Crece el malestar entre los usuarios de la biblioteca de Puerto de la Cruz por su cierre hace dos meses tras una inundación

Biblioteca pública de Puerto de la Cruz, cerrada tras una inundación.

Álvaro Morales

27 de octubre de 2025 12:56 h

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Los numerosos usuarios de la biblioteca pública de Puerto de la Cruz llevan desde el pasado 25 de agosto sin poder acudir al centro, salvo para devolver los libros prestados. La imposibilidad se debe a que, ese día, un depósito de agua situado en la azotea generó una inundación más que considerable que afectó a las tres plantas del coqueto edificio, ubicado en pleno corazón de la ciudad turística por excelencia del norte de Tenerife, junto a la Casa de la Juventud. Desde entonces, el centro cerró sus puertas salvo para que se puedan llevar los libros en préstamo y, si bien algunos de los servicios (como este) se pasaron a la anexa casa juvenil, más de dos meses después la biblioteca sigue cerrada, sólo se recogen esos libros que fueron sacados antes de la clausura, las quejas de usuarios comienzan a extenderse y a tener más eco, y lo peor es que no existen muchas opciones de que la obra necesaria se ejecute y termine a corto plazo.

Esas quejas se escucharon, por ejemplo, el pasado fin de semana en el ciclo literario Periplo, celebrado en Puerto de la Cruz y centrado este año en los libros de viajes y aventuras. Uno de los usuarios dejó claro su malestar por la situación, exigió medidas urgentes y eficaces y su protesta fue respaldada por otros presentes.

Y es que la biblioteca portuense (con dos trabajadoras) es una de las más utilizadas y con usuarios del norte de Tenerife, junto a las de La Orotava (que tiene mucho más personal) y Los Realejos. Aparte de un servicio de préstamo de libros que, en los momentos de pico alto, cuenta con una de las colecciones de literatura infantil y juvenil más completas de la comarca, un amplio espacio para disfrutar in situ de esa oferta, supera con claridad las 2.000 obras fuera, resulta muy visitada por personas mayores que la usan para leer en sus dependencias, consultar los periódicos del día y estudiar en las plantas superiores.

El problema con la inundación es que afectó al sistema eléctrico, el ascensor no funciona, tampoco las pantallas ni cámaras, y hay afección en los techos. Además, la humedad se ha extendido y por ese se han levantado algunas baldosas para minimizar sus efectos.

Quien protestó en Periplo fue Juan Pedro Marrero Pérez, usuario habitual y colaborador de la biblioteca, que teme que el cierre se prolongue mucho más tiempo y alerta de los perjuicios para muchos vecinos y vecinas. De hecho, y desde hace siete años, este exprofesor impulsó, junto a otros amantes de los libros, el Club de Fábula, con el que se fomenta la lectura entre niños. Según lamenta, los menores llevan dos meses quejándose del cierre y, “como cientos de personas, cada día aporrean las puertas de cristal de la biblioteca para pedir explicaciones, al ver a algunas de las dos trabajadoras dentro, pero sin que se abra” salvo para devolver obras.

Posibles protestas de usuarios y versión del gobierno local (PP-ACP-CC)

Este usuario, junto a otros padres del club, se plantea organizar protestas una vez a la semana “con pancartas y demás como medida de presión para que se reaccione y se busquen soluciones a cuestiones como la humedad y los falsos techos descolgados en las plantas segunda y tercera, así como los casi 300 libros con moho actualmente colocados en mesas de la última planta”. Asimismo, alerta del “insuficiente” personal con el que cuenta este servicio, considera que dos empleadas para el horario que tiene el centro resulta no sólo una cifra inadecuada, sino peligrosa, dado que “una de ellas, que se jubila en abril, se va ahora de vacaciones y, cuando la otra tiene que ausentarse de la entrada, se corren riesgos y eso no debería ocurrir”. En este sentido, teme que dicha jubilación sea muy difícil de cubrir por la experiencia de esa trabajadora, y no sólo con la biblioteca, sino en el ámbito cultural de la ciudad, así como que su compañera acabe desbordándose y sin la motivación idónea para su cometido.

Por medio de su gabinete de Prensa, la concejal de Cultura, Turismo y OAL, Desiré Díaz (PP), señaló este luens a Canarias Ahora que se encuentran “trabajando en la ejecución de la obra de mejora de la biblioteca y de otras instalaciones municipales, ya que este centro llevaba sin ningún tipo de mantenimiento en los últimos cinco años y tres meses; es decir, el mandato del PSOE -y ACP- y, lamentablemente, este gobierno ha sufrido las consecuencias de la dejación de sus funciones. Estamos trabajando para solucionarlo con todos los implicados. En próximas fechas, los técnicos y especialistas nos informarán sobre los avances de la reforma”.

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