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La rigidez normativa obliga a la Biblioteca del Estado de Tenerife a prescindir de trabajadores mientras peligra su apertura

Biblioteca Pública del Estado en Santa Cruz de Tenerife

Toni Ferrera

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Biblioteca Pública del Estado de Santa Cruz de Tenerife vuelve a presentar graves problemas de personal que hacen peligrar su apertura. Dentro de unas semanas, el centro dejará de contar con las cuatro personas que contrató el verano pasado para cubrir los turnos de tarde, que hasta entonces estaban desiertos, debido a que la fórmula de nombramiento empleada no permite prorrogar la estancia. El centro cuenta además con una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) desfasada que no ha posibilitado la renovación de las múltiples jubilaciones y salidas de personal en los últimos años, lo que ha derivado en una falta de trabajadores públicos cada vez más acuciante.

Tanto el director de la institución, Javier Machín, como el secretario general técnico de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, Manuel Peinado, son conscientes de la situación y esperan que unas oposiciones a punto de resolverse para nombrar a funcionares de carrera solucione de una vez por todas este asunto. Pero a la espera de que eso ocurra (ninguno de los protagonistas mencionados se atreve a detallar una fecha concreta), la biblioteca deberá prescindir a partir del próximo 11 de abril de los cuatro empleados que nombró hace ocho meses de una lista de reserva para hacer las funciones de auxiliar técnico de archivos, bibliotecas y centros documentales porque, de no hacerlo, estaría prevaricando, indican las fuentes consultadas.

La clave radica en la fórmula de nombramiento: “acumulación de tareas”. La Biblioteca Pública del Estado de Santa Cruz de Tenerife se acogió a esta norma, enmarcada en el Real Decreto-ley 14/2021 de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público, para contratar a estas cuatro personas y así abrir las tardes de lunes a viernes, algo que hasta ese momento no se estaba efectuando debido a la escasez de operarios. La elección de utilizar el modelo de “acumulación de tareas” se debió a que, asegura Peinado, no quedaba otra. Ni la ejecución de programas de carácter temporal, ni la sustitución transitorio de los titulares estaban encima de la mesa.

El contratiempo añadido es que la RPT del centro está tan obsoleta que no contempla los puestos ocupados por estos trabajadores, por muy rocambolesco que parezca. De ahí que no se haya podido emplear la cobertura de plazas vacantes o sustitución que permita la estadía del personal por un máximo de tres años, en el primero de los casos, o “durante el tiempo estrictamente necesario”, en el caso del segundo, ya que literalmente “el puesto no existe” en el instrumento técnico que estructura la plantilla del centro, apunta Peinado.

En este sentido, los cuatro trabajadores contratados, que deberán cesar en sus labores porque la “acumulación de tareas” solo permite estancias de nueve meses dentro de un periodo de año y medio, se sienten perjudicados por una rigidez normativa que les imposibilita continuar trabajando en la biblioteca de la capital tinerfeña, a pesar de haber aprobado unas oposiciones y llevar tiempo formándose. “La salida de este nuevo personal [es] una pérdida de tiempo y recursos para todos”, denuncian.

“Hay un problema en la biblioteca que nadie niega y ese es la falta de trabajadores estables. Somos solo cuatro en este sentido. Hemos solicitado reiteradamente a Función Pública, que es la que se encarga de publicar las Ofertas Públicas de Empleo (OPE), para que salgan esas plazas necesarias para nosotros, tanto para este centro [del Estado] como para el de Las Palmas de Gran Canaria”, relata Javier Machín, director del recurso.

El propio Machín confiesa que, en un principio, pensó que las cuatro personas fichadas el verano pasado, “que funcionan muy bien”, iban a poder prorrogar su contrato otros nueve meses más. Pero al cabo de un tiempo se dio cuenta de que eso no era posible porque la normativa ha cambiado y ya no es tan fácil como antaño, cuando se solía “contratar a personas de tipo eventual hasta que se convocara la plaza”. Ahora existe una posibilidad real de que el centro deba cerrar por las tardes si no se agiliza el proceso selectivo para nombrar a auxiliares de biblioteca de archivo anunciado por el Gobierno canario, aunque de momento es un “misterio” el destino de las 11 plazas fijas que saldrán de esas oposiciones.

“Eso ya se lo hemos pedido por escrito a Función Pública. Estamos a la expectativa de lo que va a pasar. Sería una solución que nos permitiría respirar y contar con estabilidad en el tema del personal que no hemos tenido en un montón de años”, agrega Machín.

La otra alternativa, la de volver a acudir a una lista de reserva, es más peliaguda. Los trabajadores defienden que cuando finalice su relación contractual con la biblioteca, el próximo 11 de abril, volverán a ocupar los primeros puestos de la misma. Pero el secretario general técnico de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, Manuel Peinado, reitera que no pueden volver a ser contratados porque la ley lo impide y sería una prevaricación en toda regla. El técnico reconoce que “es una circunstancia que se escapa de nuestro control” y que habría que analizar más en profundidad.

Con todo, Peinado y Machín coinciden en señalar el desfase de la RPT como la madre de todos los problemas. Dice el segundo que se trata de un “auténtico disparate” porque, por un lado, hay trabajadores llevando a cabo labores que no les corresponden y, por otro, puestos innecesarios, como la demanda de subalternos, entre otras cosas. Comenta Peinado, por su parte, que las plazas de personal laboral que ha ido perdiendo la biblioteca por jubilaciones o fallecimientos no se han renovado ni modificado el vínculo, pues haría falta una reforma de la RPT que no ha llegado, si bien es cierto que ambos actores afirman que “está en marcha”, de nuevo sin precisar cuándo se podrá materializar dicha declaración de intenciones. 

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