El enredo de los test a turistas: PCR en origen y multa y prueba de antígenos en destino para quien incumpla

Sala de espera acotada para los pasajeros que deban someterse a test de antígenos en el aeropuerto de Gran Canaria. (ALEJANDRO RAMOS)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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A pesar de que persisten las dudas entre la comunidad científica sobre su fiabilidad en el cribado a personas asintomáticas, los test rápidos de antígenos para la detección de la COVID-19 se han erigido en la tabla de salvación a la que se agarra Canarias, único destino español de sol y playa en temporada alta, para intentar evitar el cero turístico. Las previsiones más optimistas que se barajaban en un contexto de pandemia, la de llegar a entre el 40 y el 50% del volumen de extranjeros que visitaron el Archipiélago el año pasado, se antojan ya inalcanzables. La consejera de Turismo, Yaiza Castilla, afirmó este viernes en el Parlamento regional que el departamento que lidera aspira a recibir en este último trimestre al menos el 25% de la demanda del anterior ejercicio. La patronal turística, las aerolíneas y las administraciones canarias se han unido para ejercer presión ante el Gobierno central con la finalidad de que admita el test de antígenos como prueba válida para autorizar la entrada de los pasajeros que aterricen en las Islas procedentes de países o zonas de riesgo, es decir, de aquellos que acumulen más de 150 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. 

La resolución publicada por el Ministerio de Sanidad el pasado 12 de noviembre establece que la única prueba que a partir del próximo lunes, fecha en la que entra en vigor, pueden presentar las personas que provengan de esos lugares es una PCR. Los empresarios turísticos han advertido de forma reiterada a lo largo de esta última semana de que esta exigencia supone una estocada al sector. El elevado precio de estos test en comparación con el de antígenos, la mayor demora en obtener los resultados y las dificultades de acceso en algunos de los principales mercados emisores de Canarias, donde se ha restringido la utilización de las PCR a las personas sintomáticas o a los contactos estrechos, suponen obstáculos casi insalvables. De hecho, nada más conocer esta restricción en el tipo de prueba que se puede presentar (debe ser realizada al menos 72 horas antes de la llegada), los turoperadores cancelaban reservas.  

Desde la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas se ha criticado además la “incoherencia” del Gobierno español, puesto que a los pasajeros que incumplan esa exigencia, la de presentar el certificado con la PCR negativa en origen, Sanidad Exterior les realizará en destino, en infraestructuras ya habilitadas en los aeropuertos de las Islas, un test rápido de antígenos (también se realizarán pruebas aleatorias y a aquellos pasajeros que no superen el control visual y de temperatura). La resolución ministerial introduce, no obstante, un elemento disuasorio, ya que contempla sanciones por incumplimiento de entre 3.000 y 600.000 euros. 

A este puzle se le sumó, a mediados de semana, una nueva pieza que ha alentado las esperanzas del sector. La Comisión Europea publicó el miércoles un escrito de recomendaciones que, en su punto número 14, abre la puerta a “la posibilidad de utilizar las pruebas rápidas de antígenos para viajeros, teniendo en cuenta los últimos avances científicos y tecnológicos a la luz de la situación epidemiológica”. El organismo comunitario sigue manteniendo que el “estándar de oro” para el diagnóstico de la COVID es la PCR, el método más fiable también para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y para el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, pero admite el de antígenos como test válido “cuando la disponibilidad de PCR esté temporalmente limitada o cuando los tiempos de respuesta prolongados excluyan su utilidad clínica”. Bruselas reconoce que, hasta la fecha, se dispone de “datos muy limitados” sobre el rendimiento de estas pruebas en personas asintomáticas. Además, señala que son apropiadas en contextos de “alta transmisión comunitaria” y que, como principio general, deben utilizarse dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas o de los siete a la exposición a un caso confirmado de COVID-19. 

Un día después de que se publicara, fuentes oficiales del Ministerio de Turismo calificaban la recomendación de la Comisión Europea de “paso importante y esperanzador”, pero advertían de que “habrá que seguir trabajando para que pase de recomendación a aprobación y facilite la recuperación de la actividad turística en territorios que, como Canarias, han demostrado ser destinos seguros”. Según los últimos datos de Sanidad, el Archipiélago presenta una incidencia acumulada durante los últimos 14 días de 82,66 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra casi tres veces inferior a la registrada en la segunda comunidad autónoma con mejores indicadores (Baleares, con 233,50) y muy lejos de la media nacional, que se sitúa en 436,27. 

La resolución del 12 de noviembre de Sanidad impone, en cualquier caso, que la validez de las pruebas para el cribado de turistas dependerá de la homologación europea, un paso que aún no se ha producido. Desde el Ministerio de Turismo afirman que su titular, Reyes Maroto, “siempre ha defendido en Europa que se ampliara a otro tipo de pruebas, fiables y seguras, las que ahora se establecen como válidas para permitir la movilidad entre territorios que, en términos de incidencia de la pandemia, reúnen las condiciones para considerarse destinos seguros”. 

Lo cierto es que la utilización de los test de antígenos para el cribado de personas asintomáticas sigue generando recelos en la comunidad científica. Los portavoces de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) o de la Sociedad Española de Medicina Preventiva (SEMP) llevan semanas diciendo que estas pruebas solo están indicadas para pacientes que presenten síntomas con menos de cinco días de evolución o para aquellos que hayan estado en contacto estrecho con un caso confirmado de COVID-19 y que en el cribado de personas asintomáticos se pueden colar muchos falsos negativos, ya que estas pruebas solo detectan la infección con cargas virales importantes. 

Un reciente estudio preprint, es decir, que aún no ha sido sometido a la revisión a pares ni ha sido publicado en una revista científica, ha alimentado el debate. Su investigador principal, Oriol Mitjá, del Instituto Germans Trias i Pujol y la Fundación Lucha contra el Sida, sostiene que esos falsos negativos que se escapan en las pruebas de antígenos tienen tan poca carga viral que la probabilidad de que contagien es muy baja, por lo que propone su uso para los testeos masivos. A las conclusiones de esta investigación alude el veterano científico Basilio Valladares, impulsor del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública, ahora dirigido por Jacob Lorenzo. “Es cierto que no son tan fiables como la PCR, pero funcionan si la toma de muestras se hace bien. Nosotros también hemos comparado las pruebas y la concordancia es casi absoluta, los resultados han sido excelentes, incluso en asintomáticos”, afirma el parasitólogo, que, aún desde la prudencia, considera que, a pesar de las diferencias de sensibilidad entre ambos test, el de antígenos “es aprovechable” y, además, “más barato”. 

Y es que el precio de las pruebas PCR es el principal motivo que retrae la reserva de billetes hacia Canarias, según la patronal. Así lo recoge también un reciente artículo publicado en 'The independent bajo el titular “La pesadilla de los test COVID para viajar a Canarias en Navidad y Año Nuevo'. La publicación recoge el testimonio de británicos que han cancelado sus billetes ante el elevado coste de los test o la incertidumbre de obtener los resultados a tiempo. José María Mañaricúa, presidente de los hoteleros de la provincia de Las Palmas, recuerda que Reino Unido, uno de los principales países emisores de turistas a Canarias, está cerrado hasta principios de diciembre. El otro, Alemania, está abierto, aunque la demanda ”es muy baja“ por las fuertes restricciones impuestas por la alta incidencia de coronavirus. 

Según fuentes de Aena, la previsión es que este lunes lleguen doce vuelos internacionales a la isla de Gran Canaria, los primeros en torno a las once de la mañana desde Munich, Hamburgo y Bruselas. El organismo aeroportuario ha habilitado un espacio en la terminal de llegadas que ha sido cerrado perimetralmente para el control de pasajeros. El espacio se divide en cuatro zonas. Una primera, acotada y cerrada, de espera para someterse a la prueba. La segunda cuenta con boxes individuales para la realización de los test de antígenos. En la tercera, el pasajero aguardará hasta obtener los resultados, en un intervalo de entre 15 y 20 minutos, mientras que la cuarta área será de aislamiento en caso de resultado positivo. La logística incluye “personal de apoyo para acompañamientos y equipamiento mediante ordenadores e impresoras etiquetadoras para el control de muestras y resultados”, informan fuentes de Aena. 

Orden canaria y viajes desde la Península

La resolución del Ministerio de Sanidad se complementa con la orden dictada con anterioridad por el Gobierno de Canarias para los visitantes que se hospeden en alojamientos reglados del Archipiélago, vigente desde el 14 de noviembre. En este caso, el Ejecutivo regional sí permite el uso de test antígenos para autorizar la entrada de turistas, tanto nacionales como extranjeros, a hoteles, apartamentos y viviendas vacacionales.

 Sin embargo, a las personas que se trasladen hasta Canarias desde cualquier otro punto del territorio nacional y no se alojen en establecimientos reglados no se les exigirá ninguna prueba diagnóstica de infección activa para acceder a las Islas, una grieta de la que ya han advertido los profesionales sanitarios y que en algunos casos, como el de los estudiantes que regresen al Archipiélago en Navidad, se solventará con test sufragados por el Gobierno de Canarias, según anuncio su presidente, Ángel Víctor Torres, hace escasas fechas.

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