Unidas Podemos, sobre la retirada del monumento a Franco en Santa Cruz de Tenerife: “Se le han acabado las excusas al Ayuntamiento, hay que quitarlo”

Ramón Trujillo siendo entrevistado frente al monumento a Franco en la capital isleña. / FOTO: UP

Tenerife Ahora

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Ramón Trujillo, portavoz de Unidas Podemos (Izquierda Unida, Podemos, Equo) en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, rechaza que se vaya a gastar dinero público en la mejora del monumento a Franco de la avenida de Anaga de Santa Cruz de Tenerife cuando tendría que ser retirado para cumplir con la Ley de Memoria Histórica. “Uno de los objetivos de esa Ley es no homenajear en la vía pública al español que más compatriotas ha matado en nuestra historia”, apuntó el partido en un comunicado de prensa.

Unidas Podemos considera que “ya se le han acabado al Ayuntamiento las excusas para no retirar de la vía pública ese monumento que homenajea el fascismo y la violación masiva de los derechos humanos”. 

Trujillo afirma que, cuando el concejal de Servicios Públicos, Guillermo Díaz Guerra, declaró que “el Monumento a Franco sólo tiene significado político para el 1% de la población”, dijo, “lo que hizo fue escabullirse de un consenso democrático normalizado en Europa y abogar por la amnesia histórica”, criticó Trujillo. “El concejal del PP vino a decir que, si la gente se ha olvidado de Franco, pues entonces es como si el monumento no fuera de Franco. En realidad, un argumento tan cínico nunca se había usado para defender la permanencia de un monumento al dictador”, afirmó tajante.

Para el portavoz progresista es “inconcebible imaginar a un responsable municipal en Alemania defendiendo la reparación de un monumento público, dedicado a Hitler, aduciendo sus supuestos valores estéticos, su potencial como supuesto atractivo turístico y pretendiendo que el 99% de la población no le ve significado político”.

En el comunicado, Unidas Podemos agrega que el concejal de Servicios Públicos “volvió a insistir en la posibilidad de resignificar el Monumento pese al estudio, encargado por el propio Ayuntamiento, que dictaminó que no es resignificable, dada su abundante simbología fascista”. “Es más, el propio estudio recuerda que su construcción se financió recurriendo a prácticas extorsivas tales como obligar a los empleados públicos a inscribirse en listas de donaciones y consignar las cuantías aportadas. Algo que, en el clima represivo de la época, distaba mucho de lo que habrían sido aportaciones realmente voluntarias”, continuaron.

 

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