor si se acometieran muchas reformas necesarias, no solo por parte de la Administración pública, sino también por parte de los sectores económicos y sociales. Desde luego, el paro es uno de nuestros principales problemas, tasas superiores al 10% deberían ser inadmisibles, y estamos muy lejos de esa cifra. Este es un tema muy complejo, con muchas aristas y en el que influyen muchos actores. Todos tenemos influencia en él y, por tanto, todos somos en parte responsables de esta situación. La mayoría de las veces ponemos el foco en las administraciones públicas y en las organizaciones empresariales, pero nos olvidamos de la responsabilidad que también tienen los sindicatos, los centros docentes, los alumnos, las propias familias; en definitiva, todos. Vivimos en un mundo globalizado y hay muchos valores que todos debemos fomentar. En mi modesta opinión, están de capa caída, por ejemplo, la cultura de la excelencia, y es fundamental que nuestros jóvenes no se conformen con aprobar. Deben conseguir alcanzar la mejor versión de sí mismos, porque solo así podrán competir con éxito con el resto de jóvenes del mundo. En esta línea, en Cajasiete, con el programa Ingreso sobresaliente (www.ingresosobresaliente.com), ponemos nuestro granito de arena al fomentar el valor del esfuerzo entre nuestros jóvenes estudiantes. Otro asunto que suele pasar inadvertido es la responsabilidad que tenemos como consumidores, ya que cada vez que elegimos un producto de fuera de nuestras islas en detrimento de otro elaborado en Canarias estamos influyendo en la cifra de paro de nuestra comunidad, y eso no quita que el precio sea un factor importante, así como la calidad, pero desde luego el origen del producto o servicio debe estar en nuestras políticas de compra, las de nuestras empresas y de nuestras familias.

¿Por qué Cajasiete, salvo proyectos muy puntuales como el inicial de Teisol, SL, se ha alejado de las coparticipaciones en iniciativas inversoras diferentes de las que son su actividad principal: los servicios bancarios?

Por un lado, por el sabio refrán de “zapatero a tus zapatos”. Lo que nosotros sabemos hacer bien y queremos hacer cada vez mejor es cubrir las necesidades financieras de los empresarios y emprendedores. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la normativa bancaria penaliza nuestra participación directa en empresas.

No obstante, hay un sector incipiente que sí hemos creído necesario liderar: la economía del conocimiento. Muchas de las ideas y tecnologías que transformarán el mundo se están desarrollando en este momento, una parte de ellas en nuestras universidades y centros de investigación. En Canarias tenemos una asignatura pendiente con la creación de proyectos empresariales altamente innovadores, disruptivos. Desde Cajasiete hemos querido dar ejemplo, abrir caminos. Se trata de proyectos transformadores que de alguna manera contribuyan a cambiar un poco el mundo, cuyo mercado es global y por tanto son potencialmente muy rentables, pero que al mismo tiempo implican un alto riesgo. Son proyectos normalmente basados en alguna tecnología novedosa que no existe comercialmente y que hay que ayudar a madurar y desarrollar para su introducción en el mercado. Hemos dado algunos pasos en este sentido y presentaremos esta iniciativa el próximo octubre.

¿Qué análisis hace del sector primario local y en qué medida la crisis en cooperativas agrarias de Tenerife ha afectado a Cajasiete? ¿Ha fallado algo en este modelo de economía social, en el que ustedes siguen haciendo una apuesta, mucho más tras la creación en la ULL de la Cátedra?

El sector agrario ha tenido su crisis particular y, como no podía ser de otra forma, también se ha visto afectado por la crisis financiera. Pero se están haciendo los deberes, fundamentalmente con la profesionalización de las gerencias de las distintas organizaciones agrarias. Ese era el principal déficit que tenían nuestras empresas agrarias (independientemente de la forma social que tuvieran). Sabían mucho de agricultura pero carecían de conocimientos de finanzas. Esto ha mejorado mucho. Otro ejemplo del compromiso de Cajasiete ha sido el convenio con la EOI y el Cabildo de Tenerife, a través del cual hemos desarrollado un programa de gestión de cooperativas agroalimentarias dirigido a gestores que busquen actualizar sus conocimientos para alcanzar sus objetivos empresariales.

Nosotros creemos que queda un largo recorrido y desarrollo para las empresas de economía social. Hay muchos casos de éxito en Canarias, en todos los sectores, y si nos comparamos con Europa, vemos que el desarrollo que allí tienen las empresas de economía social es muy superior al de España, y mucho más que el de Canarias. Todo esto es importante darlo a conocer en nuestras facultades para que, cuando los futuros emprendedores se planteen crear una empresa, tengan presente como una opción más las sociedades de economía social, con todo lo que ello aporta al desarrollo del propio proyecto, así como la aportación que hacen al territorio donde se implantan. Esta es una de las principales misiones de la Cátedra de Economía Social y Cooperativa que hemos creado junto a la ULL.

Desde su punto de vista, ¿qué debe pasar para que Canarias siga creciendo, rebaje su elevada tasa de paro y entre en el camino de la diversificación económica, solo entrar?

Para que Canarias siga creciendo y con una estructura más sólida y sana que la actual debemos conseguir que todos nos comprometamos con Canarias: las administraciones públicas, los agentes sociales, las familias... Sobre todo hay que avanzar en la calidad de la formación, tanto los centros docentes como nuestros jóvenes, porque la única manera de diversificar nuestra economía es avanzando en la cualificación de nuestros jóvenes, para que sean capaces de desarrollar nuevos servicios competitivos a escala global, y eso solo se logra con el conocimiento y la preparación de las nuevas generaciones.

¿Qué coyunturas vendrían muy mal porque obligarían a distorsionar esa hoja de ruta?

Como comentaba antes, hay muchos nubarrones en el horizonte que pueden trastocar nuestras buenas perspectivas. Una vez más, nuestro refranero es muy certero: “A Dios rogando y con el mazo dando”; rogar para que las amenazas que no dependen de nosotros no se cristalicen, y luego trabajar en todo aquello que sí está dentro de nuestro ámbito de actuación para mejorar nuestra economía y con ello nuestra sociedad canaria.

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